Punto de vista de Sabito.
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•Hace unas semanas Giyuu por fin dió a luz a dos saludables cachorros,una niña llamada Hana y un niño llamado Hiro, fue un alivio que no hubiera complicaciones en el parto. Ambos se parecían demasiado a su padre, ojos grises y cabello gris claro con una pizca de azul marino, sus miradas eran idénticas a la de él, pese a ello yo estaba muy feliz pero hubo algo que me desconcertó. Cuando le entregaron los bebés a Giyuu, por un instante, vi la mirada fría y vacía que les dirigió. Después de el terror que vivió durante el secuestro le recomendaron visitar a un psicólogo debido a que la experiencia le había generado un trauma, pero solo asistió a cuatro sesiones ya que según Giyuu ya lo había superado.
Abrazó a sus hijos y cambió su mirada a una llena de cariño y amor, pero no me pude sacar el presentimiento de que algo malo sucedería.•
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•Han pasado dos meses desde que los pequeños nacieron, todos en la casa se encariñaron con ellos, nadie saca el tema de sus apariencias aunque es algo muy obvio.
Giyuu salió a pasear junto a Makomo y los cachorros. Desde hace tiempo estuve pensando en limpiar la habitación de mi omega ya que no la suele usar, siempre duerme en la habitación de los bebés, decidí aprovechar que estaban fuera para limpiar y ordenar un poco. Cuando entré estaba tan desordenada que se me quitaron las ganas de limpiar, pero tenía que hacerlo. Recogí cajas y las apile en el pasadizo para poder trapear adentro. Llevaba la última caja pero debido a que era pesada se me terminó cayendo y abriendo, me dispuse a recoger las cosas que habían dentro pero una me llamó la atención, un diario a nombre de Giyuu. No pude con la curiosidad y empecé a leer, pronto me dí cuenta de lo que se trataba, eran los días del secuestro de Tomioka narrados por el mismo. Hoja tras hoja avancé y solo pude sentirme peor que antes ¿tanto había sufrido el omega?¿Porque no pude hacer nada para salvarlo antes? Unas cuantas lágrimas invadieron mis ojos.
Me sorprendió un poco el hecho de que hubieran páginas con fechas de cuando Giyuu ya había sido salvado, al parecer siguió escribiendo cuando se mudo acá, pero ¿Porque el diario estaba oculto dentro de una caja?
Casi ningún relato trataba de algo agradable, la gran mayoría explicaba como fue torturado y como se sentía en ese lugar. Llegué a la última página y fue la más escalofriante, era de ayer....
Querido diario:
Desde que supe que era omega estuve pensando algo, en mis futuros cachorros. No estaba demasiado a gusto con mi casta pero la idea de formar una familia y ser yo quien cumpla el rol de madre no me desagradaba. En ese entonces quería encontrar a una pareja, ya sea alfa beta e incluso omega, no importa quien fuera con tal de que me amara. Y mientras nuestra relación avanzara, comprometernos y en el mejor de los casos yo quedaría embarazado, obviamente si mi pareja fuera otro omega este punto no se haría realidad.
Cuidaría a mis hijos antes de que nacieran y después del parto, crecerían en un ambiente lleno de amor sin violencia alguna, tendrían una buena educación para convertirse en grandes profesionales, y cuando eso sucediera yo sentiría que mi deber estaba cumplido, viviría mis últimos años con mi pareja hasta dar el último suspiro juntos, muy cursi pero hermoso a la vez.
No conseguí la pareja perfecta, pero si un novio violento y con posibles problemas mentales. Sufrí un abuso sexual, pero conseguí unos cachorros no deseados. Se que no tienen la culpa de las cosas que me sucedieron, pero cuando los veo no miro a mis hijos, lo miro a él, cuando duermo no duermo con ellos, duermo con él, y eso me está matando poco a poco. O muero yo o mueren ellos, no puedo seguir con esto, quiero destrozarlos o destrozarme a mí por pensar en idioteces como estas. No puedo más reprimiendo todo, la bomba esta apunto de explotar en mi cabeza....
No, Giyuu no sería capaz de hacer algo así, o.... ¿tal vez sí?
Agarré mi celular y marque el número de Giyuu.— No contesta, maldición — llamé a Makomo — ¿Hola?
— Hola Sabito, ¿que ocurre?
— Donde están — me vestí listo para salir.
— Bueno estamos en la tienda al frente del colegio central, Giyuu quería algo de beber, me está esperando afuera junto a los pequeños. — agarré las llaves y salí rumbo a la dirección que Makomo me había dado.
— Ve con Giyuu ahora.
— ¿Qué? Estoy a punto de pagar.
— Ahora por favor!
— Ok ok, ya pagué, ¿todo esta bien? Pareces alterado — la chica guardo silencio por un momento — ¿donde están?
— ¡¿Qué pasó?!
— No están donde los deje, deben haber ido a pasear un rato.
Llegué a la tienda y vi a Makomo quien volteó y me miró extrañada.
— ¿Qué haces acá Sabito?
— Diablos, ¿viste a donde iban?
— Cuando salí ya no estaban, no has respondido mi pregunta.
— Los niños están en peligro — podía oler las feromonas de Giyuu, si las seguía con suerte llegaría a tiempo.
— ¿En peligro? ¿Por qué?
— Porque están a solas con Giyuu — empezó a caminar guiándose con su olfato — iré a buscarlos, avísale a Urokodaki san.
— Bien... — al parecer Makomo no terminaba de comprender la situación pero igual me hizo caso.
Llegué al río que delimitaba los dos pueblos, seguí caminando hasta toparme con un edificio aparentemente abandonado donde las feromonas del omega predominaban. Intente tomar el ascensor pero estaba malogrado, tuve que subir por las escaleras. Subí y subí hasta llegar al octavo piso donde me detuve al escuchar un grito desgarrador.
Lo que presencié fue realmente inhumano y terrorífico. Las pequeñas extremidades de el niño que considere como mi hijo, y juré proteger, esparcidas por el suelo. La pequeña Hana lloraba mientras Giyuu la agarraba del cuello con un machete en la mano. El omega derramada lágrimas pero se podía ver la determinación en sus ojos, no se detendría.— Giyuu!!! — corrí hasta el y le arrebate a la menor.
Pese a que actué rápido, logró hacer un corte en la cara de Hana quien empezó a gritar desgarradoramente.
— Sabito... — se alejó de mí y caminó hacia un ventanal, agarró el arma llena de sangre y rompió el vidrio — lo siento tanto, por favor perdónenme.
Cuando por fin pude entender lo que Giyuu iba a hacer ya era muy tarde, se había lanzado. Me asomé por el ventanal roto y pude ver su inerte cuerpo, había caído encima del machete y eso empeoró la situación.
Giyuu falleció camino al hospital....•
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•Narrador omnisciente:
A lo lejos se podía ver a un señor y una niña, aproximadamente de 14 años, dejando flores a dos tumbas. La menor de nombre Hana era la viva imagen de el padre que nunca conoció, pero heredó la personalidad calmada, y a veces fría, de su difunta madre. Creció junto a Sabito, su padre adoptivo, y pese a haber crecido recibiendo todo el amor de él y de su tía Makomo, fue discriminada en el colegio por ser "adoptada" y por la cicatriz que poseía en la mitad del rostro.
— Oye papá... ¿Es mi culpa? — el mayor volteó a observar a Hana quien hacia el máximo esfuerzo para no llorar. — ¿Es por mí que mi mamá y mi hermano fallecieron?
Sintió unos acogedores brazos envolverla con protección mientras el mayor soltaba feromonas para tranquilizarla, y por fin ella se permitió romper en llanto, por una familia que nunca llegó a conocer, por ser la única sobreviviente, por parecerse a su padre, por el simple hecho de haber nacido.
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•En unos días subiré el final alternativo, uno más alegre que este. 👌
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ɢɪʏᴜᴜ'ꜱ ᴅɪᴀʀʏ - (Sanegiyuu - Sabigiyuu)(Omegaverse)
Fanficᴀʟ ᴇꜱᴛᴀʀ ᴇɴᴄᴇʀʀᴀᴅᴏ ᴇɴ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴠᴏʟᴜɴᴛᴀᴅ, ᴛᴏᴍɪᴏᴋᴀ ɢɪʏᴜᴜ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀʀÁ ʀᴇꜰᴜɢɪᴏ ᴇɴᴛʀᴇ ʟᴀꜱ ʜᴏᴊᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴅɪᴀʀɪᴏ, ᴅᴏɴᴅᴇ ʀᴇʟᴀᴛᴀʀÁ ꜱᴜꜱ ᴘᴇɴᴀꜱ ʏ ᴀʟᴇɢʀÍᴀꜱ ᴘᴀʀᴀ ᴅᴇꜱᴀʜᴏɢᴀʀꜱᴇ ʏ ᴏʟᴠɪᴅᴀʀ ʟᴀ ᴛʀɪꜱᴛᴇ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ • • • ♧ Capítulos cortos ♧ Omegaverse ♧ Sanegiyuu tóxico ...