Wendy#1 El niño perdido

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Vaya, ha empezado a llover. Los charcos bailan al son de la lluvia, y los paraguas desfilan de un lado al otro de la ventana empañada. Increíble que me interesen más las nubes que la amiga de mi marido.

Giro la cabeza de la ventana hacia Melissa. No la oigo. Sólo veo sus labios mal pintados moverse.

El truco para hacer ver que atiendes a una persona es: poner una posición correcta, mirarle a los ojos, asentir de vez en cuando y soltar esporádicamente un ¡Aja! o un ¡Oh Dios mío!, pero sin exclamaciones.

Mirándole las ondas pelirrojas de su cabello, atisbo a su espalda, en la pared, un grupo de fotos con rostros desconocidos. Intento adivinar quienes son los protagonistas. ¿Por qué me interesa eso más que esta chica?

A ver, la chica es muy agradable pero... Es más interesante ver secarse la pintura. O ver crecer la hierba.

Aish! Que ganas de ir al lavabo. Lo malo de estar embarazada. Traes un angelito al mundo, te libras del período durante 9 meses; pero tu cuerpo se deforma y te vas por las patas abajo cada media hora.

Asiento, asiento.

Me bebo el vaso de IceTea, me disculpo y me pongo rumbo al servicio.

-Wendy, ¿Cuándo salias de cuentas?- me pregunta Mel. Es pesadita.

- Dentro de tres meses, ¿Por?- le respondo.

-Porqué, te ha venido una regla muy bestia, o el bebé llega.

Se me ponen los ojos como platos y miro hacia abajo, muy lentamente. Hay una gran mancha de sangre en mi falda blanca. El rastro sigue hasta la silla. Respiro hondo, y me desplomo.

Siento como la sangre brota de mi interior, el charco del suelo crece. No oigo nada y veo borroso. Todo se mueve a cámara lenta, la lluvia, los pájaros de la ventana y las personas que vienen a socorrerme.

Veo Peter, que coloca mi cabeza en su regazo, esta calentito.

Estamos en esta posición durante 15 minutos. Notando como sus lágrimas se precipitan sobre mi cara. Están frías y saladas.

Veo, en su rostros, un cambio de colores. Se intercalan el rojo y el azul. Parece que viene una ambulancia.

No creo que sea necesaria tanta atención, siento paz y calma. Percibo cierto calor en la espalda.

Me suben en una camilla y, después, en la ambulancia. Durante todo el trayecto, Peter me sostiene la mano con fuerza, le logré leer en los labios: " No me dejes, no me dejes"; entre lágrimas.

"En el hospital"

Estoy en una sala del hospital, un quirófano. Me han quitado mi ropa ensangrentada y me la han intercambiado por una aséptica bata verdosa.

Una luz se cierne sobre mi y sombras con bisturies y guantes de látex me rodean. Una de ellas me pone mascarilla y oigo algo de contar hasta diez; intento descifrar lo que he entendido, pero me duermo.

"4 horas después"

Los párpados me pesan, no tengo ganas de abrirlos, pero descubro mis ojos. Tardo un poco acostumbrarme a la poca luz de la sala. Parpadeo un par de veces.

Veo que estoy en una cama, muy senzilla, al lado de una mesita con un clavel y un crisantemo en un jarrón. Me percató de un detalle, siento que alguien me está sosteniendo lo mano. Sigo mi brazo, continuo con el suyo y le veo, es Peter, dormido sobre de mi mano.

Casi caigo en la tentación de despertarlo pero, a juzgar por la poca luz que entra de las ventanas, es tarde. Me voy a dormir y le despertaré mañana.

"Al día siguiente"

Abro los ojos, muy lentamente. Pero, antes de que se acostumbrasen a la nueva iluminación, alguien se me abalanza al cuello; no se si para abrazarme o degollarme (que pensamientos más positivos).

-¡¡Que bien, Wendy, que estés despierta!!!- dice la persona demasiado cerca de mi yugular.

Es Peter, por el tono masculino pero ligeramente chillón de su voz.

-Si, si, estoy despierta. Pregunta tonta ¿Qué hago aquí?-pregunto.

En un segundo, mi marido se aleja un poco, y se sienta el la silla de al lado de la cama. Logro verle los ojos, hinchados y húmedos.

Su rostro se torna apesadumbrado, y mira hacia sus manos encima de sus piernas.

-W~Wendy, estas aquí por un accidente.- dice con la voz temblorosa- Tengo algo que decirte.

-¿Qué sucede?

Lágrimas empiezan a caer sobre sus manos y pequeños temblores brotan de su cuerpo.

-Que- toma aire entre sollozos-...ayer, en el bar... tuviste un aborto natural.

-¿Quieres decir que...?

-El bebé ya no esta- asegura con tono firme.

Bestias de tinta (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora