Meow? -Larry Stylinson- (Neko!Louis ~ Mpreg)

Capítulo 36

Capítulo 36

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N/a: en los pocos capítulos que dediqué sólo a las primeras 20 personas me sentí re mierda, así que si quieres una dedicatora comenta "Yo"

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Espero que les guste el capítulo :))]

Capítulo 36

Harry podría haber subido al dormitorio apenas las niñas se fueron con Gemma, pero prefirió no hacerlo. En cambio, se tomó su tiempo para recoger las tazas del desayuno y lavarlas a mano, en vez de utilizar el lavaplatos. Dio de comer a Toby y Neko, y se lavó las manos antes de subir. Unos suaves quejidos se oían desde el pasillo que llevaba a la habitación, por lo que Louis debería estar prácticamente gritando. Entró a la habitación, sólo para encontrarse con una de las vistas más calientes que había visto en toda su vida (y que desde que estaba con Louis había visto muchas).

El castaño estaba prácticamente temblando, sus muslos se sacudían; su espalda estaba arqueada obscenamente, su pecho casi tocaba la cama, y su cola serpenteaba en el aire. Los gemidos resonaban, algo silenciados por la mordaza; y las pequeñas manos del ojiazul apretaban las almohadas con fuerza. El pene del hombre-gato estaba erecto y violáceo, colgando pesadamente entre sus piernas algo manchadas por el lubricante natural, por la concentración de sangre, pero el semen sobre las sábanas indicaba que se había corrido ya al menos una vez.

Pareció como que Louis lo hubiera sentido llegar, ya que gimió incluso más alto y empujó su trasero hacia atrás. Era como si el ojiazul estuviera haciendo su mayor esfuerzo para no moverse del lugar, a pesar de que no había nada que se lo impidiera.
-Papi está aquí, gatita, y va a follarte tan fuerte que los sesos se te saldrán por el ombligo- aunque esa frase hubiera sido objetivo de las burlas del castaño en circunstancias normales, en aquellos momentos su juicio estaba completamente nublado por la necesidad animal de ser follado. Louis sollozó, arqueando aún más su espalda (si es que aquello era posible), presentándole y ofreciéndole su culo. El lubricante natural escapaba del vibrador y dejaba pequeños caminos brillantes en los muslos del mayor.

Harry se acercó, posando su mano en una de las nalgas de Louis, sintiéndola arder con un calor casi febril, y retiró el vibrador. Entonces pudo apreciar cómo el agujero estirado se cerraba sobre nada, y las bolas del ojizarco se apretaban. Estaba a punto de correrse por tercera vez en la mañana y aún no le era suficiente.

-Eres una buena gatita, ¿a que sí?- elogió el de rizos, depositando un beso húmedo en la empapada entrada del castaño- Tomando obedientemente todo lo que te doy, y aún suplicando por más.