C A P I T U L O 2

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Era sábado, otro día como todos los demás, aunque algo le disgustaba a Amy, ella quería ver otra ver a Shadow, debía admitir que ese día en que lo conoció la paso muy bien con su presencia, era agradable y divertido, con una idea en su cabeza empezó a correr hacia la sala dirigiéndose a donde estaba su madre, Amelia.

— ¿Mami podemos hacer una pijamada? — Le pregunto la pequeña Amy con ojos suplicantes.

— ¿y a quien vas a invitar? —Pregunto con una sonrisa la mayor, mientras dejaba lo que estaba haciendo para prestarle atención a su hija.

— A Shadow, Mephiles y Emili. — contesto mientras jugaba con sus dedos algo nerviosa, temía que su madre se negaría.

— jeje okey, voy a llamar a Laura para que traiga a Shadow y Mephiles. — Hablo entre risitas por la dulce actitud de su hija.

— ¡Si! — Exclamo dando pequeños saltitos en su mismo lugar con emoción, pero la puerta la interrumpió al ser abierta por una persona que entro a casa.

— oigan ¿porque tanta bulla? — Pregunta esa persona que había entrado, su voz era gruesa y firme, pero a la vez algo leve y divertida.

— ¡Papi! — Exclamo la pequeña de cabellos rosa al reconocer la voz de su padre e inmediatamente corre a abrazarlo. — ¡Emili, llego papi! — grito avisando a su hermana para que bajara, ya que esta se encontraba en su habitación.

— ¡Papi! — Grito la pequeña mencionada bajando las escaleras con rapidez a lo cual se tropieza que, por suerte, cuando ya estaba en el último escalón.

— Anda a ayudar a tu hermana. — Le ordeno dulcemente Amelia a su hija, quien no tardo en ir con su hermana menor, acto seguido el mayor volteo a ver a su esposo y le sonrió para luego abrazarlo. — Bienvenido, Eduardo. Cariño ¿porque llegaste tan temprano? — Pregunto extrañada, pues su marido siempre llega en la noche y en el trabajo no dejan salir sino hasta que terminen su deber.

— El jefe nos dio descanso de fin de semana jeje, algo inusual lo sé, pero ya que. — Respondió calmado.

— ¡Que fino tendrás más tiempo con nosotras! — Exclamó la mayor desprendiendo una gran alegría y volviendo a abrazar.

— Si y... — Fue interrumpido por unos pequeños brazos que rodearon sus piernas.

— ¡PAPI! — Grito Emili emocionada sin dejar de abrazar a su padre, quien la cargo para seguir otro abrazo.

— ¡Emili! — exclamo separándose un poco de la mencionada. — ¡Vamos a jugar! —Empezó a caminar con la pequeña en brazos, quien asintió con mayor emoción, pero Eduardo se detuvo en seco y miro a Amy. — ¿Vienes Amy?

— Me quedo con mami a preparando el almuerzo. — Explico Amy.

— Esta bien, pero eso sí, que quede deliciosa la comida ¿okey? — Dijo divertido a lo que Amy empezó a reír levemente.

— Okey — Afirma la pequeña mientras ve a su padre subiendo las escaleras, desapareciendo de la vista de madre e hija al entrar a un cuarto, acto seguido Amy voltea a ver a su madre. — Mami ¡a cocinar!

— ¡Si! anda a la cocina, mientras, yo voy a llamar a Laura.

— Okey.

Amelia sonrió al ver como su hija entraba a la cocina con una gran y hermosa sonrisa dibujada en su rostro, se notaba que estaba ilusionada, de seguro por la pijamada. Sin perder más tiempo se dirigió al teléfono de la casa y lo agarro para luego empezar a presionar unos botones y al final colocarlo en su oreja.

El Destinó Elegirá Mi Camino ||Shadamy|| [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora