Capítulo 14 Tania

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Hoy es sábado y estoy limpiando mi casa ya que no tenía más nada que hacer y no quería salir, entonces decidí arreglar mi casa. Estoy arreglando mi cuarto y veo que hay unos libros en el piso los acomodo en mi escritorio y veo que me falta un libro, busco en todas partes, veo bajo de mi cama para ver si estaba "bingo" lo conseguí, agarro el libro y cuando me levanto sin querer se mes resbala de las manos pero lo agarro rápido, observo que se cae una foto, coloco el libro en el escritorio y busco la foto, cuando agarro la foto la volteo para verla y siento que mi pecho duele al verla, en la foto estoy con Alex sonriendo, fue la primera foto que me tome con él, veo la cara de Alex y los recuerdos se vienen a mi mente, Alex no era feo tenia ojos como grises, su cabello era negro, era de piel blanca, sus labios muy rosados, no era tan alto. No recordaba esta foto, me arden los ojos, no quiero llorar, pero todavía duele cada recuerdo y ahí se viene a mi mente uno de los recuerdos más triste, cuando descubrí a Alex besando a otra chica y no lo soporto más y lloro como la patética que soy

- ¿Por qué? - Digo mirando la foto y con lágrimas en los ojos

- ¿Por qué me lastimaste? – Miro la foto y no me importa hablar sola

-Solo quiero saber... ¿por qué me dijiste que te ibas a quedar? cuando en realidad te fuiste, ¿por qué me dijiste que me ibas a cuidar? cuando en realidad tú  fuiste el que me lastimaste y el que se burló de mi- Digo con lágrimas en los ojos, cada palabra que digo duele-Mi pregunta es ¿por qué me decías que me querías? cuando en realidad no lo sentías, cada día que pasa me hago la misma estúpida pregunta ¿Por qué me mentiste?

Rompo la foto en pedazos y las tiro en el piso, sé que paso un año pero todavía duele, cada recuerdo duele y siempre lloro, me quedo sentada en el piso y no puedo creer que una simple foto me ponga así, si soy ridícula. De repente escucho el timbre, no quiero ver a nadie y me quedo sentada, pero vuelve a sonar el timbre, solo me quedo sentada a esperar que la persona se vaya, pero el timbre suena otra vez, pongo los ojos en blanco y voy a ver quién es, voy al baño a lavarme la cara y me seco lo más rápido posible, veo el golpe que tengo en la cara por culpa de esos hombre y observo que no se nota mucho; suena el timbre de nuevo y volteo los ojo ¡ahora no se puede llorar tranquila! bajo las escaleras rápido, me veo horrible pero no me importa y apresuro el paso porque la persona vuelve a tocar el timbre, llego a la puerta y cuando la abro veo unos ojos verdes...

Marcus

Nunca te olvides de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora