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Querido diario:
Al principio de mi secuestro me encerró en una habitación de su casa, donde había una ventana. Los primeros 3 días planifique cuando y como podría salir por ese pequeño lugar, pero pese a mis esfuerzos y haber planificado todo correctamente, fallé. Sanemi solía salir en la tarde, así que cuando él no estuviera en casa tendría el tiempo suficiente para escapar y pedir ayuda. Todo iba bien pero no tomé en cuenta el hecho de que su casa se ubicaba lejos de la ciudad. Caminé por un largo tiempo, pero no había rastro de vecinos o algún local. Finalmente encontré una carretera, pero estaba tan fatigado que me senté bajo un árbol para recuperar fuerzas. Estaba a punto de dormirme por el cansancio pero un auto se detuvo, uno que yo conocía muy bien. Shinazugawa bajo de este y yo solo opte por correr con toda la energía que me quedaba, mi cuerpo ya no daba para más, pero mi fuerza de voluntad y las ganas de escapar eran mayores. Corrí como si no hubiera un mañana, pero él, con tan solo decir una palabra, logró que me detuviera, había usado la "voz". Sin oportunidad de negarme y debido a que mi casta es sumisa ante los alfas, caí rendido en el pavimento. Desperté en una habitación completamente distinta a la anterior, no sabía exactamente cuanto tiempo había pasado desde lo ocurrido anteriormente. Este nuevo ambiente era más oscuro y sucio, no tenía muchos muebles y mucho menos una ventana, obviamente el no iba a dejar que yo intentara escapar nuevamente, claro que no. La puerta se abrió lentamente dejando entrar al diablo en persona, quien me visitó personalmente para llevarme al infierno mismo, ¿acaso me merezco esto? ¿es algún tipo de castigo divino? ¿que había hecho mal?. Ese día perdí esperanza alguna en escapar y también mi fe en Dios, ya que pese a rogar por ayuda y pedirle a él que se detenga, nadie vino a salvarme y nadie impidió que él hiciera conmigo lo que le plazca.
