XIV

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Canción: "Paradise" by Coldplay

Cuando Martina llega a su apartamento, su cabeza está zumbando con el caos del día -más concretamente, Lourdes- pero todo es pronto reemplazado con la cruda realidad de su madre y las secuelas con las que Martina, con toda seguridad, tendrá que lidiar.

Porque, claro, es casi segura que ella ya se ha ido. Pero estuvo allí, Martina sabe que ella estuvo allí, y que Megan había tenido que recoger los pedazos rotos.

Y joder, Megan va a estar furiosa. Violentamente-arrojando-botellas-de-whisky-a-las-paredes furiosa.

Así, empujando los pensamientos muy apremiantes y desconcertantes respecto a una tal Sra. González a la parte posterior de su mente, Martina se prepara a sí misma mientras abre la puerta, totalmente lista para una diatriba incoherente de odio latino.

Cierra los ojos, por si acaso.

"¡Ahí estás!" Una voz agradable lo saluda mientras cierra la puerta detrás de ella con un temeroso clic, y la voz suena como Megan, pero es demasiado amable para ser Megan, así que Martina abre un ojo curioso, con la espalda apoyada contra la puerta.

Y realmente es Megan.

¿Qué?

"Sí. Aquí estoy," dice Martina sospechosamente y casi con temor, mirando a la muchacha. Está sentada en el piano, a medio vestir para la fiesta, habiendo sido obviamente distraída a mitad de su preparación; tiene puestos unos pantalones negros, un cinturón a medio prender, un chaleco y su pelo todavía está húmedo por la ducha. Con calma, juguetea con las teclas mientras que su teléfono se encuentra en la parte superior del instrumento mostrando las partituras de una canción que debió haber encontrado en línea. Ahí está la música,

Megan.

"Te perdiste la visita de tu mamá," comenta sin darle importancia, logrando dar con los tonos de una cancioncilla difícil con sus hábiles dedos, y Martina realmente no tiene idea de lo que está pasando en este momento, porque ella acababa de empezar a sospechar que el buen humor de Megan se debía a que su madre no había venido después de todo... pero al parecer ese no es el caso.

Entonces.

¿Qué?

"¿Y?" Martina tienta, lentamente caminando hacia Megan, preparado para cualquier ataque.

Megan se levanta, con una sonrisa fácil pintando su rostro mientras se encoge de hombros, sus manos siguen trabajando en las teclas. "Ella es agradable. La llevé a cenar."

Y Martina la mira fijamente.

"Lo siento, ¿qué?"

"Llevé a tu mamá a cenar."

¿Qué mierda?

"Qué - ¿Por qué hiciste eso?" Martina balbucea, mirándola como si acabara de hablar en alguna jerga desconocida.

Lo cual, para ser honesta, medio que hizo.

"Estaba muy molesta cuando llegó. Así que tuvimos una agradable charla, entonces me ofrecí a llevarla a cenar. Se sentía mejor después de eso, se detuvo con eso de tratar de llamarte y pedimos mousse de chocolate para el postre. Luego se fue a su casa. Le di un beso en la mejilla antes de que se marchara y prometió llamar. Creo que echa de menos tener una hija a la cual adorar," Megan dice casualmente, y es tan simple y clara y completamente al jodido azar, que Martina sólo puede seguir mirándola.

Porque por supuesto que Megan llevó su madre a cenar. Y por supuesto que se agradaron mutuamente.

"¿Te dijo por qué vino?" Martina le pregunta con cansancio, dirigiéndose a la cocina por un vaso de agua.

young and beautiful | martuli. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora