Escándalo

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Luka abrió sus ojos, econtrándose con la escena más tierna de todas: A Chloé Bourgeois, aferrándose dormida a las sábanas para cubrir su cuerpo semidesnudo producto del desacomodo de las telas. Sus ojitos, cerrados, su cabello rubio cenizo desordenado...

Luka no quería entender qué pasaba por su cabeza, o por qué Chloé, la chica de la que todo París hablaba mal, se veía extremadamente hermosa en ese momento.

Suspiró, desviando su mirada, para después sentir una mano fría tocar su mejilla. Sus ojos se dirigieron a ella, quien sonreía de una manera pura, inocente, como si no fuera la hija del alcalde, o una de las chicas más poderosas de la capital francesas... Sonreía como si fuera una niña feliz. ¿Qué le estaba pasando a Chloé Bourgeois? Eso, definitivamente, era muy extraño para él. Agradeció que no hubiera nadie más en la habitación.

—Buenos días— dijo él, mirándola con obsesión en sus iris

—Hola, Luka— dijo ella, poco a poco volviendo a ser quien era, pues de había sentado en el colchón para verlo bien, con el ceño fruncido y un notable sonrojo en sus mejillas.

Luka no podía mentir, ella se veía extremadamente tierna en ese momento.

—¿Quieres que me vaya, verdad?— intentó adivinar el varón, levantándose de golpe, ignorando completamente que tenía una erección, como él y la mayoría de los hombres tenían al despertar.

Hubo silencio, pues Chloé le veía la entrepierna a Luka con algo de... ¿Envidia? Lo que fuera, su reacción negativa fue el quedarse quieta y morderse los labios, aún frunciendo el ceño, como si no quisiera decir algo, o como si no quisiera lanzarse a perder la virginidad.

—¿Chloé?— la llamó, bajando la mirada para entender el por qué se había quedado congelada de semejante manera.

—¡Ah!— La rubia se sobresaltó, girando su cabeza para no mirarlo a los ojos.

Luka rió, acercándose a ella, trepándose a la cama y gateando en ella hasta abrazarla por la espalda.

La reacción de Bourgeois fue muy obvia: dar un pequeño grito que luego se acalló con un beso.

Luka Couffaine, besando a Chloé Bourgeois como si no tuviera otras cientas de chicas detrás de él, como si no tuviera intensiones de ayudarla en lo más mínimo. Chloé, después de romper un poco con su orgullo, comenzó a responder al beso. Un beso que sabía a alcohol de la noche anterior, y a mucha confusión que no importaba aclarar.

Cuando Luka rompió el beso, volvió a admirarla. Los ojos azules de Chloé estaban a nada de romper en llanto, por lo que ahora él fue quien quedó estático.

—¿Estás bien, Chlo?— preguntó tímido, sujetando el bonito rostro femenino entre sus manos

—Luka, por favor, no juegues conmigo— susurró ella, con miedo.

—Chlo, ¿de qué hablas? Si te besé fue porque quise. Pero, si te da miedo, prometo no volver a hacerlo...—

—No es eso— interrumpió ella, suspirando, intentando calmarse —Pasé toda mi vida esperando por Adrien Agreste, pero él frefirió a Marinette, y yo sé bien que tú la querías también...—

Mierda, ¿cómo es que lo sabía?

—Chloé, miráme— murmuró, pasando su dedo pulgar por los carnosos labios de la hija del diplomático —Lamento mucho el haberte besado... Pero, sí me lo permites... ayer me confesaste un miedo tuyo, un secreto, algo que te hace daño. Y yo quiero cuidarte—

—¿Cuidarme a mi? Estás loco. Es justamente eso lo que hace que siga virgen—

Luka se rindió, dándole un beso en la frente para después comenzar a vestirse y simplemente salir de ahí, dejando a Chloé en su habitación, solo para toparse con la otra terrible noticia: había un montón de paparazzis afuera del hotel, buscando reportar la noticia del momento: "Que Chloé Bourgeois tenía novio".

Intentó por todos los medios no darle la cara a la prensa. Primero, decidió bajar por las escaleras en vez de por el elevador. Segundo, tuvo que cubrirse la cara cuando encontró un único pasillo que lo llevaba al sótano, o sea, al estacionamiento. Cuando finalmente logró salir del hotel, se dio cuenta de que alguien lo seguía.

Por suerte solo fueron un par de calles. Eso sí, él creía que se había salvado, pero no fue así.

Luka Couffaine llegó a su casa, totalmente calmado, estacionando el auto para ver como Juleka, su hermana, corría hacia él. Luka, extrañado, se acomodó en el garaje, pero cuando menos se dio cuenta, había recibido una bofetada de su hermana.

—¡¿Te metiste con Chloé anoche, estúpido?!— gritaba la chica de largo cabello negro con puntas violetas.

Luka, apenas recuperando la consciencia, negó con la cabeza.

—¿De qué hablas, Jul?—

—¡Mira!— Juleka sacó su celular, desbloqueándolo y enseñándole la noticia del diario parisino juvenil más famoso, con una noticia que decía en un francés muy coloquial, "Chloé Bourgeois y su enamorado, dejando el tercer distrito para adentrarse en el hotel Gran Paris"

Luka sintió como su sangre se subía a su cara, llenándole las mejillas de colores.

—No, no. Ese es un error. Sólo acompañé a Chloé  su casa...—

—¡Mentira! ¡Anoche no llegaste!—

—No, pero...—

—Nada— interrumpió Juleka, suspirando con notable molestia. —Eres mi hermano, pero te voy a decir que con quien menos te conviene meterse es con Chloé Bourgeois. Es una harpía—

Y seguido de eso, Juleka se metió a su hogar para resguardarse en su habitación.

Mientras tanto, en la habitación de Chloé, el teléfono no dejaba de sonar. Ahí estaba ella, Bourgeois, mirando su teléfono recibir llamadas. La mayoría eran de Sabrina, siendo demasiado obvio que había interrumpido su sesión privada con Kim para enterarse de qué era lo que estaba pasando, pero lo que la pelirroja no sabía era que Chloé no quería hablar con ella.

Le dolía sentirse sola... aunque después de lo de anoche, la soledad se sentía más ligera.

Después de ver que finalmente Sabrina se había rendido, recibió una llamada de alguien nuevo: Adrien Agreste.

Tomó la llamada, y teniendo que cubrir el micrófono de vez en cuando para cubrir su llanto, Chloé Bourgeois sacó su lado normal, su estado natural, ese que tanto la caracterizaba: mintió, diciéndole que ahora era novia de Luka Couffaine, y que ahora no lo necesitaba para nada. Después, ella misma colgó el teléfono y se puso a llorar como la niña indefensa que se sentía.

Mientras el escándao subía, Luka, ya en su habitación, varias veces más pequeña que la de Chloé, cerró los ojos y comenzó a pensar en ella... al igual que Chloé lo hacía.

Luka tomó su teléfono y llamó a Chloé. Quería saber de ella, la necesitaba.

[+18] VIRGEN ; {Luka x Chloe / Lukloe}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora