𝗟𝗼𝗯𝗶𝘁𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗼𝘇 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍

𝙫 𝙚 𝙞 𝙣 𝙩 𝙞 𝙨 𝙚 𝙞 𝙨

—Lamento no haberme presentado hace unos minutos —Hyungsik dejó una bandeja con tazas y un poco de té frente a todos—. Soy Park Hyungsik, padre de Christopher y de–

Seungmin hizo una reverencia hacia el hombre, sonriéndole en apoyo después de la pausa que Park hizo, su hijo acababa de morir, entendía un poco el grado de su perdida.

—Lamento mucho lo de su hijo, señor Park.

Seongjin hizo una pequeña referencia a ver a su padre hacerla, Chris sonrió triste al verlos, Hyungsik sonrió en agradecimiento y les pidió sentarse. Jisung llegó minutos después junto a su hijo, se notaban pálidos y dolidos, agradecían que el lazo roto no los haya lastimado como en ocasiones solía pasar.

—Cierto, olvidando el ambiente triste —el mayor secó sus traviesas lágrimas, mirando gentilmente al castaño—. Debo pedirte una disculpa a ti y a Chan por todo, al principio me cegó el sentimiento de celos pero después entendí que mi hijo ya no es un cachorro —tomó la mano de su hijo, siendo apretada por él mismo—. Espero tengan una linda vida juntos si eso desean, también junto a este pequeño.

Seongjin sonrió al sentir sus cabellos siendo acariciados, miró a su alrededor, notando la mirada curiosa del otro castaño menor.

—Oh cierto, mi nombre es Kim Seungmin y él es mi hijo, Kim Seongjin —Seung sonrió apenado por no haberlos presentado antes—. No se preocupe por nada, todo estuvo bien con nosotros.

Los adultos siguieron hablando, de un momento a otro salió el tema de Minho, volviendo a poner el ambiente depresivo, Felix llegó en ese momento, notando a los dos niños en medio de todo.

—Hola, lamento que interrumpa de esta forma pero, ¿te molestaría si me llevo a tu hijo un rato? —Seungmin miró a su hijo y después al rubio nuevamente—. Así podrán hablar más tranquilos y los cachorros podrás distraerse un rato.

Christopher miró a su novio con una sonrisa, transmitiéndole confianza, Kim asintió agradecido, despidiéndose de su pequeño.

Felix tomó las manos de Hyunjin y Seongjin, caminando los tres por la aldea en dirección a casa del mayor.

—Tengo un hijo casi de tu edad, podrías jugar con él y Hyunjin para distraerse un rato —Seong asintió feliz, quería animar al castaño a su lado, se veía triste—. ¡Sun, cariño!

Al llegar, Lix llamó a su hijo, escuchando los rápidos pasos de parte de su hijo bajar las escaleras, minutos después apareció con una sonrisa, mirando curioso al nuevo niño.

—Él es Seongjin, recuerdas al chico de cabello castaño del que te conté —Sunwoo asintió sin dejar de mirar al castaño año, Hyunjin solo los miraba, su tristeza había sido reemplazada por curiosidad—. Bueno él es su hijo, sean amables con él y jueguen un rato, ¿está bien?

—¡Sí, vamos! —Sunwoo tomó las manos de ambos castaños, corriendo junto a ellos hasta su habitación, dejando a un rubio con una sonrisa.

Regresando con los demás, Seungmin consolaba a un Jisung con el corazón roto, Chan abrazaba a su padre mientras todos se hundían en un silencio interrumpido por varios sollozos, Seung había comenzado a llorar ligeramente por el ambiente depresivo.

—Dios, l-lamento que el día en que nos conocimos fuera de esta manera...

—No se preocupe señor Park —Kim limpió las pocas lágrimas que le salían, sonriendo en dirección a Christopher—. De cierto modo entiendo su pérdida, sé lo difícil que es perder a un ser cercano y querido —sonrió con nostalgia, los tres híbridos notaron eso—. Mi padre siempre me dijo que no debíamos llorar, sino recordarlos con amor y sonrisas, así su alma podría descansar en paz.

Jisung sonrió, intentando borrar las lágrimas que aún caían de sus ojos. Miró a Seungmin y sin pena, lo abrazó, siendo correspondido por el castaño.

—¡Ay Chris trae la cámara, necesito una foto de mis dos yernos abrazados! —para aligerar el ambiente, Hyungsik comenzó a palmear el muslo de su hijo, ganándose risas de los tres menores.

✩✩✩

Las horas pasaron y con ellas los días, el entierro de Minho fue al día siguiente de su muerte, Seungmin había decidido quedarse junto a Seongjin durante los días que Christopher quisiera, no iba a alejarlo de su familia después de todo, por otra parte estaba Chris, no quería que el castaño se fuera, así como tampoco se veía con los ánimos aún de volver.

Seongjin había hecho una linda amistad con Sunwoo, ambos incluyendo y tratando de animar al pobre Hyunjin, durante esos días fueron inseparables, si uno de ellos iba a un lado, los otros dos iban detrás de él.

—Ven conmigo.

En un momento donde todos estaban metidos en sus asuntos, los niños jugaban distraídos y Seungmin solo miraba a todos con atención, Christopher jaló de su brazo llevándolo a un lugar más lejano.

—¿A dónde vamos? —sin obtener respuesta, volvió a hablar—. Channie.

—¿Recuerdas aquel río del que te hablé? —Chan no lo miraba, estaba concentrado en el camino—. Quiero que lo conozcas.

Siguieron caminando tomados de la mano, bajo la sombra de aquellos altos árboles, Seung sonreía con cada anécdota que el mayor le contaba.

—Cuidado, el camino es cada vez más fangoso —el pelinegro afirmó su agarre a la mano de Seungmin—. Te ayudo.

Tomó al menor de la cintura y lo ayudó a bajar de una roca para finalmente llegar al tan dichoso río. El agua era cristalina, podías observar perfectamente las pequeñas rocas que habían al fondo, cercano al lugar donde habían llegado, había una pequeña pero linda cascada.

—Es muy lindo —el menor se acercó con cuidado a la orilla, hincándose para tocar con sus manos el agua fresca, Christopher lo sujetaba con cuidado por su cintura, agachándose a su nivel—. El agua está muy limpia, ¿cómo es posible que tú te metías estando sucio?

—¿Disculpa? —Chan dejó salir una carcajada, Kim le salpicó un poco de manera juguetona—. Gracias a mí y mi hermosura el río se ve así de hermoso, si no fuera por mi el agua estaría enlodada.

Ambos rieron por eso, Christopher miraba encantado y nostálgico a su alrededor, regresando la mirada a su novio después de sentir sus labios presionarse contra su mejilla, Seungmin sonreía dulcemente.

—Me gusta que sonrías, seguro que a Minho también le gustaría verte sonreír —el mayor sonrió aún más, abrazando, ya de pie ambos, al castaño por los hombros.

—Gracias Minnie, gracias por estar aquí conmigo...

Seungmin solo susurró un "no hay de qué" envolviendo la cintura contraria con sus brazos, hundiendo su nariz en la curvatura del cuello y hombro del mayor.

Mañana haré una maratón, así que atentxs, ¡mil gracias por leer! <3