Loto Cristalizado

Capítulo 8: Origin

Por unos segundos, Xichen no se movió. Por una parte, su mente estaba entrando en pánico por aquel acto, pero, a la misma vez comenzó a sentir ternura por la acción de Jiang Cheng. El beso era salado, húmedo y sin ninguna técnica. Era el primer beso de ese joven omega, entregándole algo tan puro que jamás volvería a dar a nadie más. Él había sido el elegido de aquel gesto tan hermoso. Su corazón se derritió por completo y su dominio tembló. Se separó levemente de los labios del joven, observó su rostro lloroso, sonrojado, su mirada ilusionada, ¿cómo podría resistirse si ya lo amaba? Sus valores fueron suprimidos por el deseo y el amor, sujetó el rostro del menor y arremetió con más fuerza. Acarició las mejillas del menor y sumergió su lengua en el interior de su boca. Lo sintió temblar, sorprenderse, pero luego deshacerse en sus brazos.

Ambos sintieron sus corduras quebrarse, sus límites caer, sus barreras ser destruidas. Jiang Cheng se aferró más al mayor. El alfa deseo más, sus deseos comenzaron a nublar sus sentidos. Una de sus manos bajó acariciando el cuerpo cálido y sudoroso por encima de la casaca. Terminó metiendo su mano por debajo, con lo cual lo único que le separaba de la piel del omega era la malla del traje de patinaje. Tan fácil como bajar el cierre para tocarlo, fue una idea tan tentadora. Pero, se limitó a tomarle de la cintura e hizo que ambos cuerpos colisionaran. Las lágrimas de Jiang Cheng continuaban, mezclándose con su saliva producto de aquel beso imparable. Xichen absorbía su alma en aquel beso y el menor simplemente lo permitiría.

—Mi....A-Cheng...mi estrella...mi hermosa estrella, mi hermosa flor de loto. —Susurró con sus labios muy juntos a los de su discípulo.

Jiang Cheng sonrió. Xichen quedó encantado con esa sonrisa. Le atrajo de vuelta, sus miradas se nublaron por la ola de placer que les quemaba el cuerpo. Sus bocas se encontraron nuevamente y sus brazos se aferraron al otro. Xichen lamió los labios del contrario, ingresó su lengua, succionó. Jugueteó entre labios, probándolo todo del menor. Lo amaba, esa era la verdad. Estaba perdidamente enamorado de aquel chico por muy inmoral y censurable que fuera.

Escucharon los murmullos y gritillos del exterior. El siguiente participante seguramente había terminado y seguramente entraría a los camerinos pronto. Xichen tuvo que aferrarse a su propia cordura o lo que quedaba de esta para interrumpir el beso. Todo el deseo que había contenido por semanas, quería estallar en ese instante.

—A-Cheng, debemos detenernos.

Jiang Cheng despertó de su burbuja, escuchó el griterío de afuera y asintió. Su cuerpo estaba caliente, su piel se sentía sensible y sus labios deseaban más de esos besos. Ese había sido su primer beso y fue mejor de lo que pudo soñar. Siempre que veía los dramas, los actores apenas se besaban, pero transmitían mucho amor antes del momento. Cuando veía una película extranjera, parecían que iban a quitarse la ropa y encamarse al instante. El beso que sintió fue como ambos, romántico, húmedo, sensual y tierno.

—Cámbiate de ropa para poder dejar el estadio. —Aconsejó el alfa mientras una de sus manos acariciaba suavemente la mejilla de Jiang Cheng. — Más tarde es la competencia alfa, si quieres...—La mirada del alfa estaba llena de afecto.

—No tengo a nadie conocido ahí. —Interrumpió Jiang Cheng entrecerrando los ojos, plácido con el tacto del alfa.

—Bien, entonces nos iremos temprano.

Sus sonrisas cómplices les llenaron. El mayor se acercó, le dio un pequeño beso en los labios y luego en la frente.

Xichen abandonó el vestuario. Estaba sonrojado y agitado. Intentó calmarse rápidamente. Pero su sonrisa quería brotar espontáneamente. Se había enamorado nuevamente y estaba feliz de que fuera de Jiang Cheng, pero también le preocupaba. ¿Qué debería de hacer? ¿pedirle que fueran novios? Cómo podría...