El día siete, Kara despertó con un terrible malhumor, lo cual me hizo saber que ella también había recibido la odiada visita.
Digamos que ser dos chicas de mal humor era terrible, así que discutíamos por todo y nos disculpábamos de forma muy estúpida.
En el momento era irritante. Ahora que lo recuerdo me parece gracioso.
—¡¿Por qué me miras?! —pregunté con alteración. Me parecía bastante molesto que me observara detenidamente mientras intentaba comer aquella fea papilla que nos sirvieron esa mañana.
—¡¿Acaso ya no puedo hacerlo, Lena?! —ella estaba mucho más alterada que yo.
—¡Claro que sí! ¡Pero no cuando me como esta horrible papilla! ¡Me intimidas!
—¡¿Qué quieres que mire?! ¡¿Los pechos de Sam?!
Ese había sido un golpe bajo.
—Si quieres —accedí con total seriedad—, pero en cuanto lo hagas, te olvidas de tener sexo conmigo.
Ella jugaba sucio. Yo era peor.
—¿Pueden dejar de discutir? —preguntó Nia pacíficamente. Era la única que parecía disfrutar de aquella papilla con olor a pies y sabor a tierra—. Es incómodo.
—No te metas en esto —pidió Kara con total seriedad.
—No le hables así a Nia —esa fue Sam—, o juro que te las verás con mis manos.
—A ella le encantaría vérsela con tus manos —murmuré mientras me cruzaba de brazos. Puede que suene estúpido ahora mismo, pero en ese momento estaba increíblemente enojada con ella
—¿Pueden dejar de...? —De nuevo era Nia.
—¡Cállate! —dijimos las dos.
—Te odio. —Recuerdo haberle dicho a Kara.
Pero la verdad es que la amaba tanto que mi corazón amenazaba con estallar cada vez que la miraba.
—No quiero que vuelvas a hablarme —murmuró antes de levantarse junto con su plato y marcharse a la habitación vacía.
—Bien —acepté.
—Bien.
—Bien.
—Bien.
—Bien.
—¡Lárgate ya!
—¡No! —se negó mientras regresaba, dejaba su plato en el suelo y se abrazaba a mi cintura con tantas fuerzas como podía—. Perdón, Lee. Te amo —susurró mientras escondía su rostro en mi vientre para luego suspirar.
—Yo también te amo —correspondí con una sonrisa mientras reacomodaba su cabello.
—Eso ha sido tan raro que le han quitado el habla a Andrea —se burló Sam.
Puede que fuera un comentario bastante cruel, pero incluso Andrea rió ante esto.
—Este desayuno es horrible —se quejó Kara.
—Puedes dármelo si quieres —ofreció Nia.
Yo estaba loca, pero Nia era demente.
—¡¿Estás loca?! ¡¿No quieres que desayune?! —exclamó con indignación.
—Era solo una sugerencia —murmuró encogiéndose en hombros.
—Está bien, lo acepto. Toma.
De inmediato me sentí mal al ver que ella le daba su comida a alguien más. Puede que no fuera muy grave, pues terminarían alimentándonos de nuevo a la hora del almuerzo, pero que lo hiciera me recordó a una terrible época que jamás habría deseado volver a vivir.
ESTÁS LEYENDO
Virus Letal | [Supercorp Adaptación]
Fanfiction- Voy a morir -acepté con tristeza-. Ellas van a morir -continué. Y jamás había sentido peor nudo en mi garganta que aquel cuando finalmente dije: - Tú vas a morir. Esto es una adaptación. La historia original le pertenece a @AllysonDeVil. El FanArt...