Capítulo 14

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Capítulo 14

-Haz...
-¿Qué sucede, amor?
-¿Falta mucho? ¿Cuándo llegaremos?- preguntó ansiosamente.
El rizado rodó los ojos sin apartar la vista de la carretera.
-No falta demasiado, unos veinticinco minutos- respondió.
-¡¿Veinticinco minutos?!- chilló, repentinamente no quería llegar nunca; ahora tenía miedo.
-Lou, estamos dentro de un auto, no hace falta que chilles como cerdito.
-Ahora tengo dos cosas para decirte: la primera, ¡oye!- se quejó, golpeando suavemente el brazo del ojiverde- Yo no chillo como cerdito, chillo como gatito; y, la segunda, Hazz, ya no quiero llegar... tengo miedo; ¿qué tal si me odian porque soy la pareja de su único hijo varón? Quizá ellos esperarían nietos, y yo no puedo concebir.
-Primero, amor; ellos no te odiarán, van a amarte un poco menos que como yo lo hago- dijo-, ya que sería raro que alguno de mis padres quisiera hacerte el amor por siempre- aclaró en voz baja-. Y si yo quisiera a alguien que pudiera darme hijos de mi sangre, ¿no crees que estaría con alguna mujer?- el ojiazul lo miró con el ceño fruncido- No lo malinterpretes, quiero decir que podríamos adoptar en cualquier momento que quisiéramos. Además, soy pansexual- prosiguió-, me he enamorado de ti por tu interior, no por si eres hombre o mujer.
-Vaya, eso es algo nuevo- musitó el hombre-gato-. Pero... ¿y qué si les repugno por ser mitad gato?- preguntó, nuevamente preocupado.
-Lou... no te preocupes, ellos van a aceptarte tal y como eres porque saben que si yo te he elegido, debes ser alguien especial.
-Quizá demasiado especial- corrigió, remarcando la palabra "demasiado".
-Mira, si no querías venir, podrías habérmelo dicho desde el principio- dijo, ya algo molesto por la actitud de su novio.
-No, yo quiero ir, es sólo que... no lo sé, habrá una familia completa, con amigos y demás, yo no sé cómo actuar allí, mi única familia fue la señora Gordons, y luego mis dos padres adoptivos, nunca nadie más; siempre he estado solo, encerrado en casa porque temía que toda la gente me rechazara por ser como soy...- dijo con un nudo en la garganta, sentía sus ojos comenzando a escocer por el llanto que se avecinaba-. Me odio, me odio, me odio... no debería existir...- comenzó a hablar en voz baja, mirándose a sí mismo por el vidrio de la ventanilla del coche mientras las lágrimas comenzaban a caer.
Harry, al ver la situación de su pareja, condujo hasta el borde de la carretera y detuvo el auto.
-Soy un error, un simple experimento... debería haber muerto cuando me dejaron en una caja bajo la lluvia...- seguía sollozando- ¿por qué no has muerto, imbécil?- se preguntó a sí mismo en voz alta.
De pronto unos brazos lo envolvieron en forma de consuelo.
-No has muerto porque el destino lo quiso así, para que me encontraras y me sacaras del pozo de rutina y mierda en el que estaba metido, para que yo pudiera amarte y sanarte por dentro- un cálido beso fue depositado en su mejilla empapada.
-Y ¿por qué tú no te has ido aún, por qué no me has abandonado? Todos acaban haciéndolo porque se dan cuenta de que sólo soy una carga para ellos, una carga con orejas peludas y cola.
-Nunca voy a dejarte, te amaré por siempre- el abrazo se apretó en torno al cuerpo del castaño, como si Harry quisiera de una vez exprimir todas las malas experiencias de su pasado para que pudiera dejar de llorar.
-¡Eso era lo que decían mis padres!- exclamó con desprecio- Y luego ellos también me abandonaron, ¡murieron en el mismo accidente y me dejaron solo!- volteó para encarar al rizado- ¡¿Tú también piensas hacer eso?!- se revolvió entre los brazos que lo sujetaban, odiando a todo y a todos, pero aún más a sí mismo- ¡¿Tú tam- quiso seguir gritando, pero los labios cálidos y reconfortantes de su novio le hicieron callar, moviéndose suavemente sobre los suyos.
Cerró los ojos y siguió el beso, repentinamente convertido en gelatina. Toda la rabia, el rencor y los sentimientos reprimidos durante toda su vida se esfumaron para dar paso a una sensación de calidez y mariposas en el estómago, el cual segundos antes había estado ocupado por una bola de plomo al rojo vivo.
El beso se prolongó por unos segundos antes de que sus bocas se separaran. El castaño abrió sus ojos unos segundos después, viendo que los de su novio ya estaban abiertos. Suspiró.
-Lo siento...- dijo apenado.
-No lo sientas- dijo el ojiverde-. Necesitabas sacarlo- sonrió y besó la frente de su pareja.
-Es increíble la manera en la que me haces sentir un niño algunas veces, pero se siente completamente bien- dijo, sonriendo también.
Harry dio un corto beso en su mejilla y volvió a acomodarse en su asiento.
-Tenemos que seguir camino, Lou; ¿seguro de que quieres ir? Siempre podemos dar media vuelta y volver a Londres, estoy seguro de que mi madre lo entendería.
-Me ofendes, Harold, yo no soy ningún cobarde de cuarta; ahora, mueve este cacharro y llévanos con tus padres- respondió, totalmente resuelto.
-Ésa es una de las cosas que me encantan de ti, te recuperas increíblemente rápido- dijo, casi sorprendido.
Volvió a poner en marcha el motor y puso nuevamente el auto en la  carretera. Mientras Harry conducía, Louis se limpiaba las lágrimas del rostro.
Llegaron a Holmes Chapel sin inconvenientes y el hombre-gato comenzó a ver por la ventanilla cómo era aquel lugar. Era pintoresco, con grandes casas de ladrillo excelentemente cuidadas y mantenidas, grandes jardines de césped de un verde profundo y farolas de calle cada dos casas que le daban un aspecto totalmente mágico. También había una zona que estaba llena de tiendas de ropa de cualquier marca que pudiera desearse, almacenes, supermercados, librerías, bibliotecas, jugueterías entre otras cosas, un centro comercial al aire libre. Moviéndose hacia la parte del pueblo en el que las grandes casas daban lugar a mansiones enormes y tradicionales.
-Es muy bonito- dijo el castaño, admirando el lugar.
-¿Pintoresco, verdad?- preguntó sin quitar la vista del camino.
-Realmente hermoso.
Siguió admirando la belleza de Holmes Chapel hasta que Harry detuvo el coche y apagó el motor.
-Hemos llegado, amor.
Los nervios volvieron a aflorar en el mayor, pero el rizado besó cortamente sus labios antes de decirle:
-No te preocupes, todo va a salir bien, bebé.
Louis asintió y tomó una respiración profunda antes de que ambos salieran del auto. Se tomaron de las manos y comenzaron a caminar por el camino de grava que llevaba a la mansión de los padres de Harry. Llegaron a la puerta y tocaron el timbre; inmediatamente un mayordomo les abrió la puerta y dijo con cortesía:
-Buenas tardes, señor Styles, señor...
-Tomlinson- dijo el rizado.
-Señor Tomlinson. Por favor, pasen, la familia Styles se encuentra reunida en el jardín.
La pareja entró a la casa y lo primero que Louis hizo fue admirar el interior de la mansión. Era una cálida y clásica mansión; cielorrasos altos, todo muy limpio y brillante, el blanco abundaba, estaba perfectamente decorada y hasta las molduras que unían las paredes con el techo eran de un exquisito gusto, hechas manualmente.
Harry guió a su novio por las distintas salas hasta salir al jardín por unas puertas francesas. El jardín también era hermoso; el césped era verde brillante y estaba prolijamente recortado, había un camino de grava bordeado de arbustos perfectamente recortados como cubos y más al fondo se veía una enorme carpa blanca con mucha gente dentro. Tomados hacia ella. Dentro de la carpa se veía una cantidad de gente considerable; Harry guió a su novio hasta la mesa principal, donde una señora de mediana edad se encontraba charlando con una pareja joven.
-Mamá- la llamó el menor. La señora volteó.
Tenía un rostro muy parecido al de su hijo, sólo que algo más femenino. Sus ojos verdes brillaban con alegría cuando vio a Harry.
-¡Mi niño!- la señora Styles abrazó al ojiverde- ¡Has crecido tanto en medio año!- se separó un poco del rizado para verlo bien- Mírate, veinte años y ya pareces todo un hombre- dijo con orgullo materno.
-Mamá...- dijo el chico con las mejillas algo sonrojadas.
-Pero tú venías con un acompañante, ¿dónde está?- apenas la atención viajó a él, Louis bajó el rostro y sujetó fuertemente el sombrero a su cabeza, no quería mostrar sus ojos con pupilas verticales ni sus orejas- ¿Qué sucede, cariño?- habló la mujer.
El hombre-gato sólo negó con la cabeza.
-Lou...- dijo Harry, algo molesto porque su novio se había echado hacia atrás, sólo un poco, pero lo había hecho.
El ojiazul suspiró y levantó la cabeza al tiempo que se sacaba el sombrero, levantando las orejas. La señora Styles abrió mucho los ojos.
-¡Oh mi dios! ¡Es un gato!
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Holaa!!!!
Siento realmente haber estado taaaaanto tiempo sin actualizar :S es que no tenía inspiración y tampoco tiempo ya que hasta la semana pasada estuve en época de exámenes :(( La buena noticia es que aprobé todo y no me quitarán nada que implique vida social :))
El capítulo 15 ya está en proceso, así que espero poder terminarlo mañana o el miércoles ;D
L@s quiero!!!

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Megakisses
Anto :*

Meow? -Larry Stylinson- (Neko!Louis ~ Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora