2. Camión de las 6 a.m.

56 3 0
                                    

La puntualidad era su fuerte. Comprendió la importancia de ella cuando en su graduación de primaria, su padre llegó 1 hora y media tarde. Ni siquiera alcanzó a escucharlo decir un pequeño discurso que su maestra le había estado ayudando a redactar. Al final de éste, le agradecía a su padre, pero omitió esa parte al levantar la vista, buscando al señor y no divisar las dos esferas de miel que el hombre tenía por ojos. Igual no se iba a enterar. Además, el hombre todavía tuvo el nervio de demandarle que se apresurara a despedirse de sus compañeros, porque él estaba cansado. MinHo no volvió a ver a esos compañeros, pero hubiera sido lindo tener el recuerdo de una despedida emotiva aunque 3 años después olvidara sus nombres.

A los 17, reforzó su percepción de la puntualidad cuando después de 5 semanas de pensarlo una y otra vez, invitó a salir a su compañera de clases. La chica llegó 40 minutos tarde, se excusó con el transporte público. MinHo se enteró después, gracias a SeungMin, que ella en realidad no quería salir con él pero era demasiado tímida como para rechazarlo directamente. Tampoco volvió a verla después de la preparatoria.

Así que ahora estaba en la parada de autobuses, 10 minutos más temprano de lo que necesitaba, para no poner de excusa el transporte. Tenía un café en la mano y sentía que dos planetas colgaban de sus párpados. Apenas eran las 6:20 a.m. Compartía la acera con unas personas igual de desveladas que él, aunque no faltaba el corredor matutino con la energía de 40 niños en esteroides y sonrisa de Miss Universo.

— Cerraré los ojos un momento en lo que llega el autob...

Uh, un auto traía prisa y salpicó el agua estancada de la lluvia de la noche anterior en la ropa de MinHo.

— ...O tal vez no.

A quien madruga, Dios no siempre le ayuda. Quizá era muy temprano incluso para él.

A los 18 terminó la escuela. El mismo año se inscribió en la universidad. 7 meses después la abandonó. 2 meses más tarde, su padre lo corrió de la casa, además de decirle que dejara de ser un parásito. Consiguió un trabajo como asistente de un bufet abogados y trabajaba ahí desde entonces. Eran amables y pacientes con él, incluso le compraban la comida.

Ya habían pasado algunos años de eso y su vida era bastante... monótona. Trabajo, casa, ir al cine con SeungMin. A veces, cuando no podía dormir, salía a caminar por su barrio. No era que no tuviera sueño, es sólo que necesitaba despejar su mente. Antes de intentar dormir, pasaba horas llenando su mente de cualquier contenido multimedia con tal de no pensar, porque si lo hacía, comenzaba a preocuparse por el futuro. ¿Dónde viviría cuando su casera se hartara de que siempre se le olvide pagar a tiempo? ¿Siempre trabajaría en el bufet? ¿Qué tal que un día comete un error y lo despiden?

— No serían capaces de eso. Creo.

Ni siquiera lo regañaron cuando tiró café sobre los papeles de un cliente en los que todos habían trabajado muy duro.

— No te preocupes, MinHo. Afortunadamente tiene solución, sólo sé mas cuidadoso la próxima vez. — dijo Hyun Joong  a MinHo cuando notó que éste parecía que comenzaría a llorar en cualquier segundo.

Seguro ya estaba pensando en lo peor. MinHo tonto.

— Gracias Hyung, de nuevo, lo lamento mucho. — sí, MinHo estaba a punto de llorar del susto.

Durante toda esa semana, MinHo preparó comida para todos en la oficina.

No era que MinHo estuviese escaso de habilidades, sólo dudaba de ellas. Con frecuencia. Y eso lo mantenía despierto por las noches.

— Me gusta ir al karaoke en las tardes ¡Ven conmigo hoy, Sunbae! — dijo una linda castaña a MinHo mientras comían.

Era una practicante y desde que llegó no pudo evitar notar lo lindo que era el chico pelinegro que siempre usaba lentes y aunque constantemente eran acompañados por una mirada cansada, eso no opacaba para nada su belleza. MinHo siempre iba bien peinado, aunque para mediodía caían algunos mechones en su frente, lo hacían ver incluso más guapo.

Ella se preguntaba cómo se sentía MinHo de ser así de hermoso, o si siquiera lo notaba.

— Gracias, pero no soy muy bueno en el karaoke, Lía. ¿Por qué no invitas a Yuna? Te vi platicando con ella ayer y parece que se llevan bien. — respondió MinHo, huyendo amablemente de la invitación.

— Ya he ido con ella, ¡por algo lo estoy invitando a usted! — 'a ver si MinHo capta ésta', pensó Lía.

— ¿No quieres invitar a YunHo? En la fiesta de navidad del año pasado pasó toda la noche cantando horriblemente, pero cantando. — MinHo tiene ojos y oídos que funcionan a la perfección. Claro que había notado a Lía viéndolo de reojo desde que llegó, la castaña no sabía disimular y muchas veces suspiraba en voz alta.

— Buena idea, le preguntaré. — esta vez fue Lía la que captó. MinHo no quería salir con ella, y está bien, su intención no era incomodarlo. — ¿Qué hace usted para divertirse? 

Qué buena pregunta. 

— ¿Mh? Tengo un amigo con el que salgo, o a veces va a mi casa.

— Oh, y ¿qué hacen?

— Pasar el rato, supongo.

— ¿Haciendo qué? 

La verdad, hacía semanas que SeungMin no respondía los mensajes de MinHo. Mientras estaba en la universidad, MinHo le exteriorizó a SeungMin la atracción que sentía por él. Para su suerte, SeungMin le correspondió.

Se besaban y en algunas ocasiones MinHo se le subía encima. Nunca pasó a nada más, ni física ni emocionalmente. SeungMin fue sincero con MinHo, en realidad no buscaba una relación con él, y al estar consciente de los sentimientos del mayor, decidió marcar una línea. Una que a MinHo no le agradó.

Ya habían pasado meses de eso.

— ¿Por qué no me responde? Feo. Seguro tiene mucho trabajo, se ve lindo con el cabello despeinado después de trabajar. — MinHo lo extrañaba mucho, aunque sea pasar tiempo con él, viendo películas que MinHo realmente no entendía por su "mensaje profundo", como decía SeungMin, Spirited Away por ejemplo.

Los sentimientos de MinHo no habían cambiado en absoluto.

Hasta que una mañana, a las 6:34 en el camión, escuchó como alguien, desesperado por subir, golpeó la parte de atrás del camión cuando el chofer apenas había comenzado a arrancar.

Jamás había visto ese tono tan hermoso de añil.

Después de ese día, cualquier otro tono de azul pareció insuficiente.

Después de ese día, cualquier otro tono de azul pareció insuficiente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ੈ♡˳

Peace ღ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora