CAPITULO 5

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Blaze

Son las 6:30 AM y salgo a correr como todas las mañanas que tengo libre.
He recorrido cinco kilómetros y ya estoy agotada, diviso un café al otro lado de la calle y me dirijo a el
Entro y me siento en una de las mesas a esperar a que alguien me venga a tomar la orden. Una vez llegan pido un café sin nada de azúcar y me lo bebo en total soledad hasta que mi móvil empieza a sonar

— ¿Que pasa?— pregunto mientras doy otro sorbo a mi café

—mi señora ya tenemos lo que pidió ayer, estaremos  llegando a su apartamento  en dos horas—. Sueltan al otro lado de la línea

—okey, ya voy para allá—me apresuro a terminar el café y a dejar el dinero para salir a mi encuentro

Corro de vuelta y al llegar a mi apartamento pienso en que ponerme, quiero dejarlo babeando así que opto por un vestido rojo que deja ver mi espalda completa y unos tacones dorados
Paso a mi cajón de lencería y escojo unas bragas de encajé negro
Dejo todo en la cama y me encamino al baño a darme una ducha rápida
Cuando salgo empiezo a vestirme con más emoción de la que debería, en realidad quiero ver a ese hombre
Peino mi cabello y pienso recogerlo pero luego me decido hacer ondas que caen por mis hombros y espalda
Escojo un maquillaje sencillo pero utilizo el mismo labial que use la primera vez que lo ví, termino de arreglarme y me miro en el espejo y me sonrió  a mi misma por el resultado
Para finalizar me rocío un poco de perfume

Luego de un momento escucho el timbre de la puerta, me doy unos cuantos retoques y voy hacia la entrada

—quiero que me dejen sol....—me corto a mi misma al darme cuenta de que lo tren  con una lona en la cabeza— ¡Cómo se les ocurre tratar asi a mi invitado!

Mis hombres se tensan y se miran entre si

— lo sentimos mi señora, pero no podíamos arriesgarnos a que pidiera reconocer el lugar—bueno en eso tienen razón estos idiotas

—dejenlo en el sofá y desaparezcan de mi vista.

— pero y si intenta hacer algo...

—yo me sé defender sola— lo corto— y si intenta hacerme algo yo misma me encargaré de el.

Ellos asienten y entran al apartamento dejandolo en el sofá para luego salir.
Cierro la puerta y lo miro un momento
Tiene un traje negro que se ajusta perfectamente a sus cuerpo seguro que iba para el trabajo. me inclino hacia el sofá, lo que hace que mis pechos cuelguen por la gravedad. Me acerco más y quitó la lona de su cabeza, el abre lo ojos y clava su mirada en mis pechos que están muy cerca de su cara y luego sube su mirada para encontrarse con mi sonrisa de superioridad al ver que hizo exactamente lo que pensé.

—Blaze.— habla y me tenso de inmediato al ver que sabe mi nombre pero lo grave y sexi  de su voz hace que me olvidé de ese detalle.

— Gastón — digo dejandolo pasmado también y vuelvo a sonreír.

— ¿como sabes mi nombre?

—oh, eso debo preguntarte yo a ti pero olvidemos eso ahora, mejor dime — me acerco a su oído y su perfume entra en mis fosas nasales haciéndome tomar aire. huele muy bien —¿te gusta la vista?

Me vuelvo a alejar de él y veo que su mirada volvió a mis pechos y me encanta que me observé me vuelvo a acercar y ahora su rostro está a centímetros del mío
Su mirada vuelve a mis ojos y luego a mis labios. Me siento a horcadas sobre el y me restriego sobre su entrepierna
El suelta un gruñido y me agarra de las caderas para pegarme más a él

—veo que no te andas con rodeos — dices mirándome a los ojos.

— jamás cariño, siempre tomo lo que quiero— digo mientras pego sus labios a los míos.

Sus labios de mueven contra los míos con  necesidad, como si estuviera esperando esto tanto como yo. Enrredo mis manos en su cabello para atraerlo más a mi en tanto nuestra lenguas danzan en perfecta sincronía, como si se conocieran de antes y supieran que hacer
Vuelvo a restregarme contra el y su gemido quedan atrapados en mi boca
Puedo sentir el bulto en sus pantalones maltratando mi entrepierna. Suelta mis labio y empieza a dar lamentones por mi mandíbula y mi cuello, ladeo la cabeza  para darle mejor asceso, su lengua se siente tan caliente y húmeda
Empiezo a quitar el saco y a desabrochar su camisa cuando......

Empiezan a tocar de manera salvaje la puerta, me levanto de su regaso algo mareada y voy a abrir la puerta

—¡Creo que fui realmente clara cuando dije que me dejarán sola!— escupo al darme cuenta de que se tratan de mi hombres.

— pedimos perdón mi señora, pero estamos recibiendo un ataque de Dante, neutralizo uno de los camiones y robo la mercancía de este.

Miro de reojo a Gastón que se ha inclinado un poco en el sofá para ver qué sucede

— saquenlo de aquí, yo me encargaré de Dante— digo mientras salgo del apartamento a paso apresurado.


>>>>>>>> Doble actualización, vallan a leer el otro
Besos 💋

Un ángel caídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora