𝙘 𝙪 𝙖 𝙩 𝙧 𝙤

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—¿Me estás diciendo que entraste a la zona de humanos, un tal Suengmin te ayudó y hasta ahora estuviste con él? —Christopher sintió mientras se acomodaba en el sofá frente a sus padres—

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—¿Me estás diciendo que entraste a la zona de humanos, un tal Suengmin te ayudó y hasta ahora estuviste con él? —Christopher sintió mientras se acomodaba en el sofá frente a sus padres—. Chris...

—Es Seungmin, no Suengmin —Minho y su cachorro rieron silenciosamente, volviendo a su pequeño juego de mimos, Hyunjin sobre el regazo de su padre jugando con sus manos y recibiendo caricias en su cabello—. Lamento haber roto las reglas, pero era eso o morir a manos de esos asquerosos humanos.

Hyungsik miró con sorpresa a su hijo, el aroma amargo, signo de molestia que desprendió sorprendió no solo a su papá, si no a su padre e incluso a su hermano.

—Los imbéciles llegaron a casa de Minnie y estuvieron a punto de abusar de él —dejó escapar un pequeño pero intimidante gruñido, asustando inconscientemente al pequeño entre ellos.

—Christopher —Min miró a su hermano de forma dura, intentando intimidarlo sin ser conciente, según su lobo, su cachorro corría peligro al sentirlo asustado.

—Lo siento —Chan acarició los cabellos de su sobrino y se recargó por completo en el sofá.

—Creo que es mejor que descanses —Jong-suk se levantó y se acercó a su nieto, cargandolo y sonriendo cuando este comenzó a jugar con su collar.

—Vamos, tu cama está limpia, pedí que lavaran todo, todos los días —Hyungsik se acercó a su hijo menor, incitando lo a levantarse de igual forma—. Vamos, mañana podrás explicarnos las cosas de mejor manera.

Antes de que comenzaran a subir las escaleras, la puerta principal fue abierta, mostrando un chico peli azul, notoriamente cansado.

—PAPI~

Hyunjin se acercó al chico de tez morena, quien al verlo borró cualquier rastro de cansancio y la cambió a una mueca de alegría.

—Hola bebé —el chico cargó a su cachorro, rozando su nariz con la más pequeña—. ¿Cómo estás? ¿Papá te cuidó bien?

—¿Qué preguntas haces, Jisung? —Minho se acercó a su omega—. Por supuesto que lo cuidé bien, salimos a caminar y encontramos a Chris.

Ji miró en dirección a los demás, notando al menor tomar disimuladamente la mochila que ya había bajado antes de comer.

—Christopher, vaya, creí que habías muerto y me dejarías sin sobrinos —Chan giró los ojos y sonrió—. ¿Por qué la mochila? ¿Te irás?

Todos los demás miraron al pelinegro, notando la mochila que llevaba ya en la espalda. Jongsuk frunció el ceño, mirando a su hijo fijamente a los ojos, Hyungsik en cambio adoptó una mueca preocupada, se acercó rápidamente a su hijo.

—¿Te irás? —sus ojos comenzaban a cristalizarse, preocupado a los demás—. Christopher por Dios, acabas de llegar no puedes irte, ¿sabes lo que pasamos buscándote y ahora te vas? Ni siquiera estuviste aquí un día completo, mierda Chan, ¡no puedes irte!

𝗟𝗼𝗯𝗶𝘁𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗼𝘇 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora