El Acertijo

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Volvemos a hallarnos en la Sala de Mapas. Las tres Planeadoras (así he decidido apodarnos) nos hallamos analizando el mapa, junto con la ayuda de Thomas. Hemos estado pensando hace ya una media hora. Annabeth se encuentra inclinada hacia adelante, analizando el laberinto con una curiosidad extrema en su mirada. Hermione, por su parte, está cruzada de brazos, con la vista perdida, como si estuviera pensando en otra cosa. En cuanto a mí, todavía no se me ocurre qué tipo de acertijo nos está planteando esta nueva arena.

- No lo entiendo - dice Annabeth, por fin, con expresión frustrada -. No hay forma de deducir una posible salida desde aquí. No tenemos información suficiente. Tendremos que explorar el Laberinto si queremos conocerlo mejor.

- Debe haber algo - repone Hermione -. Alguna pista, algo. Algún tipo de relación.

Por algún extraño motivo, esa última palabra me llama la atención. Pero, ¿qué puede relacionarnos? Somos personajes provenientes de distintas sagas, pertenecemos a mundos completamente distintos.

- Creo que debemos encontrar un objeto u otro elemento que sirva como indicio, que nos resulte familiar o llamativo a todos - propongo, intentando ayudar en algo.

Annabeth parece pensárselo. Noto una que una chispa se enciende en sus ojos.

- El Laberinto - dice, casi en un susurro.

Sus palabras no me indican nada que pueda servir de ayuda, pero, al observar el rostro de Hermione, descubro que la bruja ha dado con la respuesta al igual que la semidiosa.

- El Laberinto de Creta - vuelve a decir Annabeth -. Percy, Grover, Tyson y yo estuvimos allí. Quizás está relacionado...

- La Prueba del Laberinto - agrega Hermione -. Harry compitió en ella durante el Torneo de los Tres Magos. Yo pude verla desde afuera...

Las mentes de las chicas parecen trabajar a máxima potencia, como si fueran maquinarias. Yo todavía no lo pillo.

- Esto debe estar relacionado - dice Thomas, que luce entusiasmado ante el repentino descubrimiento -. Necesito que se concentren. Necesito que recuerden qué fue lo que los ayudó a salir de esos laberintos.

- Está el Hilo de Ariadna - responde Annabeth -. El hilo que Ariadna le dio a Teseo para guiarse por el Laberinto. Podría servirnos como brújula.

Una brújula hacia la salida. Si tan solo fuera sencillo sumergirse en los profundos pasadizos plagados de monstruos y bestias que desean consumir tu alma...

- Y Harry escapó del laberinto usando un traslador - añade Hermione -. Es un objeto mágico con el que puedes transportarte a cualquier lugar con solo tocarlo. Quizás hay uno escondido en el laberinto. Quizás solo debemos encontrarlo.

Mi cabeza da mil vueltas intentando procesarlo todo. Demasiadas coincidencias tienen que significar algo; no podemos pasarlas por alto. Me esfuerzo por estar a la altura de las otras dos muchachas, pero debo reconocer que me está costando.

- Tal vez podamos encontrar el Hilo de Ariadna primero y éste nos conducirá hasta el traslador - planteo -. Suena lógico.

Todos permanecieron en silencio, analizando las posibilidades.

- Es lo único que tenemos hasta ahora - dice Thomas, para finalizar -. Pero es suficiente y parece ser convincente. Empezaremos a buscar el Hilo por el Área y, si no lo hallamos por aquí, seguiremos buscando en el Laberinto. Mientras tanto, sigan planeando tácticas de repuesto. No podemos focalizarnos en una sola.

Acto seguido, suelta un saludo firme y se retira de la sala con paso energético.

***

Permanecemos el resto del día pensando y planificando, pero sin encontrar otra respuesta. Probablemente es porque ya nos hemos entusiasmado demasiado con la primera. Aunque suene alocado, creo que tiene altas posibilidades de dar resultado.

Cuando el sol cae, los nuevos Corredores emergen del Laberinto y las puertas se cierran justo después, emitiendo un horrendo chirrido. Tris parece estar tremendamente exhausta, Jace respira agitadamente y a Bella no se la nota muy cansada. Una vez que ellos se hallan de vuelta, nos reunimos en la Finca para informar a las demás áreas los avances obtenidos recientemente. Los Corredores son los primeros en hablar.

Desafortunadamente, no han hallado nada. Si bien me siento un poco desilusionada, entiendo que es su primera vez en el laberinto y recién están aprendiendo a desenvolverse en él. Solo necesito ser paciente, ellos encontrarán la salida.

Acto seguido, nos toca a las Planeadoras y Annabeth pasa a explicar nuestra teoría. Noto que los demás se sienten atraídos e interesados por la hipótesis; lo noto en sus rostros mientras la semidiosa habla, especialmente en los de Harry y Percy.

Luego habla Peeta, con esa voz tan optimista y carismática que me conquistó en nuestros primeros Juegos. Aunque lo que está diciendo no tiene tanta importancia (han logrado reunir agua y comida suficiente como para prepararnos la cena) él lo hace sonar atrapante y cautivador.
Finalmente, es el turno de Thomas.

- Gracias a todos por su colaboración - finaliza -. Ha sido un día de trabajo duro pero sus esfuerzos han dado fruto. También deseo expresar mis condolencias a Jace, Bella, Tris y Susan, ya que entiendo profundamente cómo se sienten al no haber encontrado a sus respectivos compañeros en el laberinto. No obstante, persistiremos en el asunto, trabajando como un equipo en todo momento para traerlos de vuelta.

Los Tributos aplaudimos su emocional discurso y, unos segundos más tarde, nos hallamos caminando hacia el comedor para disfrutar de la cena.

Debo reconocer que esta Alianza masiva está resultando. El sentimiento de inseguridad que sentía en los anteriores Juegos ya se ha dispersado, a medida que voy adquiriendo confianza con los demás competidores.

No estoy completamente segura de si estoy haciendo lo correcto. Solo espero que podamos escapar todos, sanos y salvos.

***

Cuando oscurece después de la cena, nos acomodamos en la Finca para dormir. Mi "cama" se reduce a una hamaca (más bien un pedazo de tela color anaranjado que cuelga entre dos columnas) que se balancea ligeramente. Debo admitir que dormir allí junto a los demás Tributos me incomoda, y no puedo negar que me recorre una inquietante sensación de paranoia. Quien sabe; quizás uno de ellos aprovecha la situación y nos asesina uno por uno mientras dormimos.

Me remuevo en la hamaca, intentando apartar esas ideas. Estoy siendo exagerada. Ahora estamos trabajando como equipo y todos nos hemos comprometido a salir de ésta juntos. No obstante, sigo nerviosa, incapaz de dormirme, por la presión y los nervios que me consumen.

- Hey - oigo una voz, un suave susurro que me saca de mis pensamientos, proveniente de la oscuridad -. ¿Estás ahí?

- Si - respondo con la voz ronca, mientras me siento en la hamaca.

Escucho como las pisadas de Peeta contra el suelo de madera se van intensificando hasta que llega a mi encuentro y se sienta a mi lado. Deposito mi cabeza sobre su hombro.

- ¿Problemas para dormir? - me pregunta.

Asiento con la cabeza.

- El agradable estrés de los Juegos.

Él se ríe en silencio y me acaricia la cabeza suavemente.

- Puedo asegurarte que saldremos con vida otra vez - dice para alentarme. Es impresionante como siempre logra animarme -. Si algo he aprendido con el tiempo es que podemos vencer hasta en las situaciones más difíciles, siempre y cuando permanezcamos juntos.

Quiero agradecerle pero las palabras se quedan atascadas en mi garganta y tengo los ojos húmedos.

- Oh, casi se me olvida - comenta y se aparta para hurgar en su bolsillo.

Acto seguido, extrae un precioso amuleto de él. Con la poca luz de la luna que se cola por la ventanas, alcanzo a distinguir que se trata de un collar con una pequeña escultura de madera.

- Es... es hermoso - alcanzo a decir.

No puedo verlo muy bien en la oscuridad pero fuerzo la vista para examinarlo mejor. Algo en él me llama poderosamente la atención. Lo exploro con mis dedos hasta que por fin lo descubro y el corazón me da un vuelco.

- Peeta... - susurro -. ¿De dónde sacaste el hilo para hacer este collar?

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