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El desconcierto se abrió paso por cada tramo de su cuerpo, inunando sus células en una pequeña agonía ante la incertidumbre que la rodeaba.
Con suma lentitud, sus ojos se comenzaron a abrir mientras su mente era simplemente incapaz de recordar.
Ni donde se encontraba, Ni porqué, Si quiera su nombre.
Como si su cerebro hubiese llegado a un colapso donde todos aquellos recuerdos fueron perjudiciados.
La fuerte luz no tardó en quemar sus retinas en el momento que sus párpados se abrieron. El miedo no tardó en arrebatarla un suspiro, mientras su mirada trataba de rehuir tanta luz, Chocando de forma veloz contra una bella criatura que no tardó en identificar como una mariposa.
Una sonrisa no tardó en asomarse en aquellas delicadas facciones, por algún extraño motivo, Una criatura tan simple la hizo feliz.
Pero esta felicidad acabó casi al instante.
Sus piernas hicieron el vago esfuerzo de ponerse en pie, no obstante tan pronto como lo intentó, tan pronto como volvió a caer. Se sentía débil, como si todas sus fuerzas hubiesen sido arrebatadas por una fuerza mayor. Un gemido de queja se escapó por sus labios mientras sus córneas se acostumbraban a la luz, se sentía como si toda su vida hubiese estado en un cuarto oscuro que, de forma repentina, lo pintaban de blanco. La fluctuación de su sangre se volvió más densa a ma vez que la molestia y un pequeño brote de rabia escalaba por cada poro de su cuerpo
