2. Transición

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El calor provenía de lugares de los que antes no debía estar consciente, a simple vista parecía un simple resfriado, pero por dentro yacía un incendio que necesitaba apagarse.

Mikey...

Los movimientos de Takemichi sobre la cama emulaban a un gato en celo; su pelvis se contraía como si buscara otro cuerpo, la saliva salía de su boca desordenadamente y sus ojos lloraban aún cerrados.

En medio de su delirio tomó la pila de almohadas a la derecha y desvergonzadamente las montó arriba y abajo en busca de algo que aliviara su entrepierna.

— Mikey...

Susurraba entre cada roce, pero el de cabello rubio ni siquiera se asomó. Después de todo, luego de dejar a Takemichi en su habitación, surgió un problema con respecto a los accionistas esenciales y sólo alcanzó a pedirle a Draken que llamara al doctor y ventilara la habitación.

Los minutos de espera se volvieron insoportables. La masturbación forzada había dejado irritado el pene erecto del supuesto beta, quien ya no sentía alivio con sus manos. Le ardía tocarse y al mismo tiempo deseaba eyacular.

Deslizó sus dedos separando las nalgas suaves, tentó suavemente hasta encontrarse con un agujero empapado y resbaladizo. La poca cordura que le quedaba se debatía entre irrumpir en su cavidad o continuar sufriendo así.

Mi pecho arde...

Al final, poco le importó.

Se colocó boca arriba con las piernas abiertas y el sexo totalmente expuesto. Su peso recaía en la chaqueta que el alfa había dejado tirada en la mañana, y de no ser porque el olor a sándalo era tan intenso ya habría sacado la ropa sucia de su sitio para hundirse en ella.

En sus intentos por penetrarse con los dedos y masturbar a su rojizo pene, Takemichi no había notado que el cuarto olía tremendamente a salvia. Un olor que emanaba de él y combinaba perfectamente con el de Mikey.

Sus dedos fueron aumentando hasta llegar a cuatro. Los giraba, los torcia y apuntaba hacia su próstata, sin embargo la longitud no alcanzaba al lugar que necesitaba para sentirse pleno.

Necesito algo más grande, no puedo eyacular así.

Los gemidos dolorosos continuaban, el cuerpo estaba sobre fuego consumiendo su cordura. Sus feromonas habían llegado hasta las fosas nasales del alfa y el omega que lo custodiaban tras la puerta.

Angry codeó a Smile en cuanto se percató del fuerte aroma.

— ¿Takemichi no era beta?

— Si... — su cara sonriente de pronto se ensombreció.

— No creo.

Smile se movilizó.

— Ve por Mikey, yo le pondré uno de mis supresores.... Si es que funciona.

El otro aceptó con prisa, sabía que un omega dominante como Smile era mejor reaccionando en ese tipo de emergencias y a decir verdad, era un alfa débil ante los omegas... Simplemente no quería que Mikey le cortará las bolas por atreverse a tocar a un Takemichi en celo.

— ¿Angry?

Una voz profunda lo hizo reaccionar en su camino al comedor.

— ¿Por qué tan agitado?

— Draken, al parecer Takemi... —su boca calló en cuanto vio al joven doctor detrás de él.

Su gesto hizo entender al mayor que era algo que él no podía escuchar. Así que sacó una tarjeta y abrió la puerta al lado del pasillo.

Línea rota | MaiTake ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora