Capítulo 4 Marcus

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Ok, sé que es muy loco pero no quería dejar ir sola a esta chica ¿Estaba loca o qué? el lugar a donde ella iba estaba solo y estaba lloviendo, menos mal que tenía una sombrilla y así ella no se sigue mojando en la lluvia. Quería acompañarla hasta su casa, quería asegurarme que estuviera bien, no la conocía pero algo me decía que la acompañara; trate de sacarle conversación pero la chica es más fría que Elsa la de esa película frozen y muy seca, tal vez es así porque no me conoce y bueno la entiendo, solo quiero acompañarla y asegurarme que no le pase nada. Mientras caminábamos la pude observar bien, tiene el cabello como el mío, castaño oscuro, era más pequeña que yo, me llegaba por el hombro, era de piel blanca y sus labios eran muy rosados, pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos azules. La chica era hermosa, pero era más seca que el desierto.

    -Entonces tu nombre es Tania- Le dije mirándola, mientras caminábamos.

    -Si y deja de mirarme- Me dice muy seria, solo veía al frente.

    -Ok- Le dije con una sonrisa.

   - ¿Cuál es tu apellido? - Le pregunté, esta vez no la mire.

  -Eso no te importa- Me mira con una sonrisa falsa.

  -Oye yo te dije mi apellido lo justo es que me digas el tuyo- Le digo.

-No sé si eres un asesino así que no te lo diré- Me dice la pequeña Elsa.

-Si fuera un asesino no te diría mi nombre y mi apellido, además, ya estuvieras muerta no crees- Le digo con una sonrisa y veo que la pequeña Elsa al fin  me mira pero pone los ojos en blanco.

-Tania Aniston- Me dice -Listo, ¿feliz? - Me dice la pequeña Elsa.

-Si, mucho pequeña Elsa- Ay no, le dije pequeña Elsa a la chica más fría del mundo, veo que ella se detiene y me mira como si le hubiera dicho algo espantoso.

- ¿Cómo me llamaste? - Me mira con una ceja arqueada - No me llames así- Me dice y veo como sigue caminando.

-Ok pequeña Elsa-Le digo, por alguna razón me gusta molestarla.

-Vuelves a decir eso y te doy un golpe- Veo como sus ojos se vuelven más azules cuando se molesta, creo que esa es la razón del porque me gusta molestarla.

Pero ya no quiero hacerla enojar y seguimos caminando, el silencio reina entre nosotros y veo que ella se abraza y tiembla del frio; tenía un vestido negro que por la lluvia estaba todo mojado y unos tacones que no eran tan altos, estaba linda parecía que estaba en una fiesta pero no le pregunte, al verla así con frio me quito mi suéter negro y se lo doy, ella me mira con una cara extraña.

-Te vas a morir de frío y no quiero que te mueras- Le digo con una sonrisa de boca cerrada, ella me mira y acepta mi suéter.

-Gracias- dice poniéndose el suéter

No hablamos durante el camino y al fin llegamos a su casa. Su casa era bonita, era de dos pisos. Veo que Tania se quita el suéter y me lo da y ahí ella corta el silencio.

-Gracias por acompañarme- Me dice y puedo ver sus ojos, mi corazón empezó a latir con fuerza, no entiendo qué me pasa, la chica es linda pero no la conozco, ¿Por qué me siento así?

-De nada- Le digo.

- ¿Por qué me acompañaste? si no me conoces, podías seguir tu camino y ya- Me dice un poco seria.

-No quería dejarte sola, es peligroso además algo me decía que tenía que acompañarte- Le digo con una sonrisa.

-Pues gracias Marcus- Y por primera vez veo que forma una pequeña sonrisa, pero muy pequeña - Adiós Marcus-Me dice.

-Adiós Tania- me despido.

Y veo como entra a su casa y yo sigo mi camino, preguntándome si algún día la voy a ver de nuevo.

Nunca te olvides de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora