Fantasías - Eremika

20 - Confianza

En la madrugada ambos tomaron el tren y serían varias horas hasta llegar a su destino, entonces prefirieron dormir para no estar tan cansados al llegar.

Bajaron en la estación y a Eren le dolía un poco la espalda.

-Olvidaste decirles que llegaríamos hoy, ¿verdad?- preguntó Zeke a lo que su hermano solo asintió. -Maldición... la próxima vez yo hablaré con ellos-

Tomaron un taxi que los llevo hasta casa, al abrir la puerta sus padres estaban en el comedor desayunando.

-Hola mamá, papá- ellos no los esperaban, por lo que se levantaron rápidamente para darles un abrazo.

-En serio, debieron decirnos que iban a venir, para tenerles preparado algo, pero no se preocupen ahora mismo les haré su comida-

Antes de comer, Eren llevo su maleta hasta su habitación y sacó esa cajita súper especial, debía ocultarla ya que no quería problemas con quien la encuentre.

-Por favor, nervios ahora no...- sacó el teléfono de su bolsillo e hizo una llamada.

-

Mikasa estaba en su cama, estaba leyendo un par de cosas en su laptop mientras tomaba café, entonces escuchó sonar su teléfono y contestó.

-Hola Eren, ¿cómo estás?-
-Estoy bien, oye nos podemos ver en la cafetería cerca a la escuela-
-¿Qué? Espera un momento, ¿volviste?-
-Perdón por no decírtelo, pero si no puedes lo voy a entender-
-¡No, no! ¡Está bien! ¿En la tarde?-

Finalmente colgó después de despedirse.

-¡Sí, volvió!- salió de su cama dejando la taza de café en la mesita de noche y fue rápidamente al baño.

-

Más tarde

-¿Lo harás hoy?- preguntó Zeke.

-Solo quiero hablar con ella frente a frente, ya después me declararé, por cierto, ¿cómo me veo?- dijo Eren.

-Lo suficiente bien para derretir a una mujer mayor, maldito suertudo- él le sonrió y salió camino a la cafetería.

Cero nerviosismo y cero paciencia, en serio se moría por ir a verla y poder hablarle después de un maldito año.

No sabía si había llegado algo temprano ya que Mikasa no estaba en el lugar, entonces le taparon los ojos.

-Me alegra volver a verte- él solo sonrió y se volteó. -Te extrañe más de lo que me imaginaba- dijo.

-También te extrañe, lamento no haberte dicho que volvería hoy, espero que no te moleste-

-No me molestaría algo como eso, lo realmente importante es que ya estás aquí- ambos intercambiaron sonrisas y se sentaron en una de las mesas.

Ambos se pusieron a hablar mientras comían algo del lugar.

-Presente uno de mis exámenes finales, si todo sale bien esté invierno habré terminado la universidad-

-Me alegra oír eso, no esperaba menos de mi mejor estudiante y posiblemente, también haya un premio como en aquella ocasión-

-¿Y tú cómo estás?-

-Pues he estado bien, por fin de vacaciones y ahora que tú estás aquí podemos decir que estoy un poco más felíz-

-Por cierto, quiero tocar un tema algo delicado-

-Si no lo preguntabas tú, te lo iba a decir yo, hace ya un par de meses que me divorcie de Jean, tal y como lo prometí, no sabes lo libre que me siento ahora-