Attempt Of Life [Omegaverse | TakeMikey]

Capítulo 9: Silencio

Then I am

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Takemichi

—Estás muy distraído, Takemichi... ¿Pasó algo? —pregunta Hina antes de darle un mordisco a su hamburguesa—. No has comido casi nada, aunque te di mis papas fritas también.

—No, no. Realmente no pasó nada, yo... —suspira tan pronto como ve el ceño fruncido de Hina, dándole un tercer bocado a su hamburguesa para tener suficiente tiempo de pensar.

Takemichi siempre había tenido problemas para dormir. De niño, su excusa era que tenía demasiada energía como para no usarla; y de adolescente, que sus hormonas mantenían su mente más despierta de lo que le gustaría. Sin embargo, tras la separación con Mikey y tener un ligero trauma por la partida de Hina, su insomnio empeoró.

Durante mucho tiempo, dormir fue más difícil. No podía cerrar los ojos por más de quince minutos y se volvía tedioso esperar durante varias horas a que sus ojos le dolieran lo suficiente para que durmiera al menos una hora. Si tenía suerte, todavía no habría amanecido y no despertó a Hina con sus caminatas alrededor de la habitación.

Pero poco a poco, las pastillas empezaron a hacer efecto y con ello, los efectos secundarios. Vómitos de vez en cuando y dolores de cabeza no tan fuertes que tardaban media hora en irse, nada con lo que no pudiera lidiar.

Esta mañana, Takemichi pudo dormir más de cinco horas y nadie tuvo que ir a despertarlo porque llegaría tarde a la tienda de mascotas de Baji. Incluso salió media hora antes de lo normal y Chifuyu no tuvo que llamarlo desesperadamente porque el Alfa de cabello negro estaba considerando despedirlo si no aparecía en menos de diez minutos.

De todas maneras, recibió el regaño de Chifuyu porque tuvo que limpiar la parte de atrás de la tienda cuando era el turno de Takemichi, pero pudo prometer que la próxima vez sí se encargaría. Alimentó a los pericos que fueron adoptados recientemente y acarició al gato que siempre se coloca en la ventana para recibir comida.

Estaba limpiando las repisas cuando Chifuyu se acercó por detrás, dándole un pequeño golpe en el hombro con la escoba que traía.

—Estás más animado de lo normal, ¿pasó algo bueno entre hoy y ayer? —preguntó con el ceño un poco fruncido—. Incluso Kazutora está mirándote extraño desde que accediste al café que ofreció Baji-san cuando ambos sabemos que detestas esa cosa.