❦︎ 𝓒𝓾𝓹𝓲𝓭 ➵ 𝙲𝚘𝚛𝚋𝚢𝚗 𝙱𝚎𝚜𝚜𝚘𝚗 ✔︎

♡ ︎𝙲𝚑𝚊𝚙𝚒𝚝𝚛𝚎 𝚇𝙸𝚅 ♡︎

❦ 𝙴𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚜 𝚕𝚊 𝚖𝚊́𝚐𝚒𝚊 𝚖𝚊́𝚜 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘. 𝙲𝚛𝚎𝚊 𝚕𝚊 𝚏𝚎𝚕𝚒𝚌𝚒𝚍𝚊𝚍. ❦

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4 días para San Valentín

"¿Le darán algo a alguien este catorce?" Preguntó Daniel, abriendo la puerta de su casa dándole pasó a todos sus amigos.

"Corbyn debería darle algo a Sam." Dijo Zach.

"¿Y yo por qué?" Preguntó con un tono "molesto" aunque por dentro, estaba considerando la idea.

"Vamos, no te hagas el inocente. Todos sabemos que ella te gusta. Tú le gustas. ¡Pum! Pareja perfecta." Dijo esta vez Jack.

"No es para tanto, Avery. Además, decir que yo le gusto es precipitado." Dijo con la voz apagada.

"Eso no quiere decir que pueda cambiar de opinión." Dijo esta vez Jonah "Ya sabes, puedes usar una flecha de oro y ¡paw! Caerá rendida a tus pies." Sonrió.

"Jonah, que todos tus amoríos hayan sido gracias a la ayuda de los Valentín y sus flechas de oro, no significa que la futura relación de Corbyn tenga que comenzar del mismo modo." Regañó Daniel y todos rieron a excepción del  alto.

"¿Ustedes tienen pareja a quien darle algo?" Preguntó Corbyn algo tímido cambiando el tema.

"Estaba pensando en darle algo a Franny, pero no estoy seguro." Dijo Daniel nervioso.

"¿Tu mejor amiga que jamás nos la has presentado y que sospechamos que es falsa?" Preguntó Zach con burla y todos asintieron riendo a excepción de Corbyn.

"No es falsa, mi hermana los tiene a ambos en su lista de cupido." Dijo esta vez Corbyn.

"¿Hacen esa lista cada año?" Preguntó Jonah interesado.

"Cada año, sin falta. Ashley sabe identificar la chispa en los ojos de las parejas, por ello ella siempre se encarga de hacerlas. Yo tengo la mía, pero mi lista tiene nombres que obtendrán flechas de plomo." Dijo el semidiós.

"Eres heredero de cupido, ¿por qué no le ayudas a Ashley con la lista de flechas de oro?" Preguntó Jack.

"Porque no se identificar el amor. Mi padre me quitó mi arco y flechas en la última práctica, dudo mucho que me los devuelva a tiempo, supongo que solo les entregaré la lista y pasaré el día encerrado en mi habitación." Dijo en tono bajo. Los chicos se vieron entre sí sin poder darle una respuesta reconfortante, ¿Qué decirle a un semidiós? Lo mejor que pudieron hacer fue abrazarlo y Corbyn se sorprendió por aquello.

Se sintió igual de bien que cuando Sam lo había abrazado y el semidiós solo disfrutó del sentimiento cálido.

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" ¡Adonis! Que bueno que llegas, ven hijo. Quiero mostrarte algo." dijo Eros en cuanto vio a su hijo cruzar la puerta de entrada.

Corbyn frunció el ceño, cuando su padre quería hablar con él sin su hermana era extraño, y para nada una buena señal.

Siguió a su padre hasta su oficina, lo vio ir detrás de su escritorio hasta su librero y sacar un libro de mitología griega o al menos eso pensó, porque segundos después el librero comenzó a moverse a un lado dejando a la vista un pasadizo secreto.

"Sígueme hijo." dijo Eros para después adentrarse en el lugar estrecho.

Corbyn dudo por un momento, pero se dijo a sí mismo que su padre no podría hacerle daño, así que siguió adelante con los pelos de punta.

Siguió a su padre por un par de minutos en total oscuridad hasta que se detuvieron en algún lugar y Eros bajo una palanca que Corbyn supuso, era para la electricidad.

Segundos después, un cuarto se llenó de luz frente a Adonis. Un cuarto lleno de arcos de diferentes tamaños y flechas, millones de flechas de oro y plomo. Al fondo de la habitación, estaba una máquina que estaba puesta en marcha, oro y plomo entraban por un lado y mágicamente las flechas salían hechas por otro compartimento.

A su izquierda había un gran librero del tamaño de la pared y que casi llegaba al fondo de la habitación. A su lado había una escalera para alcanzar lo que parecían ser pociones y obviamente habían millones de frascos que contenían sustancias que Corbyn jamás había visto en su vida.

Desde su perspectiva, todas las pociones estaban en su lugar, no había nada que faltara. Pero como siempre, estaba equivocado.

"Aquí, Adonis."dijo su padre caminando hasta las estanterías, deteniéndose justo en el medio "Aquí hay de todo tipo de pociones, Adonis. Cualquier cosa que quieras, para todo hay una poción, pero... No para esto." dijo señalando al único espacio vacío en medio de todas las pociones.

Amor

El semidiós se quedó estático cuando leyó lo que decía en la pequeña placa debajo de donde se supondría iría la poción, en donde solo había un frasco vacío.

"Las pociones están hechas de magia y el amor es la magia más fuerte de todas." Explicó "Es la única magia que no logro embotellar."

"Pero... entonces... ¿Las flechas de oro? ¿Qué es la sustancia en las que las sumerges antes de lanzarlas?" Preguntó confundido el semidiós.

Su padre era cupido, era aquel querubín en pañales que todos deseaban ser flechados por él. Aquella persona era la única que legalmente podía hacer sentir amor a los demás con tan solo una flecha de oro, él creaba el amor. ¿A qué se refería con que el amor era magia que no podía embotellar? ¿Entonces que ha estado haciendo todos estos años?

"Verás, Adonis..." Eros suspiro hondo y se talló las sienes "La magia solo es visible para los creyentes. Y el amor es la magia más poderosa del mundo." Explicó.

"¿Qué quieres decir?" Preguntó.

"Si no crees en el amor, jamás lo verás." Explicó "Solo acéptalo, hijo. No podré hacerlo sin ti este catorce." Dijo para después salir por donde entró.

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