Capítulo 3

41 12 2
                                    

- Deberías dejarlo. Ese chico es una plaga. No hace nada por su cuenta y siempre parece asustado. Es un cobarde. Ni siquiera tiene iniciativa. Pareces su niñera, Nene-chan.

Era el consejo de una de sus amigas.


- Deberías dejarla. Ella solo te está utilizando. Solo te quiere para presumir. No creo que te ame. Ella solo te necesita para no ser la única soltera de sus amigas.

Fue el consejo de su único amigo.


Ambos solo sonrieron. Ella cínica, él irónico. Y con calma, respondieron lo mismo.

- Lo sé.

Porque ambos se juntaron por desesperación.




Yugi cedió ante sus pesadillas. Yashiro era demasiado dulce para él, demasiado amable. El amor era doloroso, pero ella no le hacía daño.

Comenzó a conducirla por el otro camino.


Yashiro entendió que quizá estaba equivocada. Quizá las guías sobre el amor que leía estaban mal. Al fin y al cabo, ella no sabía nada y Amane sí. Le siguió el rollo. Comenzó a torturarlo física y mentalmente.

Aunque al principio fue suave, fue aumentando. De alguna forma, le gustó esa forma de amor. Sin darse cuenta, acabó enamorada del control absoluto que ejercía sobre Yugi. Se aposesionó de él y lo volvió su mayor tesoro. De esa forma, se aseguraría de que nunca nadie se lo arrebataría.




- Amane-kun, ¿Me amas? Yo si te amo. Te amo, te amo, te amo, te amo... Te amo tanto...


Él nunca le respondía. Sus heridas habían vuelto a aparecer, causa del "amor". Y, aun si estaba agradecido, no la amaba. No podía decirle "Te quiero" porque era una mentira. Tampoco podía decirle "No te quiero" porque pensó que, si lo hacía, ella lo abandonaría.


Falta de una respuesta, ella lo golpeaba hasta que se cansaba.

Si era su tesoro, debía responder como ella quisiese.

Él quedaba satisfecho, porque esa tortura era, para él, la mejor muestra de amor.

A happy endingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora