Mañana es 17 de noviembre y en dos días es el cumpleaños de mi mamá, tengo que comprarle el regalo mañana así que le dije a Tania para que me acompañara. Tania y yo estamos en un restaurante de sushi, es mi primera vez comiendo sushi, prefiero una hamburguesa o pizza, pero la pequeña Elsa quería sushi. Llega la comida y empezamos a comer
-Mmm ok – digo comiendo el plato de sushi- es lo mejor que he probado en toda mi vida
-Sabía que te iba a gustar- Me dice Tania con una sonrisa y comiendo su plato de sushi
-Pero no le llega a las hamburguesas y a la pizza
-Estás loco el sushi ¡Es lo mejor!
- Shhh silencio pequeña Elsa- ella pone los ojos en blanco y me da risa- Oye ¿Qué es esto verde? Parece una salsa rara
-Es como un picante, pero no te lo vayas a...
Ya era tarde había agarrado esa salsa verde y se lo eche a un roll y me lo comí, Tania ve como me pongo rojo de la nada porque agarre ese estúpido picante y me lo comí de un solo bocado. Agarro con desespero el agua y la tomo, y no se quita el ardor en mi boca ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Esto pica! Agarro el vaso de Tania y tomo agua como si no hubiera tomado en 10 días, Tania pide más agua y los meseros llegan con el agua y tomo más y más, hasta que no siento el picante y me tranquilizo. Tania me ve y se muere de las risas
¿Qué era esa cosa? - Le pregunto un poco asqueado
-Esa es salsa wasabi, es la salsa más picante del sushi- Tania esta toda roja de tanto reírse
- ¿Y para que ponen esa salsa? ¡Casi muero! - Digo con desespero
-No exageres Marcus – Tania se ríe
- ¡Mi boca se estaba quemando!
-Le echaste mucha salsa, eso se le pone un poco al roll y ya- Veo como le echa esa salsa rara a su roll y se lo come – Es delicioso, pruébalo
-No gracias, no quiero saber de esa salsa en mi vida- Sigo comiendo mi plato de sushi
Salimos del restaurante y llevo a Tania a su casa, la acompaño a su puerta. Ella se pone de puntillas para besarme, después la abrazo y le doy un beso en la frente para despedirme
-Mañana te busco pequeña Elsa, para comprarle el regalo a mi mamá- Digo alejándome de ella
-Ok estúpido- Me sonríe
-Adiós gruñoncita
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Nunca te olvides de mi
RomanceA veces las personas llegan a nuestras vidas para enseñarnos, unas se van y otras se quedan; pero siempre vamos aprender de ellas. Así fue la historia de Marcus y Tania, eran dos polos opuestos pero necesitaban aprender uno del otro para que se dier...