Attempt Of Life [Omegaverse | TakeMikey]

Capítulo 2: Mikey I

Hug me... I'm gonna disappear

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—Cuida tu cabeza, niño. Nada bueno sale al tener ese segundo género.

Mikey no le prestó demasiada atención a lo que dijo su abuelo porque Shinichiro empezó a reír escandalosamente y él se dedicó a comer su almuerzo mientras el abuelo negaba con la cabeza y caminaba hasta su habitación, murmurando algo entre dientes (seguramente insultos), dejándolos solos.

Si Shinichiro no se tomaba en serio sus palabras, entonces no eran importantes, pero Emma pensaba diferente. O al menos eso parecía, porque no tardó en bajar de su silla e ir donde Shin, esperando a que termine de reír, pidiéndole en voz baja que considere las palabras del anciano.

—Adivinó que el gato del vecino moriría atropellado, no deberías tomarlo a la ligera —ella explicó, haciendo un puchero mientras sus ojos se llenaban de lágrimas—. Por favor, ten cuidado.

—No te preocupes, Emma, nada malo me pasará —Shin la consoló, doblando sus rodillas hasta ponerse de cuclillas, pasando su mano de manera cariñosa sobre el cabello rubio de su hermana—. Soy un Alfa recesivo, eso no significa que esté hecho de cristal, ¿bien? Además, tengo a mis amigos para protegerme, si eso te tranquiliza.

—¡Pretendientes, querrás decir! —interrumpió el abuelo desde su habitación.

—¡¿Tú no fuiste a dormir, abuelo?!

—¡Aún tengo oídos!

—Viejo loco —se burló Mikey, recibiendo una mala mirada de sus hermanos—. ¿Qué? Es la verdad. Y nii-chan nunca nos dejaría solos, ¿no? Entonces no hay de qué preocuparse.

Mikey dijo eso para tranquilizarla, pero tuvo el efecto contrario. Emma se abrazó a la pierna de Shinichiro y empezó a llorar y rogarle que nunca se vaya y Mikey rodó los ojos, observando como el Alfa recesivo abrazaba a su hermana y la consolaba, sonriendo... de forma cariñosa.

Mikey sabía que esa manera de sonreír estaba reservada para los seres especiales de Shinichiro, su familia, pero estaba seguro de haberla visto dirigida a otra persona y no podía recordar quién era. Manjiro se encogió de hombros y continuó devorando su comida hasta que vio como Emma dejaba de llorar.