Chloé había cambiado mucho. Y no era de esperarse menos, especialmente cuando su estado emocional era cada día más inestable y sobretodo cuando estaba en una habitación que no era la suya. No podía dormir. Calculaba que habían pasado un par de horas desde que había salido de la bañera en la que Luka la había dejado. Intentó llamar a Sabrina. Oh, la maldita esa, a quien llamó alguna vez mejor amiga, ¿sería correcto seguirla llamando así? La sola idea de pensar que para Sabrina era más importante meterse con alguien que contestarle una llamada de la mismísma Chloé Bourgeois le hervía la sangre.
No se había puesto nada de ropa encima. Se había secado, sí, pero no tenía ánimos de dormir con la misma ropa con la que se había emborrachado unas hotas antes. No quería usar su celular, pues tenía poca batería ya. ¿Qué demonios se hacía en esos casos?
Cerró los ojos por millonésima vez, dejando que su cabello rubio, ya más seco que mojado, se escurriera por la almohada, cubriéndose con la delgada sábana. Cuando, entonces, escuchó un ruido que la sacó de su nuevo intento fallido de dormir.
—Buenos días, Chlo... ¡Ah!— Luka, quien había entrado a la habitación, giró la cabeza inmediatamente al verle la espalda desnuda. Suspiró, cerrando los ojos.
—¿Qué acaso nunca habías visto una chica desnuda?— Dijo ella en tono burlón, con notable molestia.
—Son las siete de la mañana, Chloé. Quería saber si quieres que te lleve a tu casa—
—Sí, por favor—
—Entonces vístete—
—No— susurró la rubia, sentándose en la cama, cubriéndose con las telas con la finalidad no solo de cubrirse la piel, sino de abrigarse un poco —quiero... agh, quiero hablar contigo un poco—
—Chloé, estás desnuda, no creo que sea el mejor momento—
—Deja de hacerte el imbécil, Luka. No me viste nada. Además, me estoy cubriendo. Cierra la puerta ya—
Luka maldijo por sus adentros. Y después, obedeció.
Cuando Luka abrió los ojos, su rostro se tornó rojo. Veía el suelo, cosa que lo ayudó a guiarse para sentarse en la cama, y cuando tuvo fuerzas, alzó la vista para mirar a Chloé a los ojos. La miró, tan indefensa, tan hermosa. Con el cabello alborotado y la piel tan fresca, con notables folículos capilares delatando que tenía frio. Con los ojos llorosos, los labios hinchados y un rubor ligero. Chloé Bourgeois era hermosa.
—Ni creas que te daré un discurso en el que nombro el rey de París, Luka. Pero, si te sirve de recompensa, dime qué te gusta y te lo compro. Me duele la cabeza, así que dímelo rápido—
—Chloé, ¿qué te pasa? No quiero nada, hice lo que hubiera hecho con cualquier chica en apuros—
Y eso, vaya, eso le hirió muchísimo el orgullo a Chloé Bourgeois.
—¡Imbécil!—
La ira la invadió de nuevo, a tal grado en el que se levantó de la cama, ignorando completamente el hecho de que estuviera desnuda para comenzar a vestirse. Se vistió delante de él, haciendo que el chico quedara estupecfacto. Sintió su cuerpo entumecer ante la vista que tenía delante. Podía controlar sus instintos y lo agradeció de sobremanera.
Chloé terminó de vestirse, con las lágrimas resbalando por sus mejillas. Abrió la puerta, y cuando Luka pudo reaccionar, Chloé estaba encendiendo el auto.
Luka vio como Chloé salió huyendo de su hogar. No quería sentirse como un animal, pero Chloé tenía un cuerpo muchísimo más hermoso de lo que llegó a imaginar cuando le vio la espalda desnuda.
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Su desequilibrio era cada vez más notable. Habían pasado solo dos días desde aquel terrible incidente en el que se había emborrachado y la habían "rescatado" de un estado sumamente peligroso, pero no importaba ya.
Chloé se sentía sola. Su mejor amiga ya no le contestaba, pues estaba muy ocupada alimentando todo aquello a Chloé le había hecho falta desde la pubertad con un muchacho. Su padre estaba intentando entrar al campo de la política otra vez, y su madre, bueno, eso no era tan importante tampoco.
Otra vez, ahí estaba, Chloé Bourgeois, fumando en la azotea. Cuando entonces, sonó su celular. Era un número desconocido, así que no contestó. Pero sonó otra vez. Y otra. Y otra.
—¿Hola?— Finalmente, Chloé tomó la llamada
—Hola, Chloé...— dijo la voz masculina del otro lado de la línea
—¿Quién es?— Preguntó desinteresada, dejando el cigarro de lado
—Venga, Chlo. Soy Luka—
Chloé cubrió el micrófono del teléfono y dio un largísimo suspiro.
—¿Qué quieres?—
—Quería saber cómo te va. No he sabido nada de ti, además, me dijo mi hermana que ya no estás en el grupo de mensajería del liceo—
—Maldita chismosa—
—No, no. Yo le pregunté por ti—
Chloé quedó en silencio un momento.
¿Desde cuando alguien se interesaba por ella? Chloé, la chica mas arrogante de la capital francesa... Las cosas se estaban poniendo raras.
—Bueno... sí. No me sentí bien desde la última salida. No me merecen—
Se escuchó a Luka reír del otro lado.
—Chlo, oye, ¿estás libre?—
—¿Eh?—
—Que si estás libre. Creo que te vendría bien salir un poco—
—No quiero salir—
—Entonces iré a tu hotel. ¿De verdad vives en un hotel? Eres rarísima, Chloé Bourgeois—
Chloé maldijo por sus adentros. Colgó la llamada. Lo que no esperó, es que efectivamente, llegó. Lo vio llegar desde su balcón, y en ese momento, pese al miedo y la confusión, se sintió feliz. Levemente, casi nada... o eso quiso creer.
Bajó por el ascensor. No se había arreglado, a su parecer, no lo necesitaba, y eso era cierto, Chloé Bourgeois era bella por naturaleza. Vestía un vestido amarillo con tacones negros y joyería plateada. Estaba un poco despeinada porque había estado en el balcón muchísimo tiempo y el viento había jugado con sus hebras, pero se veía bella.
—Hola, Chloe— Saludó Luka, no tan impactado como Chloe hubiera querido
—Luka— saludó ella sin emoción.
Subieron a la terraza, donde se sentaron en una banquita.
Hablaron de muchas cosas, sobretodo de aquella noche. Era obvio que Chloé no se iba a disculpar y efectivamente, no lo hizo. Luka no esperó que lo hiciera. Pero, ahí estaba, Luka Couffaine, escuchando todo lo que Chloé tenía que decir.
Luka sabía perfectamente cuando una persona lo estaba pasando mal. Él también había pasado por eso. Sabía que Chloé necesitaba algo de apoyo, y, ¿por qué no ayudarla un poco? No era como si fueran a volverse amigos, solo iba a ayudarla esa noche y ya.
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[+18] VIRGEN ; {Luka x Chloe / Lukloe}
FanfictionChloé Bourgeois se encuentra con un tremendo problema: Es de las pocas chicas que conoce que sigue siendo virgen. La envidia le carcome y en su intrépida aventura por encontrar el chico perfecto para deshacerse su molestia, Luka Couffaine descubre m...