We Found Love

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Por la tarde Nahoya logró salir de su habitación, Souya sabía a lo que se enfrentaría pero era mejor hacerle el frente de una vez a dejar que su hermano siguiera con esa estúpida idea de perder. Nahoya parecía que no había podido dormir, tenía un rostro serio y la sonrisa que solía mostrar a diario había sido reemplazada por una linea formada por sus labios, carente de algún sentimiento. Ambis se sentaron en la mesa, con sus alimentos servidos pero Souya no sé dió a la tarea de comer.

- Smiley, debemos hablar de esto, no estuvo bien, no está bien mentir lo que realmente sientes. -

- No quiero hablar Angry, déjame. - Respondió el gemelo mayor, tomando un poco de arroz y comerlo.

- Sabes que te respeto Smiley, pero ahora mismo no pienso ser bueno. Debes decirle a Ran que si ganó la apuesta. - Dijo Souya, enseguida que Nahoya dejaba los palillos a un lado del plato, mirando con molestia al rostro de su hermano menor.

- No lo haré, dije que no Angry. Yo no le debo nada y él no me debe nada, además que a ti que te importa. - Exclamó en voz seria el gemelo mayor, Souya en ese momento se levantó para jalar del cuello de la playera a su hermano, cosa que le sorprendió porque en todo ese tiempo juntos Souya jamás había actuado de tal manera con él.

- Escúchame bien, Nahoya. No me importa, son tus asuntos, y es cierto que no se deben nada porque fue su ridículo juego de retos pero ¿Te haz detenido a verte en el espejo? Estás mal, se te nota que no era eso lo que querías decirle. - Dicho eso, Souya lo soltó. Nahoya alcanzó a fruncir el ceño levantándose del lugar. - Se me fue el apetito. - Fue lo único que dijo para volver a encerrarse en su habitación.

Souya no tenía nada más en la mente para decirle, derrotado se dejó caer en su asiento masajeandose suavemente el puente de la nariz. Con ello el sonido de la puerta se hizo presente a lo que tuvo que levantarse de nueva cuenta para saber de quién se trataba. Al abrir la puerta se encontró con Rindō quién pudo adivinar por el rostro que llevaba el gemelo lo que seguro había pasado. - ¿Parece que fallamos? - Preguntó, a lo que el de hebras azules respondió con un asentimiento.

Rindō pasó al interior del departamento, y detrás de él después de cerrar la puerta le siguió Souya en silencio, tomando asiento en el comedor los dos. - Traté de hablar con Ran, pero es muy recto con eso de las reglas; o al menos con las reglas de Nahoya. - Ojos rodó, mientras Souya continuó comiendo y hablando también. - Está encerrado en su habitación de nuevo, creo que estaría bien darles su espacio un tiempo y ya luego veremos que hacer. - Propuso el gemelo, a lo que Rindō al no tener mejores ideas aceptó sin más.

Los días pasaban, Nahoya se negaba a mantener contacto alguno con el Haitani o a tocar el tema con su hermano. En tanto Ran, de ninguna manera se le ocurría ir a acompañar a su hermano con Souya, a pesar de que Rindō le contaba que siempre que iba a ver a Souya, el gemelo se escondía de él. Ran se mantenía serio a pesar de que el dolor en su corazón nada lo quitaba. Una tarde, casi al tocar el anochecer este recibió una llamada. Interrumpiendo los negocios que estaba haciendo sacó su teléfono celular para mirar de quién se trataba: era Mikey, por lo que no tuvo ninguna excusa para no descolgar la misma.

- Ran al habla.

ㅤㅤRan, deja lo que estás haciendo y ven a donde estoy. Estoy en el restaurante de comida china de siempre, así que ahí te veo.

Sin ninguna palabra más Mikey colgó, haciendo que el Haitani mirara confundido a su hermano. - Parece que te encargarás de terminar aquí RinRin, el jefe me solicita. Rindō también le miró con confusión pero solamente dió un cabeceo como respuesta afirmativa. Ran se subió a su auto dirigiéndose al dichoso lugar donde usualmente solían reunirse los miembros de Bonten, preguntándose el por qué las prisas de Mikey.

Llegó a la entrada del edificio. Bajando del auto encomendó sus llaves al trabajador entrando con total calma al lugar. Ya sabía el camino hacia la sala de juntas especial de ellos, por lo que no paró hasta quedar frente a Mikey quién se mantenía sentado sobre el sofá con una de sus piernas cruzadas. - Creí que traerías a Hanagaki contigo. - Comentó Ran, a lo que el peliblanco negó. - Para esto no lo necesito, sólo una charla amistosa entre tú y yo. - Expresó el antíguo comandante de la ToMan. Ran tomó asiento a la par que le servían una taza de té verde, manteniendo mirada en Mikey para escuchar lo que tenía que decir. - Nuestros socios de América necesitan un representante de aquí. Mirando que no tienes ningún obstáculo y que eres brillante negociando, me parece que eres el más calificado en ir allá, Ran. - Fueron las palabras del jefe.

Ran abrió los ojos con sorpresa, cruzando su pierna a la par que tambien entrelazaba sus propios dedos de las manos sobre la mesa. - Me halagas Mikey~ pero ¿Por qué yo? Takeomi también es buen negociante además de que si somos sinceros él tiene más experiencia. - Comentó el Haitani. Mikey dió un sorbo a la taza de té antes de contestar. - Takeomi es bueno, pero no confiaré en alguien que tuvo deudas de adolescente. En cambio tú Ran, estás más familiarizado con los temas de ricos, es por eso que te irás. - Con ello, de dentro del bolsillo de su pantalón sacó un boleto de avión, específicamente era para Las Vegas. El Haitani miró el mismo y el vuelo era para el día siguiente, así entonces metió el boleto en el bolsillo de su saco. - Está bien, mañana iré. ¿Y por cuanto tiempo estamos hablando? - Preguntó el de Roppongi. - Diez años. Te quedarás ahí diez años, o a menos de que nuestros negociadores ya no nos den las cosas que nos interesan. - Exclamó Sano. Ran se quedó dudoso con ello pero sería una buena oportunidad para olvidar las cosas que sucedieron en el lugar. - De acuerdo, me retiro a empacar las cosas. Nos vemos Mikey. - Respondió el Haitani, levantándose con una suave sonrisa y dirigiéndose al auto. Una vez dentro del automóviles aprovechó para llamar a su hermano.

ㅤㅤ¿Ran? ¿Qué te dijo Mikey?

- Parece ser que me iré a América por un largo tiempo RinRin.

Rindō se quedó en silencio un momento, volviendo a hablar en cuanto las palabras pudo organizar.

ㅤㅤ¿Qué? ¿Cómo América? De que estás hablando Ran.

- Mikey quiere que uno de nosotros vaya a hacer negocios permanentes con los socios de América, así que me ha dicho que tenía que ir allá, nada obtengo quedándome aquí pero me preocupa que mi amado hermanito se quede solo~.

ㅤㅤEstaré bien pero ¿Y lo de Nahoya?

- Nahoya no tiene nada que ver, además Nahoya y yo ya no somos nada. Es órden de Mikey, Rindō, y lo que Mikey quiere se hace. Mi vuelo sale mañana a las seis de la mañana, así que alistaré mis cosas. Te veo en casa.

Fue lo último que dijo Ran antes de colgar. Se guardó el teléfono en su pantalón para emprender camino a su casa. Rindō en tanto, cuando su hermano colgó decidió acabar rápidamente con los negocios: debía apurarse para lograr decirle a Souya lo que estaba sucediendo.

Hate you, but, I love you. ❪ RanLey ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora