𝙩 𝙧 𝙚 𝙞 𝙣 𝙩 𝙖 𝙮 𝙪 𝙣 𝙤

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Seungmin despertó abriendo únicamente sus ojos, notando los brazos de su pareja rodear su cintura y su respiración chocar con su cabello.

Con cuidado salió de los brazos de Christopher, sentándose en su lugar y mirando a su derecha, apreciando a su lobito dormir con sus cabellos revueltos y varias marcas en su piel, sonrió con las mejillas rojas. Con cuidado salió de la cama y se dirigió al baño sin preocuparse por ropa al haber dejado la suya ahí la noche anterior.

—Papi...

El peli morado se giró antes de entrar al baño, su hijo estaba parado en el pasillo frotándose los ojos con cansancio.

—¿Qué pasa, amor? —lo tomó en brazos, recostando la cabeza del menor en su hombro.

—Tengo hambre, soñé que nuestra casa era de dulce así como la historia de Hansel y Gretel, solo que no había bruja —Seungmin rió enternecido, dejando su baño para más tarde, bajó a la cocina con el pequeño en brazos.

—¿Quieres panqueques? —dejó al pequeño sobre una silla, besando su cabeza y caminar por la cocina para sacar los ingredientes.

Minutos más tarde, Christopher entró a la cocina, observando a su novio servirle el desayuno al pequeño, sonrió y se acercó al peli morado.

—No me diste beso de buenos días —sus palabras salieron arrastradas por lo adormilado que estaba, el menor rió enternecido y besó dulcemente los labios del mayor, frotando su frente con el pecho del mismo—. Así está mejor, por cierto, ¿no te duele nada, cierto?

Seungmin terminó de servir todo mientras negaba con una sonrisa, Seongjin los miró curioso.

—¿Te lastimaste? ¿Por qué debería dolerte algo? —Chris presionó sus labios para evitar que una carcajada saliera, Kim golpeó discretamente el brazo de su novio.

—Todo está bien cariño, desayunen, tomaré una ducha —salió corriendo de la cocina y subió las escaleras para por fin, tomar su tan anhelada ducha.

Por la tarde Seongjin jugaba por la aldea junto a sus amigos, mientras que Christopher y Seungmin se habían quedado en casa, el híbrido seguía a todas partes a su pareja, estando al pendiente de que estuviera bien.

—Chan estoy bien, puedes relajarte y hacer tus cosas —el peli morado salió del baño después de encerrarse en un intento de respirar sin tener al mayor a un lado—. Te juro que no me duele nada, solo el pecho de la emoción que aún siento pero eso es todo.

—Sé que estás bien pero mi lobo me dice que no debo dejarte —el mayor hizo un puchero, suavizando la expresión sería de Kim, se acercó y lo abrazó por la cintura, sintiendo a Christopher envolverlo en brazos—. Perdón por eso, Minnie.

—Ya, no te preocupes, solo habla con ese lobito feroz y dile que estoy bien —se miraron con una sonrisa antes de besarse en medio del pasillo.

Chan cargó a su novio apoyando una mano en su espalda y la otra detrás de sus rodillas, sorprendiendo al peli morado, se dirigió con el chico en brazos hasta su habitación, cerrando la puerta detrás de ellos.

—¿Chris?

—Después tomamos una ducha antes de ir por Seongjin.

☆☆☆

—¡Ay! —Jisung apartó su dedo rápidamente—. Me volví a pinchar con la aguja.

Seungmin rió sin apartar su vista de las prendas, haciendo un nudo y extendiendo la prenda frente a ambos, Han dejó de prestarle atención a su dedo y miró asombrado el saco que Kim hizo.

—Está hermoso, a Sunwoo seguro que le encantará —el peli morado dejó el saco colgado a un lado del traje de Seongjin ya terminado, Jisung se encargaba del traje de su hijo aunque se pinchara más de mil veces.

—Iré a verlos un rato, después vuelvo para ayudarte —Han asintió y siguió en lo suyo, estaban en casa de Seungmin junto a los dos mejores amigos de su hijo y por supuesto el padre de uno de ellos, Christopher había salido después de haber recogido al castaño, debía ayudar a su padre en algunas cosas.

—Cuando sea mayor me casaré con Sun.

—No, no lo harás, yo seré quien se case con él, será mi omega.

—Yo no quiero ser omega de nadie, esperen a que seamos mayores, tal vez alguien más llame mi atención.

Seungmin rió por lo bajo antes de entrar a la habitación de su hijo, viendo a Sunwoo recostado boca abajo cerca de la orilla de la cama, Hyunjin y Seongjin sentados sobre la alfombra en el suelo.

—¡Hola, papá! —el alto sonrió y saludó agitando su manita.

—Hola tío Minnie —los otros dos saludaron de igual forma, Sunwoo se sentó sobre sus piernas, dejando de estar acostado.

—¿Qué tal? ¿No tienen hambre?

Rápidamente los tres menores salieron corriendo de la habitación, Hyunjin tomando de la mano al peli morado para hacerlo correr.

—Ya voy, ya voy —rió al ver cómo los tres niños saltaban en la cocina con sonrisas.

—¿Qué les dijiste a estos? —Jisung asomó su cabeza por la cocina al escuchar la corrida que hicieron.

—Las fieras tienen hambre —sonrió Kim antes de comenzar a preparar una merienda para los tres menores.

Los niños jugaban y hablaban mientras comían de su sándwich y fruta, Seungmin ayudó al peliazul a terminar el disfraz para que sus hijos pudieran probárselos.

—¡Soy un príncipe!

—Me siento un rey con esto puesto...

—La armadura me hace recordar a papá Honnie cuando salía con su escuadrón, ¡me gusta!

Los dos adultos sonrieron entre ellos, viendo como los tres niños se elogiaban entre ellos, Sunwoo no dejaba de mirarse frente al espejo, Seongjin y Hyunjin se asombraban por los detalles de su vestuario.

—¿Regresamos a la era medieval y ni cuenta nos dimos? —Christopher entró por la puerta seguido de Felix, ambos mirando con asombro y una sonrisa a los tres infantes que corrieron hasta ellos para mostrarles más de cerca.

—Hicimos un buen trabajo con los vestuarios –Jisung levantó su mano para que Seungmin le diera los cinco.






























Maratón 5/5

¡Recuerden que sábado y domingo también actualizaré!

𝗟𝗼𝗯𝗶𝘁𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗼𝘇 | 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora