How to be a Heartbreaker

3.4K 569 166
                                    

Quedó apenas a unos centímetros de tocar la puerta con la naríz después de aquel portazo. Un suspiro cansado soltó, sin embargo, el cierre sin descaro en su cara no iba a hacer que se rindiera. Una vez más ahí le tenían tocando a la puerta del Kawata quien con enfado abrió mirando claramente enojado al Haitani.

─ Dame buenos motivos para no sacarte a patadas de aquí, anda. ─ Mencionó Nahoya.

Divertido, Ran levantó el ramo y se lo extendió, mientras un guiño adornaba su rostro y el gesto. ─ Te traje flores~ y debes ser amable con tus invitados. ─ Respondió.

Nahoya sin duda ya tenía un dolor de cabeza con ver ahí al Haitani de momento a otro y sin ser avisado; suficiente tenía con sus visitas al restaurante como para lidiar con él en su propia casa pero en su mente había una cosa por la cuál no hacer guerra con el mayor: que su hermano gustaba del otro Haitani.

Con ese pensamiento se hizo a un lado, tomando las flores de mala gana y, triunfal, Ran se abría paso entonces dentro del apartamento de los Kawata. Nahoya cerró la puerta detrás de ambos, pasando delante de Ran y colocando las flores sobre la mesa del comedor.

─ Recuerdo que me habías dicho que si te daba mi número me dejarías en paz algunos días. ─ Comentó Nahoya.

─ Dije que no me verías en el restaurante, no dije nada de no venir a tu casa~. ─ Contestó Ran, mientras confianzudo tomaba asiento en el sofá de los gemelos.

Nahoya se sentó a un lado del mismo, tomando una distancia considerable; que no quería ni el más mínimo contacto con el chico y dándose cuenta de ello con un pequeño mohín Ran reclamó. ─ Estás muy lejos Naho, no te voy a comer. ─

─ ¿¡Y quién mierdas dice que tengo muchas ganas de estar cerca tuyo!? ¡Aquí me voy a quedar idiota, si te mueves un instante te golpearé! ─ Respondió con enfado el Kawata, a lo que Ran se limitó a cruzarse de brazos.

─ Que aburrido eres, pero igual sigues gustándome. ─ Murmuró, haciendo con esto que el gemelo tomara uno de los cojines de la sala y lo lanzara directamente a la cara del Haitani.

El mayor no tuvo ni oportunidad de cubrirse de eso por lo que tal almohadazo le dió de lleno en el rostro. Nahoya mantenía una sonrisa denotada por total molestia a todas las tonterías que decía. Ran se reincorporó después del golpe dejando el cojín a un lado y, desobedeciendo a la amenaza que Nahoya le había dado, fue hasta este donde le acorraló con ambos brazos.

Nahoya con esto quiso deshacerse del mismo pero, Ran aprovechando aquella mirada de confusión que tenía el Kawata, sujetó ambos brazos para que no le diera ni oportunidad de deshacerse de él. Un mechón del cabello desacomodado del Haitani a causa del golpe se hallaba en su frente colgando suavemente mientras mirada dura mantenía este sobre el de cabellos color melón.

─ ¿¡Qué putas haces Ran? Suéltame maldito pervertido! ─ Exigió Nahoya, Ran con ello una sonrisa le mostró como disfrutando de aquel paisaje que tenía en frente suyo.

─ Te haz portado bastante mal Naho~ recuerda que yo también tengo paciencia~. ─ Murmuró el mayor. Después de ello pasó a sujetar ambos brazos por arriba del gemelo, y con la mano libre sujetó el mentón del chico levantando así el mismo.

Nahoya mantenía mirada dura y fija en el rostro del Ran, quien este mostraba risa juguetona al respecto.

─ Ni te atrevas maldito cerdo. ─ Le gritó el Kawata. Aquello solo provocó que Ran elevara una ceja como si desentendido estuviese y una risa liberaba en un tono de diversión.

─ ¿Atreverme? Estoy cobrándome lo que me deben~. ─ Murmuró, enseguida que labios acercó de a poco a los de Nahoya y el gemelo abría ojos ante la sorpresa.

Ambos labios rozaron pero el sonido del celular de Ran le hizo detenerse; tenía una llamada. Cerró los ojos con fastidio separandose del chico, parecía que conocía de quién se trataba por lo que levantándose de ahí y dejando al gemelo libre contestó. ─ ¿Qué pasa? ─ Dijo con fastidio mientras con mano se acomodaba el cabello.

Nahoya se quedó quieto en el sillón, como que procesando la situación de hace un rato. Ran continuaba atendiendo con el ceño fruncido en su mirada.

─ Comprendo. Voy para allá. ─ Fue todo lo que dijo guardando el teléfono celular y vista volviendo al gemelo.

─ Dejamos algo pendiente, te escribo más tarde~. ─ Mencionó con media sonrisa marchándose sin más del departamento. Nahoya se levantó una vez este dejó el lugar, lanzando con enojo el cojín hacia la puerta.

─ ¡TE ODIO RAN HAITANI! ─ Gritó.

Hate you, but, I love you. ❪ RanLey ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora