Peace ღ Minsung

8. Loonaverse

No eran muy visibles pero había pequeñas cicatrices en su rostro, cortesía del vaso que rompió aquella noche. Lo cohibían; eran casi imperceptibles, pero él las veía a la perfección. Creía que eso, y su expresión de "pocos amigos" lo hacían parecer una persona difícil de tratar. Bajó el espejo de Changbin y volvió al caso que llevaba todo el día postergando.

Esa noche llovería de nuevo, así que Hyun Joong, siendo el considerado jefe que es, les dijo a todos que podrían retirarse en 20 minutos, mucho más pronto de lo usual. Nada tenía que ver con las ansias de ir a casa y tumbarse a comer cualquier cosa grasosa en compañía de su esposa, obviamente.

Pasados los 20 minutos Minho huyó de la oficina en dirección a la recepción en el primer piso para esperar a Hyunjin e ir a casa juntos. Esa noche le tocaba cocinar a él, o mejor dicho, tenía que cocinar. Apreciaba el esfuerzo de Hyunnie al cocinar pero en más de una ocasión lo dejó con dolor de estómago.

Una vez dentro del elevador, desbloqueó su celular para responder mensajes de Seungmin, todo iba bien entre ellos, llevaban varios días platicando como antes, incluso más cariñosos y sugerentes. Manteniendo una sonrisa de lado, lamió su labio inferior y lo mordió inevitablemente al leer uno de los mensajes explícitos de Seungmin. Tan sólo bastó ese mensaje de 1 línea y media para hacer que el pantalón comenzara a apretarle en la entrepierna.

Se hizo el desentendido cuando vio a Yuna entrar al elevador. Puso el maletín frente a él por obvias razones y empezaron a platicar acerca de un chisme de una celebridad que ambos seguían.

A pesar de ser unos años mayor que ella, se llevaban bastante bien y compartían muchos intereses. Changbin se la presentó dos años atrás en un infructífero intento por conseguirle novia a su amigo. 

Minho la volvió una amiga más. 

Yuna nunca estuvo interesada en él.

Changbin era muy entrometido que no sabía leer la habitación.

El elevador se detuvo para darle entrada a algunos ojerosos contadores. Minho sentía sus nervios aumentar con el elevador llenándose cada vez más, así que Yuna lo agarró de un brazo. 

Minho despertaba, trabajaba, volvía, dormía. Entre esas actividades tenía una especie de relación con Seungmin, amigos que lo hacían reír en los momentos menos indicados, como en las juntas dirigidas por Wonpil, recibiendo malas miradas de Hyun Joong. Tenía asquerosas comidas hechas con cariño de Hyunjin. Tenía un lugar decente para vivir y un trabajo en el que podía demostrar y retar sus habilidades.

Sin embargo, Minho despertaba, trabajaba, volvía, dormía. Trataba de aferrarse a su rutina, disfrutar de ella, pero esa sensación de insatisfacción lo consumía lentamente. Tenía miedo de volver al hoyo del que se supone había salido hace semanas.

Quizá nunca salió.

Quizá seguía ahí mismo.

Quizá sólo había cambiado la decoración.

Le costaba trabajo dormir, más salir por las noches no era una opción porque la última vez que lo hizo, Hyunjin escuchó la puerta y pensó lo peor.

Ver a un Hyunjin en pijama gritando desesperadamente su nombre no era precisamente la idea de 'concebir el sueño' que tenía en mente.

Así que, durante las últimas dos semanas, una vez que Hyunjin se recluía en su habitación, el castaño de ojos cansados tomaba unos tragos a eso de las 1 a.m. Hyunnie no comprendería. Lo mandaría con un psiquiatra, como Lía. O peor aún, le diría a Hyun Joong, quien a su vez le diría a la psicóloga, una que lo obligaba a ver una vez a la semana desde la sobredosis.