Arde

veinte

Voy andando por el paddock y allí la veo a ella. A la chica de mis sueños, y a la que con solo verla algo en mi florece. Esta sentada en el suelo justo al lado del box de Ferrari, con sus gafas de vista que únicamente se pone para leer un libro entre sus manos. Con una coleta deshecha como tantas veces se las he visto hacérselas y una sonrisilla en su rostro asoma tímidamente.

- La vas a desgastar de tanto mirarla - asegura Pierre, apareciendo de improvisto.

- ¿A quién?

- Vamos Leclerc, no te hagas el tonto. Sabemos que te mueres por los huesos de la joven madrileña.

- ¿Quién se muere por que cosa? - pregunta Lando saliendo de algún lugar.

- Charles se muere por Zoe. - dice Pierre.

- Lo sabemos todos Pierre, es más yo creo que hasta Mazepin lo sabe y todo el paddock, ingenieros, mecánicos, todo el mundo Pierre.

- Ehh, ¿podemos dejar de hablar de eso? - pregunto.

- Nooo, claro que noo - responden los dos a la vez.

- ¿Por qué chichan ustedes dos? ¿Es que no saben hablar como personas adultas? - pregunta Carlos, llegando a nosotros junto a Max y George.

- Esperen un segundito que vino a hablar aquí el mayorcito - se burla Lando y echamos a reír.

- Por cierto, ¿de qué hablaban? se veían muy concentrados en la conversación que tenían. - pregunta George.

Lando, Pierre y yo nos miramos sin saber sin decirlo o no.

- Hey my friends - dice Daniel, llegando a nosotros con su sonrisa.

- Salvado por Daniel - susurra entre dientes Pierre.

- Os he escuchado a la perfección, y no porque haya llegado Daniel aquí no nos vamos a enterar de eso, empezar a hablar por esa boquita. - dice Max.

- Hey , hey, pero ¿qué pasó? - pregunta Daniel, desconcertado.

- Chismosos - dice Lando.

- Esperen que seguro que lo adivo, estaban hablando de mi mejor amiga. - dice Carlos.

Silencio, eso es lo que hay hasta que como no alguno tuvo que abrir la boca, bocazas.

- Sí, de Zoe hablabamos. - afirma Lando.

Miro a Lando mal y él se tapa la boca de inmediato.

- Si es que lo sabía, a todo esto ¿dónde está? - interroga Carlos.

- Allí - respondemos todos a la vez y señalamos dónde se encuentra.

- Zoe y sus libros. - añade George, y asentimos con la cabeza.

Me quedo observandola un rato más hasta que los demás me sacan de mi tránsito.

- Charles, Charles - dice Daniel, pasando una mano por delante de mis ojos.