Chūya esperaba con ansias la llegada de Dazai. Le había preparado cena de su preferencia y algunas galletas. Fumiya había sido su ayudante.
— Mami, ¿papá ya viene?
— Sí. No debe tardar mucho. Oye, cariño, ¿sabes por qué estamos haciendo todo esto más especial hoy?
Preguntó tierno. El pequeño castaño negó con la cabeza y se acercó para escuchar. Acomodaba las galletas en un plato grande mientras que Chūya daba los últimos detalles a la cena.
— ¿Por qué, mami?
— Tendrás un hermanito... Fumiya-kun será hermano mayor.
Los ojitos de Fumiya se iluminaron. Dejó las galletas, y fue hacia Chūya para abrazarlo de manera tierna y cariñosa.
— ¿Cuándo viene mi hermanito, mamá? ¿Puedo jugar con él? ¿Seré llamado "nii-san"?
Cuestionaba con inquietud. Chūya acarició la cabellera del menor y besó su frente.
— Aún falta tiempo para eso, Fumiya. Tu hermanito está aquí, es muy pequeñito.
Señaló a su abdomen plano. Chūya ya no sentía miedo de los embarazos. Su mayor temor fue cuando se enteró de la existencia de Fumiya y él y Dazai eran demasiado jóvenes para convertirse en padres. Incluso temía que su ahora esposo lo abandonara con el niño.
Pero al ser una familia feliz ahora, capaz de mantener a dos niños, le emocionaba la idea de un segundo bebé. Chūya quería una niña.
— Fumiya, tengo que hablar con tu papá a solas. ¿Me esperarías en tu habitación? Te aviso cuando llegue y puedas salir.
>>>
Minutos más tarde, alguien tocó el timbre de la mansión. Era Dazai, quien tuvo pereza de buscar las llaves y abrir, pero aún así se vió obligado a hacerlo.
Al entrar, tuvo una hermosa y agradable sensación al ver esas deliciosas galletas sobre la mesa, y la elegante cena. ¿Será que Chūya buscó más recetas por haberse quedado un día libre en casa? ¿O acaso era su aniversario de bodas y lo había olvidado?
— Chūya, esto...
El pelirrojo, aprovechando que Fumiya había ido a su habitación, lo recibió de una manera muy cariñosa. Se inclinó para alcanzar a Dazai y rodear su cuello con sus brazos, logrando besar sus labios durante unos segundos.
— Que maravillosa sorpresa, Chūya. ¿A qué se debe?
Preguntó nervioso. Temía haber olvidado algo importante.
— Siempre cocino para tí, ¿por qué te parece diferente esta vez?
— Hay... Galletas, Chūya... Y todo es más lindo que antes...
Respondió temeroso. No era miedo a Chūya, sino, a que se molestara si olvidaba algo. Pretendería saberlo.
— Es una sorpresa. Adivina.
Chūya quería jugar. Volvió a besar a su esposo pero ahora de una manera apasionada. Dazai le correspondía, y al notar la "urgencia" del pelirrojo, lo cargó y recostó sobre el sofá, situándose sobre él y desabrochando su camiseta.
— Hmm, ¿Chūya quiere jugar al cereal otra vez?
Respondió juguetón. Chūya se sonrojó avergonzado.
— ¡N-No es eso!
El castaño dió una lamida en la zona descubierta de Chūya, y después sujetó su mentón, mirándole a los ojos.
— Fumiya no está, y Chūya quiere divertirse...?
— F-Fumiya está en su habitación, idiota.
— ¡¿Q-Qué?!
Rápidamente, Dazai se levantó y acomodó bien su ropa, dejando a un desarreglado Chūya recostado en el sofá.
— Dazai.
Se sentó acomodando su camiseta, para luego levantarse y pedir con la mirada un poco de tiempo para ser escuchado.
— Chūya, estás muy misterioso. Dime lo que ocurre.
— L-Lo logramos... Vamos a tener a un segundo bebé... Nosotros...
Dazai sonrió e instantáneamente derramó lágrimas de felicidad. Abrazó a Chūya y besó su frente.
— Chūya, eso es... Maravilloso... ¡Vamos a celebrar! ¡FU-MI-YA-KUN! ¡LA CENA!
El pelirrojo sonreía.
>>>
Su celebración no duró mucho al llegar Mori. No querían revelarle sobre el bebé, no sin antes estar seguros de que no tenía malas intenciones contra ellos.
— Entonces... ¿Quiere que Fumiya vaya con usted a comprar juguetes?
Chūya no confiaba del todo, Fumiya tenía bastantes juguetes pero aún así, algunos más emocionaban al niño e insistió en ir con su nuevo abuelo.
— Así es. Elise-chan estará con nosotros. Traeremos de vuelta al mini DazaChuu en unas dos horas.
— Está bien. Mori-san, sólo cuídalo mucho. Y tú, Fumiya, tenemos una promesa, no lo olvides.
Advirtió, refiriéndose a no mostrar su habilidad.
— ¡Volveremos luego, mami, papi! Me llevaré a mi perrito de peluche. Me guardan galletas.
>>>
— Abuelito, este lugar... ¿Qué es?
Había varias habitaciones con artefactos extraños para un niño de siete años. Mori sonrió.
— Es como un parque de diversiones, pero con juguetes distintos. Sólo necesitas sentarte en una de esas sillas, un rato. El abuelito debe ver algo.
Un laboratorio de habilidades.
HOLAAA
QUÉ TAL EL DÍA DE AYER?Tengo un especial de Halloween para ustedes en el Libro "Ryūnosuke, Dazai & ¿Chūya?"
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OUR LIFE [SOUKOKU]
Aléatoire[MPREG, BOY LOVE] El tan reconocido Soukoku guarda un gran secreto. Dazai y Chūya se casaron nomás se conocieron, todo empezó como un juego y ahora son inseparables. Su vida privada y su hijo de siete años de edad son su mayor secreto. ¿Qué suced...