Una vez que me recompongo, me pongo de pie.
Desnuda, de espaldas a él, buscando mi ropa.
Siento su semen descender.
—Hay una toalla de mano en la mesa —me indica y yo la tomo, para luego limpiar el resto de su semen.
Sin mirarlo, busco mis bragas y las encuentro, justo entre sus dedos.
—¿Perdiste esto? —inquiere, altivo. Y yo frunzo el ceño, levantando mi ropa del suelo.
Solo tiene el pantalón puesto, y está sentado en la cama, con el torso descubierto y con los codos apoyados en sus piernas mientras me observa.
—Dámelo —le pido y él niega con la cabeza.
—Vamos J, no tengo otras —le digo y entonces él, pone los ojos en blanco y yo se la quito de las manos.
Entonces, me pongo las bragas, de espaldas a él cuando siento sus manos posarse en mi abdomen, para tirar de mí contra su cuerpo.
Puedo sentir su pecho desnudo contra mi espalda.
—¿Dónde vas? —inquiere y yo levanto la cabeza, girándola hacia la derecha para verlo a los ojos.
—A dormir, son las tres de la mañana y a las ocho tenemos que estar arriba —le digo y él asiente con la cabeza.
Lo veo relajado, y yo siento mi corazón latir, con fuerza al sentirlo contra mí pecho.
Me siento relajada, y somnolienta, necesito ir a dormir.
—Quédate conmigo —me pide en un susurro y yo entonces, siento los jodidos fuegos artificiales dentro mío.
—La última vez que dijiste eso desapareciste —le digo y él entonces me observa con un brillo extraño en los ojos.
—No voy a ir a ningún lado Tyson —dice y yo, entonces, le creo.
Dejo que él levante la manta y él se recuesta, para luego, dejarme un espacio en la cama.
Y yo, medito un momento en salir corriendo. Pero no lo hago, solo levanto del suelo su remera negra y me la pongo, para luego, meterme a la pequeña cama con él.
Apoyo la cabeza en su hombro y entonces, lo veo mirar el techo.
Observo por un momento su perfil, y él, parece perdido en sus pensamientos. J es hermoso, es devastadoramente hermoso y eso hace que la nube negra que lo acompaña se carge de misteriosa electricidad y atracción.
—¿Te puedo hacer una pregunta? —inquiero, observándolo.
Él parpadea, y luego me observa.
—Acabas de hacerla Tyson —se mofa de mí, clavando sus ojos negros en los míos.
Yo pongo los ojos en blanco y dejo escapar un suspiro.
—Sabes a lo que me refiero —le digo y él pone los ojos en blanco, aburrido.
—Dispara niña cotilla y molesta.
—¿Por qué te fuiste el día de tu cumpleaños? —inquiero y entonces lo veo parpadear. Confundido.
Hasta que parece que entiendo a qué me refiero, y lo veo receloso en decirmelo.
—Encontré a la persona que te dije que me debía algo —me dice y yo asiento con la cabeza.
—¿Quién es? —inquiero.
—Esas son dos preguntas Tyson —murmura, molesto.
—Ayúdame a saber quien eres J —le digo en un susurro, observándo su ceño fruncido y sus ojos negros.
ESTÁS LEYENDO
Malas Intenciones
RomanceCuando tu mejor amiga de toda la vida traiciona tu confianza y compite contra tí por el amor de tu crush, tienes solo dos opciones. Una es dejar todo pasar, y la otra es acosar al nuevo chico misterioso de tu instituto con fama de fuckboy y crear un...