Melissa #1 Aguas removidas

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-Hola, soy Melissa, y hoy seré su camarera, ¿Qué desea?

-Ponme..., un whiskito, cortito- me dice el un hombre desgarbado de la barra. Parece ser la primera vez que viene.

-¡En seguida!- digo con ánimos.

Me agacho para coger la botella de whiskie de un amarito, debajo de la barra; y agarro un vaso del lado del armario. Escucho un leve crugido de la barra, y siento como la mirada pervertida del cliente se dierne en mi, más especificamente, en un ZONA de mi cuerpo. Me incorporo y dejo los vidrios en la mesa, me giro y me abrocho un para de botones del canalillo.

-Chata, no te abroches tanto, ¡Dejalas libres!- comenta el muy asqueroso en un tono poco apropiado para un interior.

-Señor, si quiere que le sirva, será mejor que modere su lenguaje- intento imponerme.

-Vale, vale- obedece mientras le sirvo un par de dedos de whiskie-. Y, por cierto, ¿Me darías tu número de teléfono?

Antes de que pudiera contestar... Bueno, antes de pegarle un sopapo con la escoba en la cara, Beauty aparece a su espalda; y le da un para de toques suaves en el hombro izquierdo.

-Señor, los empleados de "The poison apple" no están aquí para buscar lige a si que, le recomiendo que se relaje o sino, me veré obligada a expulsarle del establecimiento- dice con autoridad, que fuerte es esta mujer.

-¿Tú y cuantós más?- pregutna con tono chulesco. Una tontería como esa más, y cojo la escoba y le hago una conoloscopia con ella!!

-Yo- pausa dramática para darle emoción: y el.

Ella señalaba a un hombre, sentado a unos pocos metros de la barra. Viste un chaleco marrón y una camisa blanca. El alcalde, Ben Kings, marido de Beauty.

-Va.. Vale, ya lo dejo- que mono, parece que se vaya mear encima.

El cliente se fue, pagando una suculenta propina. Y bajando la cabeza para que no mirar al corpulento alcalde. Normal, que se asustase, teniendo de rival a Ben "más grande que un armario empotrado de IKEA" KIngs.

Cuando sonó la campanilla de la puerta pude respirar, y dejar de intentar parecer dura.

- Grácias por la ayuda- les agradezco a Beuty y su marido.

Suena el reloj de la pared, son las 12:00.

-No se merecen - dijo Ben, con una sonrisa modesta-. Bueno, voy a volver al ayuntamiento, que se me acaba la hora del bocadillo.

¡¡Que mono!! Aun que tiempo atrás fue Bestia, el rei de de reinos y temor de guerros; es un corderito, pero sigue inponiedo, sin dientes de sable, ni pelo abundante, ni garras que dejarian la armadura del Caballero negro como chatarra; sigue dando un miedo de cagarse cuando se pone serio.

Se despide de mi con un la mano, y de Beuty con un beso en la mejilla. Coge la americana de la silla donde se sentaba y cruza el umbral de la puerta.

El cascabel tintinea.

-Tienes que aprender a ser más dura- me sorprende la camarera. Así, de sopetón, sin vaselina ni nada.

Se pone a mi lado, detrás de la barra.

-Y, esto, ¿A qué viene?- le replico.

Coge el vaso del hombre pervertido y lo limpia (con esmero y esfuerzo, menos mal que no hay desinfectante cerca). Nadie quiere contagiar ni contagiarse de la imbecilidad de ese "proyecto de hombre".

-A que, si no hubiese estado aquí, ese bicho te habría hecho... ya me entiendes.

-¡¿Qué?! ¡¿ Crees que me iba a violar?!- todo el mundo del bar se queda mudo al oirlo. Y yo me pongo roja cual tomate.

- ¿Qué dices? No.. o si.. Bueno, no se, dejemos el tema- Se nota mucho que es un poco indecisa, ¿No?

- De acuerdo. Vamos a seguir trabajando, que sino, nuestra jefahermana nos meterá una bronca...

-Tienes razón. Voy a ponerme a trabajar.

Veo una mesa vacía con platos y cubiertos sucios, así que la recojo. Pero, cuando lo tengo todo recogido en la bandeja, escucho un voz de hombre, una voz familiar de hombre que dice:

-¡¡CAMARERA!!

Como se quien es le respondo

-¡¿QUÉ?!

Todo el local se nos queda mirando, ni que estuviéramos locos.

-¡¡CAMARERA!!

-¡¿QUÉ?!

-¡¡UNA DE CHAMPIÑONES!!

-¿¡UNA DE CHAMPIÑONES?!

Creo que puedo oir como mi hermana se pega en la frente y dice: "No, una de champiñones no"

Dejo la bandeja el la mesa y...

CHAMPIÑONES CHAMPIÑONES OE OE OE OE (8)

Entonamos la voz misteriosa y yo. Agarrados de los hombros y levantando las piernas. Y yo, sin darme cuenta de que llevó falda y que todos los tíos del bar me están viendo las bragas espuma de mar que llevó. Me incorporo y me pongo bien la falda, jodeos cerdos.

Una vez que los hombres se han tranquilizado y las mujeres enfadado con los susodichos, recupero cierta compostura y saludo al hombre con el que estaba "bailando".

-¡Hola Peter!- le digo con entusiamo.

-¡Hola Mel!- me responde, el niño perdido de Nunca Jamás.

Y nos abrazamos.

-¿Y yo qué?- dice una voz de mujer-. ¿No hay abrazo para mi?

Me suelto del escuchimizado hombre y miro detrás de él.

-¡Wendy!- dejo a Peter a una lado y abrao con más fuerza a Wendy.

-Pensaba que ya te habias olvidado de mi, que solo han pasado seis meses- me reprocha.

-¡Bah!- seis meses es casi un año, pueden pasar muchas cosas. Hablando de cosas, ¡¿Qué tocina te has puesto no?! Se que cuando una se casa se relaja, pero no tanto.

Creo que vuelvo a oir como mi hermana se pega en la frente y dice en voz baja: "¿¡Por qué señor, por qué!?

-No se si tomarlmelo como un insulto- me dice con una sonrisa forzada-. No estoy gorda, sólo estoy embarazada.

-Vaya, perdón- me intento disculpar-. ¿Y quién es el padre?

-El padre soy yo, ¡Su marido!- Peter parece un poco molesto por mi pregunta.

-Really?¡ El niño que nunca crecerá, ¡¿Padre?! El mundo se va a pique- comento con el tono más melodramático que puedo.

-Ja...ja...que graciosa Ración de Sushi- tiene suerte de caerme bién, porqué si no le habría estampado contra la ventana.

-¿Quereis sentaros y hablamos de este tiempo? Es que es mi hora de descanso desde hace... 20 minutos.

-Has malgastado esos minutos- dice en voz alta Beauty. ¡¡Que oido más fino!!

-Claro, si nos invitas- aprovechada de Wendy.

-Ni en sueños, como mucho te traigo el plato, y reza porqué eso pase.

Bestias de tinta (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora