Rose #2 Quiero ser hippie

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-Tia, ¿te has enterado?

-¿De qué?

-De que el lobo y el león han caído.

-¡¿Que qué?! ¡¿Por qué?!

-Mejor quedamos mañana y te cuento lo que me han contado. Que ahora estoy ocupada.

-Joder, ¿en serio? Por cierto, ¿en qué estás ocupada? Vas a ver a ese chico que conociste, ¿no?

-Pues sí. ¿Qué prefieres el vestido verde de tirantes o el blanco con el lazo azul?

-El blanco. ¿Cómo os va? Ya habéis...

-¡¡Mina!! No seas así.

-Perdona, perdona. Bueno te dejo, para que te prepares, me alegra que te hayas olvidado de Pet...

-Adiós.

Cuelgo el teléfono. Respiro hondo y voy a mi habitación.

Me desplomo en la cama y pienso.

"Rose, ¿qué haces? Se supone que amas a Peter. Geor no te conviene. Pero es muy amable, adorable, guapo, con unos ojos claros como el sol de mediodía, una sonrisa resplandeciente... ¡¡Callate que me das pena!! ¿Qué debo hacer? Sí dejo a Peter ahora, todo lo que he hecho, todo lo que he sacrificado no habrá servido para nada. Pero, Geor si me presta un mínimo de atención. Oficialmente, me estoy volviendo loca":

Me siento en el borde de la cama y miro a través de la ventana; el cielo, después de mucho tiempo, está libre de nubarrones que amenacen con tormentas y lluvias, los pájaros vuelan de un lado al otro cantando alegres piares.

Miro el reloj de la mesita.

"¡Las 16:00!"

Salto de la cama y corro la cortina del ventana, no es plan de enseñar el cuerpo a los viejos verdes que tengo por vecinos. Me quito la camiseta que utilizo de pijama dejando la ropa interior al aire. Abro el armario y saco el vestido blanco. Me visto con él rápidamente y me ato el lazo a la cintura, acercándome al espejo de cuerpo entero de la puerta del mueble. Me miro un instante, rebusco en un cajón un par de medias blancas y, sentándome en la cama, me las pongo. Me agacho para coger el par de zapatos que había preparado la noche anterior y me los calzo. Me vuelvo a asomar al espejo.
"Rose, pareces una niña de comunión"
Al pensar eso, mi parte gamberra se pone en acción.
Me desato el lazo dejando caer la cinta al suelo, me saco bruscamente los zapatos y estiro de las medias, que las cambio por otras negras con rotos. Me calzo unas Converse negras y me abrigo con una chaqueta de cuero. Me vuelvo a mirar.
"Niña buena que intenta ir de dura"
"¡¡Dios!! Por qué me preocupo tanto? Es solo una cita con el hombre mas guapo que he visto en la vida, no tendría porque estar tan nerviosa"
Me estiro en la cama una segunda vez con la segunda crisis existencial del día.
"Se supone que las hadas somos seres etéreos, sin sentimientos, que vagamos por el mundo sin ningún propósito. ¡¡Malditas hippies de los bosques!!"

Noto un dolor en la cabeza.

"¡Aaah la cabeza! Será mejor que llame a Geor y le diga que no voy a ir a la cit...quedada, a la quedada"

Hago la croqueta hasta la mesita de noche,  agarro el móvil y  busco el número.

Un pitido, dos pitidos y contesta.

-Hey- me saluda el chico.

-Hey, hola- digo un poco decaida.

-Rose, ¿qué te pasa?

-Me ha venido un dolor de cabeza horrible, no creo que vaya.

-Vaya, que mala pata. No te preocupes, voy a cuidarte.

-¡¿Qué?!

-Sí, no te preocupes, no es molestia. En 20 minutos estoy en tu casa, esperame, Hasta ahora.

-Espe...

Y cuelga el teléfono.

"Mal dia, mal dia, mal dia, mal dia".

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-No pareces tener fiebre- dice Geor, con el cuerpo apoyado en el mio y con una mano en mi frente.

-Pues ya te puedes ir, ¿no?- le intento echar de manera sutil.

-No, hasta que no te recuperes no me voy. Ahora, te prepararé un manzanilla y te dormirás para recuperarte.

-Pe-pero si ya estoy bién.

Se sienta en la cama, conmigo estirada, acercandose a mi. Estamos cara a cara. Sus ojos brillantes me deboran con la mirada y yo me dejo engullir por ellos, por esos ojos dorados como el matal precioso.

-Yo quiero que te mejores para poder salir y tener una cita.-dicho eso, y dejando una sonrisa cautivadora, se levanta y sale de la habitación.

"¡¡¿¿QUÉ??!! Esto no puede estar pasando. ¿Le gusto? ¡Le gusto! ¿Y yo qué? ¿Siento lo mismo? No lo seee. A ver, Rose, calmate, respira hondo y relajate. Hay un hombre espectacular en tu cocina que, según parece, te quiere...o como mínimo le pones; por otro lado, tienes a otro hombre del que has estado enamorada desde siempre. ¿Cual decides?"

Bestias de tinta (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora