Chūya salía de la sede de la Port Mafia después de un agotador día de trabajo. Akutagawa y Gin querían acompañarlo, pero él simplemente se negó, diciendo que tenía que atender otros asuntos antes de ir a casa.
Llegó al conbini y eligió unas galletas y un cartón de leche con chocolate. Se dirigió al pasillo del arroz y los huevos para ponerlos en su canastilla y posteriormente ir a pagar.
Finalmente salió de la tienda de conveniencia para ir a casa. La luz de la Luna y las lámparas de las calles iluminaban su camino. No tenía miedo ir solo, a esas horas de la noche aún había muchas personas fuera de casa.
Después de unos minutos, llegó a casa. Una mansión cubierta entre arbustos para seguir guardando su secreto: su matrimonio con Dazai.
— ¡Mamá! ¡Llegaste!
Fumiya, de siete años de edad. Un niño de cabellera igual a la de su padre y ojos de su madre, siempre hacía gran algarabía cuando éstos llegaban a casa.
Abrazó a Chūya de manera amorosa, siendo correspondido.
El pelirrojo se puso a su altura y le mostró la bolsa de las compras, sacando el paquete de galletas y la leche con chocolate.— Te extrañé, cariño. Mira lo que te traje. Hoy vengo muy cansado para prepararte la cena...
Dijo, mientras el niño iba a la mesa para cenar.
— ¡Gracias, mami!
>>>
Dazai iba de regreso a casa, caminando en compañía de Ranpo, Kunikida y Atsushi. Su hogar estaba justo detrás de esos arbustos, pero con todos ellos cerca, en especial Ranpo, ¿Cómo se suponía que iba a llegar a casa?
— Bueno... Iré a buscar gatitos callejeros por ahí. Nos vemos mañana.
Inventó para escapar.
— Los gatos callejeros fueron adoptados ayer, Dazai. ¿Qué escondes?
Cuestionó Ranpo, haciendo dudar a Kunikida y Atsushi que había algo más en Dazai de lo que ellos no estaban enterados.
— Oh, ¿Enserio? Entonces... Igual echaré un vistazo.
>>>
Pudo escapar pero ellos ya sabían esa ubicación, y seguramente volverían al lugar para averiguar sus dudas.
Dazai pudo llegar a su casa, y al igual que Chūya, fue recibido por Fumiya, con un abrazo cariñoso.
— ¡Mami! ¡Papá llegó! ¡Papi está aquí!
Dazai lo levantó en brazos y besó con ternura una de sus mejillas, caminando con él hacia Chūya y abrazando de lado a su esposo, con su brazo libre.
— Hola, mi Chūya. ¿Tuviste un buen día hoy? El mío fue aburrido, pero por suerte está por terminar.
El pelirrojo se dejaba querer, y se aproximó al más alto, inclinándose un poco, para besar una de sus mejillas, muy cerca de sus labios, siendo cariñoso con él.
— Dazai. Alguien nos miró hablando juntos la semana pasada y sin pelear. Creo que empiezan a sospechar.
ESTÁS LEYENDO
OUR LIFE [SOUKOKU]
Random[MPREG, BOY LOVE] El tan reconocido Soukoku guarda un gran secreto. Dazai y Chūya se casaron nomás se conocieron, todo empezó como un juego y ahora son inseparables. Su vida privada y su hijo de siete años de edad son su mayor secreto. ¿Qué suced...