Capítulo 22

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El día veintidós no dejé de amarla.

Jamás lo hice.

Supongo que cuando estás enojada con las personas que amas dices idioteces sin razón alguna, así que terminas por arrepentirte de ello poco tiempo después.

Y yo estaba realmente arrepentida...

No recuerdo muchas cosas del inicio de ese día, pero sí sé que, en algún momento, me di cuenta de quien había actuado mal todo ese tiempo era yo.

No podía justificar el comportamiento de Sam, mi vieja mejor amiga, pero enojarme con Kara cuando ella solo quería ayudarla mientras me mantenía a salvo había sido bastante estúpido e inmaduro.

Lamenté haber hecho eso.

Aún lo hago.

No corrí a disculparme en cuanto mi mente se dio cuenta de mi terrible comportamiento.

Tal vez le tenía miedo a Sam, tal vez al hecho de admitir que me había equivocado. Tal vez a ambas cosas.

No sé qué hora era exactamente, no puedo recordar bien algunos detalles, pero sé que había pasado ya el almuerzo cuando la puerta de mi habitación se abrió.

Yo estaba sentada en un rincón, pero no recuerdo la razón. Tal vez había estado llorando, o pensando, o volviéndome loca. Tal vez las tres cosas.

Comencé a temblar al darme cuenta de que quien había entrado no era ni un hombre de blanco ni Kara, sino Sam.

Me miró fijamente un par de segundos y realmente pensé que me haría daño, pero fue entonces cuando divisé sus manos esposadas. Me sorprendió bastante verla así, pero solo durante unos segundos, pues tiempo después comencé a pensar que aún tenía otras partes de su cuerpo para hacerme daño.

—¡Kara, tu estúpida esposa está acá! —gritó quien fue mi mejor amiga antes de que el Virus Letal apareciera.

Mi corazón dolió cuando escuché unos pasos acercarse a la habitación. Me sentía culpable, egoísta y, como Sam lo había dicho, estúpida.

Lo primero que vi fue su sombra, y finalmente su increíblemente perfecto cuerpo apareció en la habitación.

Tenía ojeras y en sus mejillas pude divisar rastros de lágrimas.

Me pregunté si era yo quien la había herido de esa forma, y la respuesta en mi mente fue un sí.

Jamás me había odiado de tal manera.

—¡Hey! —me saludó con una falsa sonrisa.

No me gustaba esa Kara. No me gustaba verla tan descuidada, tan herida, tan falsa...

Le había hecho daño, demasiado, y realmente lo sentía.

—Te dejaré sola con esa cosa —dijo mi amiga a Kara. Sus palabras eran acidas, y tal vez me lo merecía.

Ella se fue tal y como lo prometió, así que mi esposa y yo éramos las únicas personas en la habitación.

—Kara, lamento lo que hice ayer. Fui la peor de todas las idiotas.

Aquellas frases salieron de mi boca casi por instinto. En realidad, no me di cuenta de que había dicho algo así hasta que ya no había marcha atrás.

Supongo que necesitaba ser perdonada.

Me sentí bastante mal cuando ella empezó a reír.

—¡No te rías de mí, Kara! ¡He dejado mi orgullo de lado para decirte algo así! ¡No es gracioso!

Virus Letal | [Supercorp Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora