El virus que acabó con más de la mitad de la población mundial apareció tres años antes de que esta historia comenzara.
No conocíamos muy bien su origen, pero algunas páginas Web decían que un científico loco había querido crear algún tipo de estimulante que nos ayudara a alcanzar el cien por ciento de nuestra capacidad cerebral. No funcionó, por supuesto.
Nadie sabe exactamente cómo se esparcieron las partículas del estimulante alrededor del globo ni cómo se mezclaron con varias enfermedades contagiosas, pero el punto es que terminó sucediendo... Y sí, se supone que así es cómo el virus nació.
¿Su nombre?
Los científicos lo llamaban de una forma que se me hacía imposible pronunciar y escribir.
Los del noticiero se referían a él como La Enfermedad de Matthews.
Para el resto era solo el Virus Letal.
...
Tengo que dejar de hacer esto. Esta no es una historia de medicina ni de misterio. No usaré términos complicados ni habrá pistas que nos guiarán al culpable.
Esta es la historia de un amor en sus últimos días...
Supongo que debería dejar de darle tantas vueltas al asunto y empezar, y para eso debo llevarlos al comienzo de la historia que en verdad quiero contar.
El día uno...
La mañana fue normal... O, al menos, tan normal como puede serlo cuando has pasado tres años de tu vida intentando no contagiarte de una extraña enfermedad.
Mi mente se despidió de los sueños y me guio hacia la conciencia antes de que el sol saliera. ¿La razón? Los suaves labios que comenzaron a recorrer la desnuda piel de mi espalda y lentamente fueron a encontrarse con el punto más sensible de mi cuello.
— Buenos días. —El tono ronco de su voz, sumándose al hecho de que su respiración golpeó contra mi cuello, logró erizarme la piel de forma agradable.
— ¿No te bastó con lo de anoche, Danvers? —pregunté mientras me giraba en la cama y escondía mi rostro en su pecho, inhalando de esta forma su inconfundible aroma a vainilla y a mí misma. Es extraño, pero era como si después de tanto tiempo juntas yo fuese parte de ella y ella fuese parte de mí— ¿Por qué tienes que levantarme tan temprano? Estaba teniendo un bonito sueño relacionado con Supergirl.
— Espero que sea el cosplay que hice —contestó con una débil risa mientras me abrazaba y me acercaba más a su cuerpo.
— No voy a soñar contigo, Kara —me negué de inmediato—. Ya tengo suficiente con soportar que pases a mi lado la mayoría del tiempo —intenté burlarme.
— Me sentiría ofendida si no supiera que eso de pasar el tiempo conmigo te gusta.
— ¿Cómo es que estás tan segura?
— ¡¿Es en serio, Lee?! Ahora mismo estamos desnudas gracias a ti... En realidad, la mayoría del tiempo terminamos desnudas gracias a ti.
— Es tu culpa por ser tan sexy —me quejé mientras alzaba una de mis manos para tomar su pecho juguetonamente. Ella emitió mi sonido favorito—, y tan... excitable.
— Amor, me... me encantaría continuar con esto —balbuceó—, pero es sábado.
Mis ojos se abrieron de inmediato, casi como si me hubiesen golpeado el estómago con un martillo, y me senté en la cama con tanta brusquedad que terminé mareándome.
— ¡¿Qué haces allí, Danvers?! —le recriminé mientras volteaba a mirarla. Mi novia estaba riendo— ¡El centro comercial no abre todos los días!
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Virus Letal | [Supercorp Adaptación]
Fanfiction- Voy a morir -acepté con tristeza-. Ellas van a morir -continué. Y jamás había sentido peor nudo en mi garganta que aquel cuando finalmente dije: - Tú vas a morir. Esto es una adaptación. La historia original le pertenece a @AllysonDeVil. El FanArt...