¿No dolió? - pregunta Peeta, que observa el tatuaje con atención.
Nos hallamos en las habitaciones de la sede de Osadía, sentados en una de las decenas de camas perfectamente alineadas. Según Tris, ella había dormido en este mismo cuarto cuando se había transferido a Osadía. A pesar del tiempo, el lugar se encuentra en un estado bastante considerable.
- Para nada - respondo -. De hecho, casi ni lo noté.
El proceso había sido de lo más simple. Tris me había ayudado a tatuarme. Primero me pidió que eligiera el dibujo y yo escogí un sinsajo. Luego, lo colocó en un pedazo de tela cuadriculado y lo presionó contra mi brazo. A continuación, apretó el botón de un dispositivo que se hallaba conectado por un cable a la plancha sobre mi piel y voilà, cuando lo retiró la imagen estaba allí.
- Nunca imaginé que podrías llegar a hacerte un tatuaje - comenta Peeta -. Y menos de un sinsajo. Después de todo los malos recuerdos que te trae...
En cierto sentido tiene razón. Pero ese símbolo me ha marcado. Ha logrado la revolución y alianza entre los distritos para derrocar al Capitolio. Un solo símbolo unificó a una nación. Sí, no puedo negar que los recuerdos de la guerra son oscuros y deprimentes; sin embargo, el sinsajo me transmite fortaleza y me impulsa a seguir adelante, a pesar de los obstáculos que se van presentando.
- Honestamente, yo tampoco lo creía - le digo -. Pero ahora que veo el resultado final, estoy bastante satisfecha. No sé muy bien por qué pero sentí la necesidad de hacérmelo en mi interior.
Peeta asiente con la cabeza, intentando parecer comprensivo.Una sombra asoma por la puerta de la habitación y, unos segundos después, Tobias ingresa con la frente en alto y actitud seria, como de costumbre.
- Nos estamos reuniendo en el centro de entrenamiento - anuncia, con un tono demasiado militar para mi gusto.
Me bajo la manga de la remera para cubrir mi tatuaje, nos ponemos de pie y seguimos a Tobias por los pasillos. Mientras caminamos, un incómodo silencio se instala, invadido por el sonido de nuestras pisadas que retumban por las paredes de piedra. Bajamos por las escaleras hasta arribar a un pequeño gimnasio con unos cuantos sacos de boxeo colgando y algunas colchonetas desparramadas por el piso. El resto de los tributos se hallan reunidos allí.
- Bien, les tenemos noticias a todos - anuncia Tobias cuando nos incorporamos al grupo -. Hemos encontrado gran cantidad de armas y equipamiento para seguir adelante. Logramos recuperar suficientes pistolas y munición para todos, además de cuchillos y navajas. Por supuesto que también hemos reunido los alimentos necesarios para el trayecto.
Esto suena excelente. Si Tobias no está exagerando, realmente deberíamos agradecerle por el trabajo que ha hecho. Gracias a Dios que conoce el lugar y puede conseguirnos todo lo que necesitamos. A pesar de la estresante situación, me siento un poco más tranquila por dentro.
- Hemos trazado un mapa para llegar a la sede de Erudición - sigue diciendo -. Creemos que viajar por la superficie no será demasiado seguro, por lo que trasladarse bajo tierra sería la mejor opción. Hay una red de túneles construida por debajo de la sede de Osadía que se ramifica a lo largo de toda la ciudad y desemboca en el edificio de Erudición.
No sé si desplazarse bajo tierra nos mantendrá demasiado seguros, ya que la idea de introducirme en un túnel oscuro, desconocido y tenebroso me produce escalofríos de solo pensarlo. No obstante, tampoco sabemos qué podemos llegar a encontrar afuera, en las calles de la ciudad. El lugar parece abandonado pero ¿y si aún quedan habitantes que se han vuelto salvajes? ¿Y si hay más criaturas como las del laberinto escondidas en los demás edificios?
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Los Juegos Literarios
FanfictionPrepárate para vivir los Juegos más emocionantes jamás celebrados... 8 sagas literarias 16 nuevos Tributos 1 solo ganador. Cuando los autores de las sagas literarias se ponen de acuerdo para organizar unos nuevos Juegos, Katniss deberá armarse de va...