La moraleja

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—Chlo... sinceramente no creo que estés lista...— decía el chico, susurrando, mientras se acostaba de nuevo boca arriba.

Chloé parpadeó con cierta curiosidad. No entendía a qué se refería, estaba muy extrañada de ese comentario, sobretodo porque parecía que al fin iba a perder su virginidad, con el chico que estaba segura que era el correcto y que ahora la rechazaba. Ese sí que había sido un gran golpe a su orgullo.

Sin embargo, Luka era diferente, así que actuó de manera diferente a como siempre solía hacerlo.

—¿Por qué no?

—Porque hace nada estabas llorando, no creo que esto se deba hacer cuando estás con ciertas cosas en la cabeza. Debe ser algo especial, no solo vas y tienes sexo con quien puedas, y sabes bien que te quiero, y es por eso que no quiero que pierdas tu virginidad como acto de distracción. Te quiero, Chlo, pero debes esperar un poco más.

Chloé quedó helada, suspirando. Él tenía toda la razón del mundo. 

Se acostó encima de él, aún desnuda del torso. Alzó la cabeza para verlo a los ojos. Él la veía con tanto amor que por primera vez en su vida, deseo que el tiempo se detuviera por completo y nunca salieran de esa posición, de ese abrazo, de esa charla.

—Estaba llorando porque me encontré a Sabrina. 

—¿Y qué te dijo?

—Que la perdonara, que no era su intención hacerme sentir mal. Obviamente no la perdoné

Luka sonrió, negando con la cabeza para después tiernamente acostarla de lado para verle bien el rostro.

—No, Chloé. No está bien que te hayas enojado al grado de llorar. Debes entender que quizás lo que te hizo te desanimó mucho, incluso te sentiste mal, pero cada quien tiene derecho a vivir su vida sexual como quieran, sobretodo ella que no le hacía daño a nadie. Se alejó de ti, pero no te cambió, solo estaba muy concentrada viviendo su vida, y eso está bien.

Fue ahí cuando Bourgeois cerró los ojos, acurrucándose en el pecho del chico, escuchando su corazón latir

—Entiendo...

—Ella nunca dejó de quererte, fue por eso que cuando te vio, fue contigo. No te hagas esto, no dejes que tus pensamientos te hagan creer cosas que solo necesitas pensar un poco para aclararlas. Eres muy inteligente, Chloé Bourgeois, solo necesitas paciencia...

—... y mucho amor— interrumpió ella, suspirando.  

—El amor va y viene, Chloé. Eso también nos duele entenderlo, pero debemos saberlo.

La rubia se escandalizó cuando escuchó eso, levantándose de la cama para verlo, completamente asustada

—¿Tú... Te irás en algún momento de mi vida?

Luka rió, alzándose como ella para besarla en los labios

—¿Yo? Yo he intentado varias veces zafarme de ti, pero no puedo. No puedo dejarte, a estas alturas... solo quiero verte feliz. Si es conmigo, mejor. Me quedaré lo que tenga que quedarme, Chloé.— dijo Luka, siempre con las palabras exactas para calmar a la dulce burguesa de la capital de Francia.

Se empezaron a besar nuevamente, y fue ahí cuando Chloé no pudo evitar decir algo. El momento se prestaba a ello, era tan íntimo que no pudo evitarlo, simplemente lo soltó

—Te amo, Luka—

Luka ignoró que se estaban besando para contestarle entre la danza de sus labios:

—Yo también te amo. Y tienes mucho que aprender, y aunque yo no pueda guiarte, estaré aquí para verte crecer

No hubo más que decir, ni qué hacer. Chloé se acostó para dormir, con una hermosa sonrisa de oreja a oreja que Luka apreció por lo menos unos minutos antes de que la rubia cayera dormida. Luka la apreció, jugando con su cabello, sabiendo por millonésima vez que las cosas no eran casualidades. 

Luka había llegado a su vida para apoyarla. No, no era su héroe ni su príncipe azul, esas cosas no existía en la vida real. Pero sí, ahí estaba él para darle su cariño, verla crecer de mente y espíritu, y sobretodo, darle las lecciones que él sabía que le hacían falta.

Luka era un poco mayor que ella, pero se guardaba sus secretos. Luka había vivido esa experiencia tonta de creerse un Don Juan, pero ahora que estaba consciente de que el sexo se vive a su tiempo, debía enseñárselo a Chloé. No porque se viera reflejado en su desesperación, sino porque la amaba y deseaba que entendiera que todo va a su debido tiempo, que los imprevistos pueden afectarnos, pero mientras esté en sus manos, ella debía saber manejarlo.

Mentía si dijera que no se moría de ganas por tener sexo con ella. ¿Hacer suya a la chica más cotizada de la élite francesa? patrañas, él la amaba, y aunque su cuerpo aún mantenía su erección, podía controlar sus instintos. Ella merecía más que una noche de sexo por un berrinche.

Ella merecía sexo del bueno, y si ese no era el día, entonces sería después.


NOTA DEL AUTOR: Lamento mucho lo corto que es el capítulo, en un momento les traeré el desenlace de la historia. Un beso, queridos. 

[+18] VIRGEN ; {Luka x Chloe / Lukloe}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora