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De forma inmediata la chica no duda en desgarrar su piel con sus propias uñas afiladas, Dejando que un pequeño grito ahogado se escape por su boca ante el escozor, sin embargo no se para a pensar en este.
Su cuerpo ya se ha acostumbrado a las heridas, Su mente al dolor.
Hasta tal punto, que lo llega a encontrar placentero. Le gustaque sus terminaciones se desgarren, Que la sangre explote en su interior, Que las heridas sanadas se abran.
Aradia siempre intenta ser lo más humana posible, Y lo consigue.
Reprime todos sus sentimientos más instintivos, dejando de lado todo aquello que la podría otorgar más placer, Más poder.
Por ello, ésto es lo único que la queda, Lo único que pide a cambio de todo su esfuerzo.
Su sangre se derrama sobre el cuerpo del contrincante, y aún sin siquiera alejarse para que la explosión no la afecte, Decide acabar con el.
La hecatombe final causa que la chica se llene con las vísceras del demonio, pero aún no puede proclamar la victoria, No hasta que la rubia desenfunda su arma y apunta de forma directa contra la columna vertebral expuesta, Haciendola añicos al momento.
