veintiocho

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Después de la carrera de Gran Bretaña, en la que Charles quedó en segundo lugar

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Después de la carrera de Gran Bretaña, en la que Charles quedó en segundo lugar. Tuvimos dos semanas de descanso en la que estuvimos en Mónaco y la pasamos casi todo el día en el mar.

Luego, el 1 de agosto fue el Gran Premio de Hungría, y que gran premio, fue caótico. Nada más empezar la carrera hubo un accidente en el que Bottas chocó a Lando y se llevaron por delante a Checo también a Max pero pudo seguir, a Charles y a Stroll. Y para colmo, estaba lloviendo. Sin duda, fue una carrera horrible.

Así es este deporte, ahora toca descansar y reponer las pilas.

- Ma chérie - me llama Charles.

- dime.

- Nos vamos.

- ¿A dónde vamos? - pregunto extrañada.

- Es sorpresa.

- Charls, una pista porfi - digo haciendo pucheros.

- No. Venga vamos.

Salimos de casa. Aún suena raro decir casa, pero bueno estoy viviendo aquí y tendré que ir acostumbrándome.

Un mes más o menos llevo viviendo con Charles y no está nada mal, aunque ronca un poquito pero lo llevo medianamente bien. Y por todo lo demás, yo creo que bien, nos repartimos las tareas y demás. Los dos somos muy organizados y eso ayuda mucho.

Nos montamos en el coche de Charles y saca algo de la guantera.

- Ponte esto - me da una bandana suya de el pelo.

- ¿Dónde?

- En los ojos.

- Oh no - murmuro y él ríe. - No tiene gracia.

- Solo un poco.

Bufo y me la pongo porque sé que si no me la pongo yo, ya me la va a poner él.

El camino de coche se pasa algo aburrido pues no puedo ver nada, solo veo todo negro. Y la música que suena en la radio es aburrida.

- Voy a ayudarte a salir.

- ¿Aún no puedo quitármela? - pregunto, deseando de quitarme esto de encima.

- Aún no.

Abre la puerta y agarra mis manos. Salimos del coche y empezamos a andar hacia no sé donde, escucho unas ruedas pero nada más, bueno si un motor pero de no sé qué cosa.

- Vale, ya puedes quitártelo.

Me lo quito ya de una vez y al levantar la mirada me encuentro con un jet privado.

- ¿Y esto? - pregunto.

- Un jet privado.

- Sí si, pero ¿a dónde vamos?

- Eso no se puede decir todavía.

Niego con la cabeza mientras rio, este está hoy muy misterioso y muy calladito y anda que no habla nada.

Arde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora