𝙩 𝙧 𝙚 𝙨

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—LEE CHRISTOPHER, VEN AQUÍ PULGOSO

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—LEE CHRISTOPHER, VEN AQUÍ PULGOSO.

Una semana, una semana había pasado desde la llegada de aquel mencionado. Seungmin sentía que le saldrían canas a sus apenas veinte años, el peli negro pasaba mayor parte del tiempo en su forma animal debido a que no tenía ropa de su talla, al momento de transformarse su ropa se rasgaba, dejando ver su pelaje oscuro, o de lo contrario dejaba ver su pálida piel y parte que no deberían ser mostradas a cualquiera.

—No no, no puedes estar todo el tiempo así, te compré ropa de tu talla pero antes debes tomar una ducha —un gruñido se escuchó debajo de la cama del peli marrón—. Chris~ vamos~

Sí, el chico había descubierto que que aquel pelinegro, con rostro serio y semblante dominante, tenía debilidad por sus actos tiernos, no acostumbraba hacer eso pero para chantajear a este pulgoso había necesidad.

—DIOS, CHRISTOPHER, TÁPATE.

El chico había salido de su escondite en su forma animal, al salir por completo se transformó, tomando su forma humana y por ende, mostrando su intimidad. Kim traía una toalla en sus manos, había apartado la mirada y solo sintió como el contrario tomaba delicadamente aquella tela y comenzaba a cubrirse, dirigiéndose al baño y dejando a un Seungmin avergonzado pero satisfecho por haber logrado su cometido.

—Prepararé algo de comer, ¿quieres algo en especial? —se paró a un lado de la puerta cerrada del baño, escuchando el agua caer.

—Lo único que tienes y que como, es carne y fruta, estoy bien con cualquiera de las dos  —aquello lo había casi gritado por el ruido del agua.

Caminó a la cocina con un poco de pereza y comenzó a sacar los ingredientes para preparar la cena, era agotador cuidar de su trabajo, sus estudios extra y a parte de aquel lobito que a pesar de ya tener su herida cicatrizada, no se iba, por las noches sentía como se acostaba a su lado sobre la cama, durmiendo los dos. Agradecía aquello, el invierno había llegado más frío este año y el calor que aquel compañero le brindaba lo hacía dormir cómodo, suponía que Chris sentía lo mismo.

—En la gran muralla vive escondido el dragón~ —comenzó a freír la carne mientras cantaba y al mismo tiempo cortaba un poco de fruta—. Y al brillar la luna se enamoró~

Giró en dirección a las alacenas para tomar unos platos.

—MIERDA, CHAN.

El mencionado estaba recargado en el marco de la puerta, mirándolo con una sonrisa burlona. Se acercó y peinó un poco los cabellos marrones del contrario, tomó un trozo de fresa y se sentó en una silla mirando como el contrario se tranquilizaba y se ruborizaba por el hecho de haber sido escuchado cantar.

Comieron tranquilamente, Seungmin regañando en ocasiones al pelinegro por comer como animal, recibiendo como respuesta un "Soy parte animal, genio".

Al terminar, el menor se encargó de limpiar los trates mientras Chris se dirigía al jardín repleto de pinos cubiertos de nieve.

—¿Vas a salir...? —Chan miró al peli marrón, sonriendo cálidamente.

𝗟𝗼𝗯𝗶𝘁𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗼𝘇 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora