GUESS WHO ━ my name

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2021

Salí de la habitación siguiendo al jefe a su izquierda; a unos cuantos pasos apartada pero sin dejar de estar en un rango de alcance cercano a él o a Taeju, quien la mayoría de las veces se encontraba a la derecha del jefe de Dongcheon Pa.

—Necesito que infiltres a alguien más a antinarcóticos.

—¿No será arriesgado? Después de lo de 2016, Mujin...

—Encárgate de ella —me pasó un sobre manila justo como el mío.

Tomé la carpeta con toda la información falsa sobre Oh Hyejin, sabía quién era ella, Choi Mujin la había acogido bajo su ala en 2016 como una forma de favor para proveerle una mejor vida por ser hija de uno de sus mejores amigos, según Taeju, ella era tan buena como yo en cuestiones de combate a pesar de solo haber entrenado tres años, desde 2016 a 2019. Yo me había estado formando desde 2015 hasta inicios de 2021.

—Se ha postulado dos veces con anterioridad a antinarcóticos. No la han aceptado...

—Entonces moverás contactos para que la acepten —se detuvo mirándome decidido—. La tercera es la vencida.

Asentí a su petición y continúe caminando sin objeción alguna. Taeju me dio una rápida mirada y siguió avanzando.

Minutos más tarde, con Taeju al volante y con Mujin a mi lado en la parte trasera, habíamos llegado al muelle en el que los cargamentos de Dongcheon llegaban sin excepción. Bajé del auto tomando de nuevo la misma posición que cuando recién salimos del hotel y nos abrimos paso entre los subordinados de Mujin y algunos cuantos matones de uno de los antiguos socios del jefe.

Uno de ellos trató de atacarlo pero Taeju fue rápido y lo dejó en el suelo, otro quiso hacer una sucia jugada asechando por la espalda pero lo tomé de la corbata y comencé a golpearlo a puño limpio en la cara para después aplicarle una llave y lanzarlo a otros de los hombres de Dongcheon para que terminaran el trabajo.

—Mujin. Lo siento —el hombre rogaba por perdón de rodillas frente a nosotros tres. Por unos segundos me sentía poderosa, pero rápidamente regresaba la culpa—. No volverá a pasar. Hemos trabajado juntos por diez años. ¿No?

—Exacto. Diez años. Entonces, ¿por qué lo hiciste? Sabes muy bien cómo soy.

—Te daré la fábrica y la droga. D-d-debo haber perdido la razón por un momento. Perdóname. Mi hija acaba de empezar la universidad.

—Me aseguraré de que tengas un buen funeral.

—Jefe... —susurró asustado—. Jefe...

Uno de nuestros hombres lo agarró por la camisa y lo metió a la fuerza en su propio auto, allí lo esperaba otro de Dongcheon con una máscara de gas quien lo inmovilizó con el cinturón de seguridad alrededor de su cuello y el otro posaba todo su peso en la puerta para que no fuera abierta. El auto comenzó a hacer todo tipo de ruido pero aquello era inútil, nadie se acercaba a las propiedades de Choi Mujin y mucho menos a los muelles a altas horas de la noche.

Los tres mirábamos hacia el vehículo en total silencio metidos en nuestros propios pensamientos, Taeju era el que más cerca estaba al auto y deducía que no se arrepentía de nada, estaría maldiciendo al hombre por haberse atrevido a traicionar a Mujin.