Capítulo 25

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El viaje de vuelta a Londres había sido bastante rápido, si no se tenía en cuenta que habían parado varias veces porque el hombre-gato no podía deshacerse de sus náuseas.
Ahora el mayor se encontraba en el apartamento de su pareja, quien se había ido porque tenía que buscar algo importante, según lo que había dicho.
-¿Lou? Ya he llegado- dijo Harry, abriendo la puerta principal.
-¿Haz?- se oyó desde el baño, donde el ojiazul había estado cepillando sus dientes desde que había llegado.
-¡Guau, guau!
-¡¿H-Harry?!- exclamó- ¿Eso... eso es lo que cre-? ¡Un perro!- chilló- ¡Deja de saltar, criatura del demonio!
-¡Louis, Toby!- mientras Harry caminaba hacia el baño, no sabía si deshacerse en carcajadas o actuar preocupado.
-¡¿Qué mierdas significa esto?!
El estado físico de Louis era completamente el de un gato al que están por asesinar: sus pupilas estaban casi totalmente cerradas y verticales, sus orejas pegadas a su cráneo, y su cabello y su cola estaban erizados.
El perrito negro saltaba alegremente alrededor de las piernas del ojiazul, intentando jugar con su cola y olisquear su entrepierna. El aroma debería ser bastante confuso para el pobre animal, un macho humano, mitad gato, y embarazado.
-¡QUE SE QUEDE QUIETO, POR LO QUE MÁS QUIERAS!
El de rizos se inclinó y alzó al no tan pequeño labrador, el cual seguía sacudiendo su cola con alegría.
-Shh, Toby- calló al animalito.
Louis tenía su rostro entre sus manos, respirando agitadamente e intentando calmarse.
-Louis, él es Toby, uno de los cachorros de Flora, la mascota de mi hermana.
-¿C-cuándo... cuándo pensabas decirme que me habías reemplazado con un... con un perro?- habló entre sus dedos, sabiendo que si quitaba sus manos de su rostro iba a volver al estado anterior.
-No te había reemplazado con un perro, eso sería clasificarte como a una mascota- dijo.
-¿Lo juras?- preguntó.
-Lo juro.
Y, aunque el hombre-gato no parecía del todo convencido, la tarde siguió lo suficientemente normal.
(...)
Las siguientes dos semanas podrían describirse perfectamente con la palabra "paranoia". Louis había estado muy alterado, y el hecho de que su cuerpo estuviera experimentando cambios inesperados no ayudaba demasiado.
«-¡H-Harry!- chilló el hombre-gato desde el baño.
-¿Qué? ¿Qué sucede?- preguntó, asustado.
-¿Tú me ves algo diferente?
El ojiverde escrutó a su desnudo novio.
-Tu barriga creció algo- dijo.
-No, no, otra cosa.
-No, ¿por qué?
-¡Tengo senos!- lloriqueó, envolviendo su cola alrededor de sus piernas.
-¿Qué dices? No tienes senos- dijo, confundido.
-¡Sí, sí que tengo!- tomó una de las manos del menor y la posicionó con la palma sobre su pectoral derecho.
Harry se quedó sin habla. Sentía como si la carne del pecho de Louis estuviera algo esponjosa.
-T-tienes...- balbuceó.
-¡Todo es tu culpa!- lo incriminó el castaño, con rabia.
-¿Mi culpa?- preguntó, incrédulo.
-¡Sí, es tu culpa! ¡Si no fuera porque en la guantera de tu coche tienes toallitas húmedas en lugar de condones como el resto del mundo, yo no tendría crisis corporales!
-Discúlpame, pero en mi coche no fue la única vez que follamos sin condón, ¿o no recuerdas las veces en tu habitación, en tu cocina, sobre la mesa, en el baño, contra la pared...?
Louis lo interrumpió.
-¡Capté el mensaje!- gritó- Sabía que era mala idea, debería haber pasado mi celo encerrado en mi habitación con Brunildo el Dildo y Dante el Lubricante- gimió.
-No creo que pensaras lo mismo mientras te doblabas como una zorra mientras te follaba en el sofá- gruñó.
-¡No soy una zorra!- se quejó- Soy tu gatita- lloriqueó-; ¿lo ves? ¡Ahora me engañas con un híbrido de zorro!
-¡No estoy engañándote!- exclamó, retirando la mano del lugar del que no se había movido.
-A-ahh...- gimió cuando el pulgar del rizado rozó la endurecida protuberancia, sorprendido por la sensibilidad que tenían sus pezones- H-Hazz, necesito que me folles...
-¿Qué?- preguntó, sorprendido.
-Que esa cosa grande que te cuelga entre las piernas, me la metas en donde la luz no alcanza.
-¡No voy a follarte, hace cinco segundos estábamos discutiendo!- el ojiazul en ocasiones sinceramente lo confundía demasiado.
-Bien, apuesto que algún pepino caballeroso sí querrá complacerme- Louis salió del baño, totalmente desnudo y descarado, levantando la cola con arrogancia.
-Ven aquí- dijo el Styles, rodando los ojos, y yendo detrás de su bipolar novio.
No hace falta aclarar que aquella noche fue memorable, con la adición de sensibilidad en los pezones del hombre-gato Harry había logrado hacer magia con sus dedos.»
Y, además, el vientre de Louis crecía más y más.
«-¡Que no! ¡Estoy gordo!
-Por el amor de Dios, ¡come las malditas calabazas rellenas!
-¡No quiero! ¡Voy a engordar más!
-Tu vientre está perfectamente sano y hermoso, no estás gordo.
-¡Que sí estoy gordo!
-No estás gordo; pero si lo estuvieras, eso sólo significaría que hay más de ti para mí.
-¡Afirmas que estoy gordo!
-¡No estás gordo!
Finalmente el ojiverde había logrado hacer que el castaño comiera, aunque de una manera poco convencional. Había atado a Louis a la cama, y lo había calentado lentamente, luego le había hecho comer como condición para dejarlo correrse.»
Aquellos y algunos episodios más habían tenido lugar, casi siempre siendo resueltos con algún acto sexual, aunque Harry siempre se encargaba de dejarle a Louis en claro que él siempre sería perfecto para él, sin importar si tenía senos, barriga hinchada o trompa de elefante («-Pero ¿no tengo una trompa, verdad?- había preguntado el hombre-gato, tocando su nariz, alarmado. -No, cariño, no tienes una trompa- le había asegurado el de rizos, al borde de la risa»). Entonces, pensándolo mejor, "erótica paranoia" sería un término más adecuado para describir aquellas dos semanas.
.
Por su parte, Zayn y Liam estaban cada vez más dentro de sus roles como padres de un adorable niño de cuatro años.
-¡Papi, papá, miren!- exclamó el pequeño en la noche de Año Nuevo- ¡Fuegos articulados!
Los dos hombres rieron.
-Son fuegos artificiales, Leo- dijo Zayn con una sonrisa.
-Artificiales- repitió, intentando recordar la palabra correcta-. Son bonitos- afirmó, sin despegar su vista de los brillantes colores. Antes de que ninguno pudiera decir nada más, Leo corrió a su habitación.
-¿Leo, hijo?- preguntó Liam, golpeando la puerta cerrada suavemente con sus nudillos- ¿Estás bien?
-¡Sí, sí, estoy bien!- dijo el pequeño- ¡No entres!
-Está bien...- dijo, algo descolocado.
El castaño bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina, encontrándose con su marido.
-¿Está bien?- preguntó el moreno.
-Mhm, sólo que no quiere que entre a su cuarto- dijo, algo preocupado.
-Es un buen chico, no creo que esté haciendo nada malo- Zayn se acercó a su esposo y puso sus manos en su cintura.
-Creo que tendremos que confiar un poco en él- dijo, acercando su rostro al del mayor, posando sus manos en sus hombros.
-Definitivamente.
Finalmente sus labios se acariciaron dulcemente, bailando en embelesadora sincronía. Las lenguas de ambos decidieron encontrarse y juguetear entre ellas, pero sin ninguna intención sexual, sólo el mero deseo de besarse y mimarse durante un rato.
Entre besos e inocentes caricias, hicieron su camino hacia el sofá de la sala, donde se sentaron para seguir con su perezosa sesión de cariño.
-¿P-papis?- los pasitos de Leo interrumpieron el casi total silencio de la planta baja de aquella gran casa.
-¿Qué sucede, Leo?- preguntó el moreno luego de que ambos se separaran con un leve chasquido.
-Miren- el pequeño sujetó una hoja de papel frente a ellos para que la vieran.
-Cielos, es precioso, bebé- dijo el ojimiel, con una sonrisa cariñosa.
-Eres realmente muy bueno dibujando, Leo- elogió el de piel color canela.
En aquel papel estaba plasmado el cielo nocturno, lleno de fuegos artificiales de distintos y atractivos colores.
-Me gusta dibujar- dijo, sonriendo, y con sus pequeños cachetes teñidos de un suave rosado.
-Estoy seguro de que tendrías un excelente futuro en el mundo del arte si te lo propusieras.
-¿De verdad?- preguntó el pequeño, ilusionado. No había entendido completamente las palabras de Liam, pero el sólo captar la palabra "arte" le hacía feliz.
-Sí- respondió, sonriente-. Y nosotros vamos a apoyarte en cualquier cosa que decidas.
-Los quiero- el niño rió un poco y echó sus bracitos alrededor del cuello de sus padres adoptivos.
-Nosotros también te queremos- susurró el moreno.
-Nunca lo dudes.
.
La próxima vez que Harry fue a la casa de Louis, un gato negro con grandes ojos verdes lo sorprendió desde el sofá.
-Bienvenido, Harry- dijo el hombre-gato, una sonrisa malévola trepando por sus labios-. Él es Neko, mi nuevo gato, al que quiero mucho, mucho, muuuuuucho- dijo, sin siquiera saludar con propiedad al menor, alzando al animal y acariciando el suave pelo entre sus orejas.
-Es lindo- fue todo lo que el rizado pudo decir.
-Lo sé- el castaño levantó una ceja vanidosamente.
-¿Me das un beso?
-Nop, estoy muy ocupado con Neko aquí, ¿qué no ves?- el ojiazul se sentó en el sofá con el gato en su regazo.
-Esto es por Toby, ¿verdad?- preguntó, cansado.
-Lo dejo a tu criterio- respondió sin siquiera mirarlo.
El ojiverde rodó los ojos y se aproximó por detrás. Tomó la cabeza de Louis entre sus manos y la hizo para atrás para darle un beso en los labios.
-Toby no era tu reemplazo, ¿sabes?, yo sólo estaba deprimido y solitario, y Flora acababa de tener cachorros. Y yo no voy a ponerme celoso de un animal- comenzó a rascar entre las orejas de Louis.
-Ese es un sucio truco- dijo el mayor, entre ronroneos de gusto-. Se supone que estoy siendo una perra, no puedes dejarme todo suavecito y como gelatina ahora- se quejó.
-Me gustas todo suavecito y como gelatina. Aunque también me gustas cuando estás siendo una perra- reflexionó-. Me gustas siempre, sin importar qué.
-Mentira, aquel sucio perro te gusta más que yo- respondió, con el ceño levemente fruncido.
-Toby es mi mascota, tú eres mi novio- dijo-. Y, aunque tengas ciertas características inusuales, hay una gran diferencia entre ellos- tomó una de las suaves orejas y la masajeó entre sus expertos dedos, ganando un leve maullido de placer por parte del ojiazul.
-¿Quieres quedarte a cenar?- preguntó, cambiando de tema mientras se concentraba en empujar su cabeza un poco más contra la mano del menor.
-De hecho, estaba pensando en que podríamos salir a cenar hoy- dijo, masajeando el cuello y el cuero cabelludo del castaño.
-Mmmm...- ronroneó, en puro deleite.
-¿Y eso es un sí o un no?
-Depende.
-¿De qué?
-¿Vas a follarme luego?
Harry rió.
-Si eso es lo que quieres, entonces sí.
-No puedes culparme, estoy embarazado y caliente- dijo, disfrutando los mimos que los largos y talentosos dedos de su novio le daban.
«Tal vez, estar embarazado no sea tan malo después de todo.» pensó Louis.
«Tal vez, tener de novio a un híbrido humano-gato, embarazado y prácticamente bipolar no sea tan malo después de todo.» pensó Harry, al mismo tiempo.
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Holaa :))
Este cap va dedicado a @tommoyharry. Linda, espero que esta especie de "homenaje" a Neko te haya gustado :D
¿Qué les pareció? Lou is a very sassy bitch with boobs :33 jajajaja
I <3 You
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Megakisses
Anto :*

Meow? -Larry Stylinson- (Neko!Louis ~ Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora