He pasado buena parte del día sonrojada por la manera en que Bear me ve y por sus cumplidos, y es que es la primera vez que me ve tan maquillada, peinada y con un vestido que además tiene un escote de infarto en la espalda, tirantes de fideo y que es más entallado de lo que usualmente usaría, lo que por supuesto hace que todas mis curvas se acentúen.
La primera vez que vi el diseño de lo que mis amigas sugerían para mí, no estaba nada contenta, y es que aunque soy una chica que está la mayor parte del tiempo a gusto con su cuerpo, a veces me acomplejan los kilos de más que tengo, pero como las demás damas ya habían aprobado el diseño que las chicas sugerían, no me quedó de otra más que aceptarlo.
Fue una verdad que compré y que hoy comprobé que no era real, pues resulta ser que las demás damas no tienen un diseño como el mío y que lo único que comparten es el color, pues sus vestidos no tienen un gran escote y tampoco son tan entallados.
Me miro una última vez en el espejo gigante que está entre las puertas de los baños del salón donde se lleva a cabo la fiesta y suspiro.
—Estás hermosa, morena, ¿qué es lo que te preocupa tanto? He notado que no dejas de acomodarte el vestido y de revisarte en cada lugar donde te reflejas. No eres un vampiro, si es lo que te inquieta, y aunque lo fueras, seguirías gustándome.
Bear se coloca detrás de mí y pasa sus manos por mi cintura para abrazarme. Yo lo permito porque hacer eso me provoca una sensación de protección y porque además cubre el escote con el que hoy he estado sintiéndome un poco insegura.
—¿Recuerdas el día en que tropecé contigo mientras corrías y al final terminaste ayudándome?
—Cómo podría olvidarlo, si fue la primera vez que estuviste entre mis brazos.
Como lo estoy mirando a los ojos gracias a nuestro reflejo, puede ver la sonrisa que me ha provocado con su comentario.
—¿Crees que ese día me veía guapa?
—Morena, eres hermosa de cualquier manera. Incluso mostrando tus ojeras, estando un poco despeinada, mal humorada y estresada.
—Pero te gusto más ahora —se coloca frente a mí y sostiene mi rostro entre sus manos.
—Me gustaste desde la primera vez que te vi, y puedes corroborarlo con mis amigos porque no he hecho otra cosa más que hablarles de ti. ¿Por qué crees que siempre voy a comer a tu camión? Y aclaro que el hecho de que cocines delicioso solo te hace más perfecta para mí.
Y lo entendí.
Al fin lo entendí.
Eso por lo que lloré frente a Aurora y que mis amigas me dijeron tras mis rupturas y que no quise creerles, comienza a tener sentido para mí.
Supongo que a veces tenemos que escuchar las palabras de un desconocido para saber que es completamente verdad y que no solo son dichas porque nos quieren o para levantarnos el ánimo en ese momento.
No puedo decir que amo a Bear, porque como le dije desde un principio, realmente no nos conocemos, pero me gusta, estoy muy atraída por él y comienzan a desarrollarse en mí sentimientos por él, y creo que ese ya es un buen comienzo. Y si él sigue dispuesto a conquistarme, ¿quién soy yo para negarme? A final de cuentas ¿no fue él quien me dijo que solo me dejara querer?
Miro nuestro reflejo a su espalda y luego lo miro a él a los ojos, y lo que veo en ellos me promete un futuro maravilloso.
Con cuidado quito sus manos de mi cara y le ofrezco una de las mías para presentarme.
—Me llamo Zarya, pero puedes seguir llamándome morena, si así lo prefieres.
Él con todo mundo se ha estado presentando como Az, que fue la manera en que su amigo lo llamó la vez pasada, y aunque le he dado vueltas a eso y he pensado en muchos nombres que podrían dar a ese como un diminutivo, nunca podría haber imaginado el real.
—Es un placer conocerte, Zarya —con una sonrisa toma mi mano y la lleva a sus labios para dejar un beso en el dorso—. Yo soy Bastian, pero puedes llamarme el amor de tu vida.
¿Quién diría que con esas palabras, y el beso que me da después, nuestro destino quedaría sellado?
ESTÁS LEYENDO
Falling in love
RomanceComplejos e inseguridades están en todas las mujeres, principalmente en mí, que por más que los otros encuentren algo bonito al verme, cuando es mi turno de mirarme en un espejo, no comprendo cómo es posible para ellos. Malas experiencias, flechas f...