treinta

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16 de octubre

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16 de octubre.

Hoy es el cumpleaños de Charles, su cumpleaños número veinticuatro.

Llevo una semana algo ajetreada preparando muchas cosas, aunque menos mal que he tenido ayuda. También es muy difícil mantener algo a escondidas sin que Charles se entere, porque Charles es raro que no se entere de algo.

Pero creo que esta vez ha salido bien y no se ha enterado de nada, eso creo y espero porque bastante trabajito estoy haciendo para que ahora sepa lo que estamos preparando.

Estamos en Mónaco. Mientras Charles ha salido a correr, yo estoy terminado de preparar algunos preparativos para la fiesta. Es cierto que Charles se ha quedado algo confuso al saber que está vez no iba a ir a correr con él porque desde que vivimos juntos, Charles me ha habituado a salir a correr y ya me he acostumbrado, cosa que yo pensaba que no lo haría. Pero por lo que se ve Charles ha tenido ese poder de hacer que corra de nuevo después de años sin correr prácticamente nada o muy poco.

Estos días la madre de Charles, Pascale, y yo hemos estado compinchadas preparando todo. También han ayudado sus hermanos, Lorenzo y Arthur, sobre todo, a inflar los globos ya que ellos tienen unos buenos pulmones.

Después de una hora o eso creo, la puerta de casa se abre y aparece Charles en mi campo de visión goteando de sudor.
Se acerca a mi pero lo detengo.

- Charles, primero a la ducha. - aviso.

- ¿De verdad? - pregunta.

- De verdad Charles, traes un peste a sudor inimaginable, así que por favor ve a ducharte ya.

- Vale, vale. - acepta levantando las manos.

Se va a la ducha y yo termino de preparar algunas cosas más.

- Ya estoy duchado ahora si que puedo besarte.

Y sin que me de tiempo a decir algo, me besa.

- Feliz cumpleaños, mon amour - murmuro a escasos centímetros de sus labios.

- Gracias, ma cherrié.

- Vamos a cambiarnos de ropa que nos vamos a comer a un restaurante.

- Vale - dice.

Nos cambiamos de ropa y nos montamos en el coche de echarles. He decidido venir a comer al restaurante The Metropole Monte -Carlo Restaurant, uno de los mejores restaurantes de Montecarlo.
Ubicado en el Hotel Metropole de Montecarlo, este restaurante es un lugar en el que disfrutar de una experiencia única alrededor de una mesa en la que los productos de primera calidad, la vanguardia y un servicio inmejorable son los auténticos protagonistas.

Aunque comer aquí cuesta un pastizal, pero bueno un regalo es un regalo.

Después de la comida vamos a pasear alrededor de la playa. Estamos unas dos horas aproximadamente en la playa hasta que me llega un mensaje de la madre de charles.

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