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💐 Los ángeles, California. MARA'S POV !
—Marita. —Vinnie me pincho la mejilla con su dedo. —Marita, Marita, Marita.
Sigo sin prestarle atención y dejé mi vista fija en la televisión mientras me dedicaba a acabar mi cena. El buen... chico que tengo a mi lado no me deja ver Hermanos a la obra en paz. Estoy a nada de mandarle con el control remoto por la cabeza.
—Señora Hacker, ¿sería tan amable de prestarle atención a su adorado esposo? El pobre anda necesitando unos cuantos mimos, y qué estos sean de usted, si no es mucha molestia. —me vuelve a pinchar la mejilla y habla con un tono elegante que me hace soltar una risa.
Finalmente enfoco mi vista en mi rubio. Su cabello está bastante largo, y no me canso de decirle que debe cortarselo. Nunca me hace caso, el testarudo.
Sus ojos avellanas me miran con un cierto brillo atrapante, tiene una sonrisa ladeada en su rostro y no deja de pinchar mi mejilla. Se nota que tiene ganas de molestar, el muy pesado.
—Para ya, pesado. —digo, dándole un manotazo a su dedo.
Fue con cariño, obvio. El amor y el cariño son los dueños de este matrimonio.
—Oh, extraño la época en dónde me tratabas bien, ¿dónde quedó eso?. —me pregunta con una sonrisa.
—Se quedo en nuestra cama, junto a mis ganas de vivir. —le digo, devolviendole la sonrisa.
El pone una pequeña mueca mientras se deja tirar por mi, termina con su cabeza recostada sobre mis piernas y conmigo acariciándole su cabello rizado con la yema de mis dedos.
—Que bonitos ojos tienes. —me dice, en un susurro. —Son verdes, parecen pastito.
Entrecierro mis ojos con algo de confusión y suelto una risa con extrañez. Ese fue el cumplido más... lindo que me han hecho.
—¿Eso es un halago?. —le preguntó enarcando una ceja. —Porque no parece.
El me sonríe como niño pequeño, logrando que sus preciosos ojos se achinen un poco y que sus mejillas enrojezcan con todo lo que tiene. Últimamente le pasa mucho eso cuando está a mi lado, aunque creo que siempre le pasó y yo nunca me di cuenta.
—Todo lo que salga de mi boca es un cumplido para ti. —me dice, muy digno. —O sea, estoy casado con la más hermosa del planeta, lo mínimo que puedo hacer es halagarla cada que respire.
sonrío encantada por sus palabras, el aún sigue teniendo el efecto de hacerme sentir la persona más amada de esta tierra, soy realmente afortunada de tenerlo en mi vida.
Mi solecito llegó a mi vida a iluminarme de una forma maravillosa. Y estoy más que agradecida con el por eso.
—¿Crees que soy la mujer más hermosa del planeta?. —le preguntó arqueando una ceja, ladeando un poco mi sonrisa.
