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Aradia se siente dichosa por estar nuevamente con sus compañeros, El día de hoy para ella es simplemente insuperable: comenzando abrazada a Aki y continuando con ese pequeño roce entre ambos. Y, si bien pareciese que nada podría haber superado un momento tan esplendoroso como aquel, ahora se halla comiendo con aquellos a quien puede llamar amigos, Y bueno, también está Himeno.
Por las pequeñas comisuras de Aradia se escapa un leve suspiro. En sus entrañas se crea una explosión de sensaciones mientras su mirada queda fija en Irie, si, su nueva compañera de ondas naranjas. Si bien en un comienzo no se sentía del todo segura por la integración de una nueva fémina en su grupo de trabajo, ahora no puede esperar más por ir conociéndola de a poco.
Entonces, sus miradas fusionan haciendo que la explosión en sus órganos se convierta en un cataclismo. Cada terminación nerviosa se sincroniza mientras su espeso rojo fluye con más prontitud, sucumbiendo a todo su cuerpo en la calidez. Sus azulados ojos chocan contra el oscurecer de Irie; pero el suyo parece estar atormentando, hay nubes en ellos que la impiden mayor conexión. ¿Acaso está nerviosa?
Aradia cree entenderlo, y se siente orgullosa de cada vez saber más de las emociones humanas. Quizá Irie se siente ansiosa por hallarse en un nuevo grupo, uno donde ella es la recién llegada. Todos se conocen ya, menos ella.
