Capítulo 4: Takemichi

1K 129 21
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

My wounds bleed

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

My wounds bleed


A Takemichi jamás le gustaron las peleas, no importaban si eran puño a puño o con palabras, las consideraba innecesarias hasta cierto punto, ya que siempre se podía encontrar la solución con una conversación adecuada. Él a menudo lo usaba como un mantra, pero desde hace unos años se dio cuenta de por qué las detestaba.

Las peleas no eran diferentes de las discusiones. Un golpe no era distinto de un grito o un susurro con una palabra hiriente, las tres se sienten como un cuchillo enterrándose en su hombro, abdomen o pecho. Las tres provocan lágrimas y heridas que tardan en cicatrizar, unas más que otras, pero causan daño. Irreparable en algunas ocasiones.

No puede recordar discutir con Mikey antes de descubrir que Hina volvió a Tokio. Quizás su mente lo hace para protegerlo, para evitar que se derrumbe y las heridas que aún sangran se hagan más grandes; en silencio, aprecia el gesto, porque aún lo atormenta la discusión que tuvo con Mikey antes de que se fuera.

El dolor en su garganta y en sus ojos al callarse y ver cómo Manjiro se envolvía en la oscuridad, la impotencia que sus palabras por primera vez fueran insuficientes, el temblor en sus rodillas por estar tanto tiempo en el suelo, rogando que el brillo volviera a aparecer en esos ojos negros... Puede sentirlo todo como si hubiera pasado hace unos minutos, a pesar de que fue hace años.

Los "hubiera" lo persiguen: ¿Algo hubiera cambiado si le decía que lo amaba? ¿Y si lo abrazaba y se esforzaba en demostrar que era verdad un poco más? ¿Qué tal si tuvieran una conversación decente, tal vez...? ¿Mikey no se hubiera ido? ¿O acaso...? ¿Manjiro realmente solo buscaba una excusa?

Su peor enemigo es su mente. Las voces se callan de vez en cuando, nunca por completo. Siempre vuelven, siempre con más fuerza, siempre llevándose un poco más de su existencia y sus ganas de seguir adelante. Jamás puede hacerles frente, jamás puede ponerse de pie después de que llegan y arrasan todo a su paso.

Mikey lo hacía por él. El Omega se usaba de escudo y lo abrazaba, lo dejaba llorar en el hueco de su cuello y sentirse culpable, limpiaba sus heridas y lo llevaba de regreso a la luz, afuera de esa cueva. Él hacía lo mismo por Manjiro o eso quiere pensar, quiere creer que su presencia sí lo ayudaba de la misma manera que él.

Attempt Of Life [Omegaverse | TakeMikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora